Una incógnita de futuro

Operadores mayoristas

Durante los últimos tiempos hemos podido ver a firmas como Interoute, Global Crossing, KPNQwest o MCI WorldCom, entre otras, atravesando serias dificultades económicas. Todos los casos citados poseían una característica en común: eran Carriers´ Carriers, o, como también se denominan, operadores mayoristas de telecomunicaciones. Se trata de un modelo de operador que hoy representa una incógnita de futuro.

Los Cariers’ Carriers –proveedores mayoristas de infraestructuras de telecomunicaciones (fundamentalmente fibra óptica) y de servicios de transporte y capacidad– aparecen en Europa a raíz de la liberalización del mercado de las telecomunicaciones, con la entrada de nuevos operadores que necesitan disponer de infraestructura para implantar sus redes y así ofrecer servicios a clientes finales. Este fenómeno dio lugar a un crecimiento desmesurado de este tipo de operadores mayoristas, multiplicándose por cuatro el número de ellos presente en Europa entre 1995 y 1998. En el caso particular de España, el crecimiento de este mercado se dejó sentir a partir de 1998 –año en que se liberaliza la telefonía fija– y hasta la fecha, viéndose hoy reflejado en los más de 80.000 Kilómetros por par de fibra oscura comercializados y los más de 10.000 circuitos de capacidad superiores a 2 Mbps (excluyendo los circuitos intragrupo de Telefónica).
El desarrollo y crecimiento del mercado Carriers’ Carrier se ha debido, por una parte, a la evolución favorable del mercado retail, en particular al boom de la telefonía móvil, y al crecimiento de usuarios de Internet y de servicios de transmisión de datos; por otra, a los avances que supuso la aparición de nuevas tecnologías como WDM y DWDM, que permiten multiplicar hasta por 64 veces la capacidad de transmisión por un mismo par de fibra.

Punto de inflexión
Sin embargo, en la actualidad se observa un punto de inflexión en la evolución de este mercado mayorista como consecuencia de diversos factores adversos que ponen en riesgo la viabilidad del modelo de negocio de muchos de estos operadores. Estos factores incluyen la recesión económica a nivel mundial, el dominio de los antiguos monopolios, la concentración de los operadores del sector con la oleada de fusiones y adquisiciones, el exceso de oferta de servicios de capacidad y la consecuente caída de precios, el retraso en la aparición de nuevas tecnologías y la posible apertura a la compartición de infraestructuras.
La crisis económica que afecta a los mercados globales desde hace más de un año, a raíz de la desaceleración de las principales economías de los países desarrollados y el final de la burbuja de Internet ha impactado muy negativamente al sector de las telecomunicaciones. Una muestra del momento delicado que atravesamos es el descenso del valor de capitalización bursátil que han sufrido los grandes monopolios europeos. Por ello, los operadores se han visto obligados no sólo a frenar sus inversiones, sino también a iniciar un proceso de desinversiones y control de costes, lo que ha hecho decrecer notablemente el dinamismo del sector y, en concreto, el mercado de capacidad.

Contracción de la oferta
A pesar de las caídas que han sufrido en bolsa, los operadores dominantes siguen manteniendo una situación privilegiada con altas cuotas de mercado –en el caso de España, Telefónica, con más del 80%–, que ha llevado a los operadores alternativos a enfrentar serias dificultades financieras, al no haber visto cumplidos sus objetivos de mercado y de rentabilidad. Dado que el mercado de Carriers’ debe su crecimiento al despliegue de redes de los operadores alternativos, las bajas cuotas de mercado conseguidas por éstos están impactando directamente en los mayoristas.
Esta situación es el comienzo de un proceso de contracción de los actores del mercado, que se está viendo reflejado en una serie de fusiones y adquisiciones sectoriales entre los operadores LMDS, operadores de cable, ISP y, recientemente, las plataformas de TV digital, entre otras; en el establecimiento de alianzas y joint ventures propiciadas por la convergencia de tecnologías; y en la extensión del fenómeno de la globalización, con grandes grupos paneuropeos y multinacionales, tanto en telefonía fija como en telefonía móvil. Por otra parte, el actual exceso de oferta de capacidad, provocado por un entorno competitivo en el que coexiste un gran número de operadores con servicios poco diferenciados y redes totalmente duplicadas, ha dado lugar a una caída generalizada de los precios de estos servicios, reduciendo los ya castigados márgenes.
Por si esto no fuera suficiente, el retraso de la aparición de nuevas tecnologías, como UMTS, y el lento despegue de los servicios de banda ancha agravan aún más la situación para los operadores mayoristas, al no ver materializada las expectativas creadas en relación a los requerimientos de capacidad y de ancho de banda inicialmente previstos. Por último, cabe destacar los esfuerzos que en España y a nivel europeo están realizando los operadores para conseguir suavizar los compromisos de inversión contraídos mediante la compartición de infraestructuras, lo cual implicaría un descenso aún mayor del mercado potencial de servicios mayoristas.
Estos y otros factores ponen de manifiesto la fragilidad del actual modelo de negocio de los operadores mayoristas, que ha tenido su reflejo en el colapso financiero que han protagonizado algunos de los más importantes carrier’s a nivel europeo. Así, WorldCom, Global Crossing, KPNQwest, Level3 y Viatel, sólo por citar algunos, entraban en suspensión de pagos, mientras que Cable & Wireless anunciaba una disminución de sus ingresos, así como una reducción de sus inversiones debido al colapso de precios de los servicios de conectividad. De igual forma, Energis estuvo inmerso en un proceso de suspensión de pagos del que ya ha logrado salir y Concert (la joint venture participada por AT&T y BT) se ha disuelto.

Integración horizontal
Ante esta inminente situación de estrechamiento del negocio tradicional de infraestructura y transporte de capacidad de los operadores mayoristas, algunos han optado por la integración horizontal en la cadena de valor. Tal es el caso, entre otros, de KPNQwest y Colt, que han extendido su oferta hacia servicios de mayor valor añadido a través de grandes centros de datos (housing, hosting, servicios para ISP y ASP) que proporcionan mayores márgenes, y que permiten ampliar su mercado potencial.
Aunque esta integración tiene sentido, ya que es la extensión natural del negocio y además tiene importantes sinergias con la actividad principal, los resultados han sido dispares. En el caso de KPNQwest, operador global que atacaba todo tipo de clientes, la compañía entró en múltiples inversiones que no encontraron su retorno en un plazo razonable, hasta llegar a la suspensión de pagos en mayo de 2002. En el caso contrario, Colt, proveedor de servicios de transmisión a grandes empresas y operadores, optó por incluir en su oferta los comentados servicios de Data Center, incrementado notablemente sus resultados gracias en parte a esta línea de negocios.

Fernando López y Arjan Sundardas
Manager y Consultor Senior de Arthur D. Little

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