Terra Nova

Telefónica ha decidido hacer borrón y cuenta nueva en muchos de sus negocios. Entre ellos sus aventuras en telefonía móvil de tercera generación, o UMTS, en Alemania, Italia, Austria y Suiza. Por eso ha provisionado cantidades multimillonarias en las cuentas de resultados del pasado ejercicio. En total, el agujero que se ha creado ha sido superior a los 16.000 millones de euros, lo que ha llevado a la operadora a pérdidas récord en la historia empresarial española. Pero ante todo sorprende su decidida apuesta por poner en orden los negocios de Internet de la compañía, en especial Terra Lycos.
Telefónica ha llevado a cabo dos operaciones de cirugía estética que tendrán enormes repercusiones en el futuro de Terra. En primer lugar, Telefónica ha redefinido el modelo de negocio de la filial, dándole un contrato de servicios para los próximos seis años. En segundo lugar, ha limpiado el balance de la empresa, reconociendo un menor valor de Lycos, lo que ha llevado a realizar inmensos saneamientos en el balance y a pérdidas de más de dos mil millones de euros en las cuentas de la filial de Internet.
Pero estas dos operaciones, aunque se han presentado con toda naturalidad, son algo más que ligeros ajustes. En realidad ponen las bases para un cambio radical dentro de Terra. Se ha explicado que el contrato de servicios para seis años con Terra sustituye al que ésta compañía tenía con Berteslmann. Desde el punto de vista financiero efectivamente es así. Pero desde el punto de vista operativo, prácticamente mata la independencia de la que gozaba Terra de su matriz Telefónica. Con este contrato, Terra queda atada y bien atada a Telefónica, y lo más probable es que, a partir de ahora, veamos una integración progresiva y silenciosa del portal con la operadora, hasta que el portal pierda su personalidad. El contrato, en definitiva, ha sido una forma extremadamente fina y sutil de empezar a desmontar Terra, haciendo que una parte progresiva de sus negocios se lleven desde la corporación. Los responsables de la filial no han escatimado medios durante los últimos días para intentar demostrar que no es así, argumentando que Terra mantiene su autonomía con respecto a Telefónica.

¿Adiós a Agut? Lo cierto es que Joaquim Agut, presidente de Terra, lo tendrá más difícil ahora para tomar decisiones, ya que éstas tendrán que estar supeditadas a lo que pida Telefónica. De momento, la matriz ha asumido el rol de protagonista en el negocio de acceso, espina dorsal en estos momentos de los portales de Internet, al ser lo único que realmente deja dinero. Bien es cierto que Terra seguirá centrándose en el desarrollo de contenidos, pero al ser Telefónica el principal cliente, el portal tendrá que trabajar de acorde con sus directrices. La operadora tiene puestos sus ojos en el desarrollo de los contenidos multimedia a través de ADSL, con la incorporación de servicios como la retransmisión de imágenes y vídeos a través de la línea del teléfono (proyecto Imagenio). Telefónica y Terra desarrollarán conjuntamente ese proyecto, pero indudablemente la operadora marcará la pauta.
De esta forma, Terra queda desdibujada en el mercado, lo que desde el punto de vista de la gestión, plantea numerosos interrogantes. El más obvio es el que gira en torno al futuro de Agut. Según fuentes de Terra, Joaquim Agut ha sido el principal impulsor del acuerdo. Pero otras fuentes no tienen la misma visión. Según algunos, las relaciones de Agut con Gran Vía, donde está la sede central de Telefónica, sólo fueron fluidas al principio de que el presidente de Terra fuera nombrado en su cargo. Después se fueron enfriando, e incluso, con algunos principales ejecutivos de la operadora, se fueron agriando. El contrato de servicios de Telefónica con Terra resta poder de maniobra a Agut en un contexto ya de por sí delicado. Agut se verá abocado a redefinir su papel dentro del grupo. En los mentideros económicos se especula con su salida, y, de hecho, ha estado, según rumores que circulan desde hace semanas, preparando con un bufete de abogados un amplio informe sobre lo que le correspondería de indemnización en caso de que tenga que marcharse de la filial de Internet de Telefónica.
Más complejo será buscar soluciones para Lycos. Reconocer que esta empresa vale menos, y haber hecho importantes ajustes de personal en Estados Unidos en la empresa, es empezar a prepararla para la venta. El problema es que no existen ofertas en el mercado por ella, ni buenas ni malas. Aunque Agut ha defendido siempre Lycos como una empresa que aporta internacionalidad a Terra, desde Gran Vía no solamente se mira con malos ojos a este portal; sencillamente se ignora. Se ve como un miembro postizo a Terra. Una solución que se baraja es la de segregar Lycos de Terra. Si no prospera la venta de la empresa al mejor postor a medio plazo, siempre queda la alternativa de ir desmontándola progresivamente. Es decir, poco a poco quitarle el oxígeno para que vaya muriendo por su propio peso. De hecho, es lo que ha estado ocurriendo en los últimos meses. En cualquier caso, Telefónica ha puesto rumbo, por fin, hacia una nueva Terra.

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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