"Triple play"

La jugada telefónica de las tres bandas

El triple play no es otra cosa que competir a tres bandas, en comunicaciones de voz, Internet a alta velocidad y suministro de contenidos audiovisuales. Al grito comercial de “una red, una sola factura, una única línea”, lo que tantas veces se ha discutido en el sector –la convergencia de los servicios, o matrimonio entre redes y contenidos– empieza a cuajar.

Desde hace dos años, la expresión de moda en el sector de las telecomunicaciones español ha sido “banda ancha”. Pero mientras nuestro país sigue atascado en discusiones sobre si la banda ancha es realmente ancha o más bien “anchita”, o si es muy cara o barata, algunos de los principales países europeos han dado un salto más y han empezado a hablar del triple play. Es una fórmula de negocio que en su día se apuntó como posible y que en algunos países ya empieza a generar los primeros frutos.
No se trata de ninguna novedad en el sector. De hecho, el modelo basado en la oferta de servicios de voz, Internet y audiovisual por el mismo hilo y con la misma factura siempre ha constituido la razón de ser de los operadores de cable. La novedad –nada baladí– es que ahora el triple play ha saltado precisamente desde el territorio comanche de los operadores de cable a otros ámbitos. Hoy ya lo están ofreciendo otros operadores que, bien son los antiguos monopolios de sus respectivos mercados, bien son operadores alternativos que en principio cuentan con escasas infraestructuras.
El hecho de que después de años de existencia se haya decidido bautizar con un nombre más o menos pegadizo un modelo que se ha ido abriendo hueco desde hace décadas es una prueba más de que esta fórmula de hacer negocio ya no es un fenómeno aislado de los cableros. Es El Fenómeno. Con mayúsculas. Y afecta a todo el mercado.

Apetito de negocio
Nadie discute que el triple play nace como respuesta al éxito de los operadores de cable, que a pesar de su lentitud en el despliegue de redes, han ido arañando, pasito a pasito, cuota de mercado en el sector. Grupos de análisis como Gartner han advertido que las operadoras telefónicas tradicionales, de no actuar rápidamente, perderán completamente su poder en el mercado masivo de servicios. Pero aunque el “fantasma” de los operadores de cable ha tenido mucho que ver en la gestación del triple play, sería poco realista limitar el análisis a esa única causa. En el boom de esta clase de ofertas que se está viviendo en varios países también está teniendo mucho que ver el propio desarrollo y perfeccionamiento tecnológico de los sistemas DSL, que hace años no permitían ni la décima parte de la capacidad de transmisión que permiten ahora. También hay que considerar el desarrollo de otros sistemas de transmisión hasta hace unos años impensables, como PLC, que utiliza las líneas telefónicas tradicionales.
Otro acicate que impulsa el triple play entre los operadores de telefonía fija es el apetitoso mercado que están generando los contenidos multimedia, descubiertos por los operadores de telefonía móvil. La industria del móvil se está beneficiando mucho más que la industria del teléfono fijo de esos contenidos, que pronto superarán a los servicios puros de conectividad. Según un estudio de la Unión Europea, en tres años los ingresos del mercado de contenidos superarán los 40.000 millones de euros, frente a los 37.000 que generarán los servicios de acceso. Es, por definición, un mercado en el que hay que estar. Las operadoras de telefonía fija se han dado cuenta, y harán todo lo posible por entrar en él.
Pero la respuesta al fenómeno de la integración o la convergencia ha sido desigual dependiendo de qué país se analice, de qué operadora se hable y de las circunstancias legales de cada mercado. En Estados Unidos, operadoras como Bell South o SBC han apostado fuertemente por la televisión a través de ADSL, fundamentalmente por la presión de cableros como Comcast y Time Warner. SBC ya cuenta con más de 200.000 clientes y SBC ronda los 100.000 en este tipo de servicios. Sin embargo, las operadoras europeas dominantes están reaccionando lentamente. France Telecom lo hacía escasos meses y Telefónica, recientemente, por poner sólo dos ejemplos.
Muy al contrario, surgen iniciativas por doquier de operadores alternativos que están actuando rápida y decididamente en nuestro continente. Es el caso de grupos como Free en Francia, Fastweb en Italia o Hansenet en Alemania. Todos están jugando con la triple baraja de la voz, Internet y los contenidos audiovisuales. El país que más rápidamente está caminando hacia esta integración de servicios está siendo Francia. ¿Casualidad? Puede que sí. El caso es que en ese país el triple play ha hecho su irrupción de la mano de dos grupos: Illiad, que operara con la marca Free, y Neuf.
Free ya se ha convertido en un caso digno de estudio. En los últimos meses, y a pesar de que su lanzamiento fue caótico en algunos servicios, como el de la televisión por ADSL, ha tenido un éxito fulgurante por su agresividad en precios, ingenio comercial y argucias imaginativas para sortear posibles trabas legales y el bloqueo del operador dominante, France Telecom. Hace un año, Free arrancó con una primera oferta de televisión por ADSL nada desdeñable: un paquete de 30 canales de televisión en abierto, y otros tantos de pago. Al mismo tiempo, ofrecía la posibilidad de conexiones a Internet de alta velocidad, y –lo más extraordinario– rompía el esquema de tarifas telefónicas, a través de la red IP, con ofertas totalmente gratuitas dentro de Francia, o a muy bajo coste para llamadas fuera de este mercado.
Otros casos, como el de Fastweb, que pasa por ser el primer operador alternativo triple play del entorno europeo, también están llamando la atención. La compañía está siendo capaz de generar un arpu (average revenue per user, o ingreso medio mensual por cliente) de 65 euros, una cifra alta para un operador alternativo en el que, además, la televisión por ADSL es un reclamo, pero no el grueso de los ingresos. En el caso de Fastweb, los servicios de televisión por ADSL son responsables del 20% de ese arpu. Este tipo de datos son los que están provocando la envidia en el sector, que ve que como ADSL, sin servicios adicionales, ha conseguido aportar apenas un arpu medio en Europa de 40 euros al mes.
Fastweb y Free no son las únicas historias de éxitos repentinos. En Alemania, el grupo Hansenet ha conseguido en un tiempo récord alcanzar unas ventas de 182 millones de euros y ponerse en números negros, con un ebitda (resultado operativo bruto) de 29 millones anuales. En enero de este año, rompiendo el maleficio que desde el estallido de la burbuja tecnológica en 2000 perseguía a las empresas tecnológicas, Hansenet salió a bolsa con éxito.
No es de extrañar que, en este contexto, los proyectos de triple play se hayan multiplicado como hongos. Además de Fastweb, del grupo e.biscom en Italia, del caso de Free-Illiad en Francia, y de Hansenet en Alemania, cuyo nombre comercial es Speed-Movie, han ido apareciendo empresas similares en los países tecnológicamente más desarrollados. Por ejemplo, en Mónaco ha saltado al mercado el servicio Sesame TV, de Monaco Telecom; en Suecia, lleva meses operando el servicio Breadbandbio

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