UMTS: mucha excusa y poco riesgo

¿A quién creer? - Nadie asume el riesgo - Ahora o ¿cuándo?

El grupo con sede en Hong-Kong Hutchison Whampoa se ha convertido en la oveja negra de los operadores de telecomunicaciones. Con una gran valentía, la compañía –que pujó fuertemente por las licencias de telefonía móvil UMTS en Europa–, lanzó servicios con los nuevos teléfonos multimedia a comienzos de marzo en Italia y en Reino Unido. Este grupo empresarial no se ha limitado, como otros, a hacer grandes anuncios resaltando el enorme potencial de la 3G y del amplio abanico de sus posibilidades para los usuarios. Sencillamente, Hutchison Whampoa ha puesto terminales en la calle y ha empezado a venderlos ya. De momento lleva sesenta mil terminales de tercera generación vendidos en el mercado, y tiene peticiones por parte de los distintos socios distribuidores para otros treinta mil. Son cifras relativamente modestas, pero es un comienzo.
La compañía, asumiendo el riesgo a equivocarse y el riesgo de estrellarse que caracteriza a los pioneros, se ha lanzado a por UMTS. La actitud de Hutchison no solamente es admirable; da para pensar en muchas cuestiones. Durante meses, el resto de operadoras han estado argumentando que el retraso de UMTS se debe a su escaso desarrollo técnico por parte de los proveedores, en especial en lo que a terminales se refiere. Los proveedores, por el contrario, han estado demostrando en multitud de foros cómo sus terminales funcionan. Y han explicado que si el UMTS no está más desarrollado es porque las operadoras todavía no han empezado a pedir equipos en forma masiva y por lo tanto no pueden producirse economías de escala en la producción. Estos argumentos giran una y otra vez en una especie de círculo vicioso que Hutchison se ha propuesto romper.
La conclusión es que el resto de operadoras ya no pueden seguir escudándose en el argumento de que UMTS no existe. Hutchison ha demostrado que es una realidad, y que si algo falla, son las ganas de invertir en un momento en el que se teme un agravamiento de la crisis que sacude el sector de las telecomunicaciones. Crisis que, por otro lado, está provocada precisamente por las pocas ganas de invertir.
Las operadoras, endeudadas en muchos casos hasta las cejas, ya no pueden por más tiempo recurrir al argumento de que UMTS aún no ha salido de cocina y que está en fase experimental. Si no lo ponen en marcha es por otras razones. Porque no quieren asumir más riesgos en un negocio en el que las expectativas pueden haber sido infinitamente mayores que lo que en realidad pueda dar de sí. O porque quieren amortizar y exprimir totalmente otro tipo de redes, como GPRS, antes de lanzarse a nuevas aventuras. En algunos países, las operadoras están en su derecho de retrasar el lanzamiento de UMTS tanto cuanto quieran. Las licencias las consiguieron a través de subastas multimillonarias que, aunque fueran muy costosas, no les imponían compromisos de despliegue o de cobertura. No es el caso español. En España, las licencias se otorgaron por concurso, a un precio muy limitado, pero con compromisos muy amplios en cuanto a calidad y calendario de puesta en marcha.
El Ministerio de Ciencia y Tecnología llegó a un acuerdo con las operadoras para suavizar esos compromisos a finales del pasado año. De esta forma, eliminó los seis mil millones de euros en avales que tenían las compañías para garantizar que cumplirían con sus obligaciones en UMTS. El calendario de la puesta en marcha, que ya tenía que haber sido ejecutado, se retrasó hasta el verano de 2004. Y, según las nuevas exigencias del Gobierno, Telefónica Móviles, Vodafone, Amena y Xfera deberían estar testando sus equipos y terminales UMTS a lo largo del segundo semestre de 2003, para que a lo largo del primer semestre de 2004 se lanzara comercialmente el servicio; en cualquier caso, siempre antes de julio de 2004. Quizás ha llegado el momento de recordar a las operadoras y al ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, que en otros países ya se están vendiendo móviles de tercera generación.

Contenido Patrocinado

Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital