Telefonía fija en España: la guerra encubierta de los operadores

Desde que en abril de 1997 se publicara en nuestro país la Ley de la Liberalización de las Telecomunicaciones se han producido numerosos cambios en un sector que ha demostrado ser enormemente ágil. Según la empresa de análisis DBK, el mercado de las telecomunicaciones en España registró durante el año 2000 un crecimiento del 19,6%, situándose en un volumen de 3.068.100 millones de pesetas. Los principales motores del crecimiento, al igual que el año anterior, fueron el fuerte dinamismo de la telefonía móvil y el auge de los servicios de datos e Internet.
Mientras que el mercado de la telefonía fija creció un 6,5% con respecto a 1999, alcanzando los 1.450.000 millones de pesetas –lo que supone el 47,2% del total–, la telefonía móvil fue de nuevo el segmento más dinámico registrando un crecimiento del 38%, lo que representa 1.259.000 millones de pesetas –o el 41% del valor total del sector–. En cuanto al mercado de datos e Internet, experimentó en 2000 un aumento del 35,7%, hasta situarse en 175.000 millones de pesetas.
Estos datos demuestran que la telefonía fija está perdiendo peso específico debido al alto crecimiento registrado por la telefonía móvil, datos e Internet. Esta tendencia obedece a que los operadores no terminan de anticiparse a las necesidades de los usuarios en materia de conexión fija y a que tardan en desarrollar soluciones innovadoras suficientemente atractivas. Sin embargo, esta pérdida de presencia no desvía el motivo de competencia a otros ámbitos, sino todo lo contrario: comparando las tarifas telefónicas de los operadores españolas en los últimos tres años, se observa que la bajada de precios es lenta pero sostenida. Este fenómeno se debe a la progresiva eliminación del coste por establecimiento de llamada como estrategia comercial para atraer nuevos clientes. Además, la continua entrada en el sector de nuevos operadores ha supuesto un aumento de la competitividad, lo que ha provocado una reestructuración general de las tarifas.
La reducción de las tarifas llevada a cabo por el operador dominante, Telefónica, condiciona al resto de los operadores para modificar las suyas. Si se comparan las facturas medias de Telefónica de marzo de 1999 y marzo de 2001, las diferencias en el importe alcanzan el 23%, porcentaje que muestra una tímida tendencia a la baja. Pero esta bajada no ha sido tan pronunciada como la de los recién aparecidos operadores, que ofrecen ahora precios mucho más baratos que la media de las tarifas. En este sentido, hay que recordar que a finales del año 2000 el sector estaba integrado por unos 80 operadores frente a los 70 de 1999 y los 50 de 1998, excluyendo los operadores de radiobúsqueda de ámbito regional y los proveedores de acceso a Internet. El sector está librando una encarnizada batalla por ofrecer una tarifa más barata, si cabe, que la de su principal contrincante y operador dominante: Telefónica.
Por ello, no cabe sino esperar a corto plazo un continuo goteo de bajadas de precios que tenderán a estabilizarse cuando lo hagan las cuotas de mercado en el sector. De momento, y para amortiguar posibles pérdidas debidas a la competitividad, Telefónica ha optado hace unas semanas por elevar su cuota de abono y reducir las tarifas internacionales. De esta manera, la empresa quiere aumentar sus ingresos fijos derivados de las cuotas permanentes e incentivar las llamadas al extranjero. Aún queda por ver la reacción del resto de operadores en el mercado nacional que, sin duda, están buscando fórmulas diseñadas para reducir la cuota de mercado del líder del sector y ofrecer servicios destinados a aumentar el nivel de satisfacción de sus clientes.

Jorge Zlotnik, Director General de Emprosoft
www.emprosoft.com

Contenido Patrocinado

Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital