Una solución para cada negocio

Servicios BRS (Business Recovery Services) de Telefónica Empresas

Un enfoque global que integra tanto comunicaciones como TI, flexibilidad y diversidad de opciones es la característica esencial de la oferta de servicios BRS de Telefónica Empresas. El cliente sólo ha de buscar el punto óptimo de equilibrio para su negocio entre costes y tiempos de recuperación.

A medida que aumenta la dependencia del funcionamiento de las organizaciones de los recursos TIC, y alertadas por algunos de los lamentables acontecimientos ocurridos en los últimos años, como los atentados contra las Torres Gemelas o el incendio del Windsor en Madrid, las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de contar con un plan que les permita mantener activos sus procesos en caso de imprevistos capaces de dañar sus principales centros de proceso de datos (CPD). Pero antes de decidirse por invertir en un proyecto de esta naturaleza son múltiples las consideraciones que deben ser tenidas en cuenta.
Cada negocio es diferente y, por tanto, igualmente diferentes son los centros de datos que soportan tecnológicamente sus procesos. Partiendo de esta base, Telefónica Empresas ha desarrollado un catálogo de soluciones BRS (Business Recovery Services) de recuperación ante desastres y de continuidad de negocio que, articuladas en torno a una serie de denominadores comunes, pueden personalizarse adaptándose a las necesidades de cada empresa.
Para determinar cuál es la solución óptima en el caso de un determinado negocio, en primer lugar, la empresa deberá analizar el coste máximo que está dispuesta asumir en la solución BRS y cuál es la pérdida que puede permitirse en caso de contingencia. Aquí entran en juego factores directamente relacionados con el tiempo y la inversión, según Luis López Chousa, responsables de Soluciones de Continuidad de Negocio de Telefónica Empresas. A la hora de calcular el análisis de riesgos será fundamental determinar la potencial pérdida de información en caso de contingencia, hallando el sumatorio de dos tiempos diferentes (ver figura 1). El primero de ellos hace referencia a la pérdida máxima de datos aceptable para una aplicación y negocio específicos antes del eventual desastre, y determinará los períodos máximos entre dos copias de respaldo sucesivas. Sobre esta base, el cliente estará en condiciones de calcular los tiempos de actualización de sus datos en los centros de respaldo.

Entre los ejes dinero/tiempo
El segundo tiempo que interviene en este sumatorio se contabiliza a partir del momento en que se ha producido la contingencia y mide el tiempo que transcurrirá entre ésta y el momento de recuperación del funcionamiento de las diferentes aplicaciones y sistemas, siendo también diferenciable según servicios, aplicaciones y área de actividad de la empresa. Una vez que se han obtenido estos datos, el cliente podrá proceder a ubicar cuál es su posicionamiento teniendo en consideración dos curvas que establecen una relación entre los ejes de dinero y tiempo (ver figura 2). “La primera de las curvas determina el coste asociado a la solución de contingencia, siendo un coste anual al que la empresa tendrá que hacer frente en todo momento, esté padeciendo o no una contingencia; la curva refleja cómo a medida que se aumenta el tiempo aceptable hasta la recuperación, y, por tanto, cuanto menos rapidez se exija al servicio, menos costosa será la solución y viceversa”. La otra curva, que mide la relación impacto económico/tiempo desde el punto de vista del coste que para un negocio puede tener la interrupción de su funcionamiento a medida que transcurren los minutos, días, semanas, etc., crece en sentido inverso y de manera exponencial. Es de destacar que los valores absolutos de ambas curvas (coste de la solución e impacto económico) son dependientes del tipo de negocio y nivel de dependencia de implantación de las TIC en la empresa, tanto en el importe económico de la solución, como en el impacto que una contingencia puede significar para una determianda empresa. “En Telefónica recomendamos al cliente situarse en algún punto cercano al de intersección de las dos curvas. Para facilitarlo, perfilamos una figura en forma de rectángulo que se corresponde con el coste máximo mensual de la solución de continuación que el cliente está dispuesto a desembolsarse y el tiempo máximo de indisponibilidad en caso de contingencia de sus TIC que el cliente puede permitirse, existiendo diferentes alternativas de recuperación en función de estos parámetros. En la elección de una u otra alternativa resulta fundamental tener conciencia de que cuanto más se reducen los riesgos, más aumentará la inversión, pero sin olvidar que, al mismo tiempo, reducir coste es, en caso de contingencia, aumentar las pérdidas.”

Un plan en tres fases
Este posicionamiento constituye una parte esencial de la primeras de las tres fases en que debe estructurarse cualquier plan de contingencia: definición, planificación e implantación tecnológica de la estrategia de recuperación ante desastres. En la primera, se analizan los riesgos y el impacto de cada uno de ellos sobre el negocio. También en esta fase se estudia el entorno tecnológico concreto del cliente y sus puntos más vulnerables, atendiendo a asuntos como la interdependencia entre sistemas, qué recursos alimentan a otros, etc. Como resultado de estos análisis aparece una serie de opciones estratégicas para la empresa que, conociéndolas, deberá decidir cuál representa el punto en el que desea situarse. “La clave está en encontrar el punto óptimo entre los riesgos y la inversión que la empresa puede o quiere asumir. Y eso nadie puede saberlo mejor que el propio cliente porque es quién mejor conoce su negocio”, subraya López Chousa.
En la siguiente fase, la de planificación, la empresa ya ha decidido si necesita recuperar sus sistemas en unos segundos, en unas horas o en unos días. Llega entonces el momento de concretar el diseño de la solución tecnológica que soportará esa estrategia. Aquí se procederá a definir el centro alternativo donde se restablecerán los sistemas en caso de contingencia, así como a desarrollar los procedimientos de respaldo y recuperación de sistemas, y a la elaboración del plan de continuidad de negocio, que habrá de activarse automáticamente en caso de crisis. Durante esta fase del proyecto, se establecerán asimismo las prioridades de recuperación para los diferentes servicios y aplicaciones de la empresa. “En caso de contingencia, tan crucial es la infraestructura que la empresa tiene a su disposición para restablecer sus sistemas como la existencia de una metodología y un protocolo de actuación que determine con el mayor grado de detalle posible quiénes son las personas implicadas en el plan, qué es lo que debe de hacer cada una de ellas en situación de crisis, y en qué orden”.

Elementos de comunicaciones y TI
Concluidas con éxito las dos etapas anteriores del plan de contingencia, la empresa deberá proceder a su implantación. En esta fase deberán emprenderse acciones como la adquisición y puesta en marcha del centro de respaldo, incluido el espacio físico y las comunicaciones, y la realización de pruebas iniciales de los equipos de emergencia según los procedimientos descritos en la planificación de la estrategia, unas

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