Telecos: Optimismo contenido e incertidumbre

El sector ante el nuevo curso

Las telecos están atravesando la peor crisis de su historia, y, a pesar de que ya se van viendo los resultados de la profunda reestructuración que el sector se vio obligado a emprender, todavía quedan por resolver cuestiones de todo tipo, desde las normativas a las tecnológicas, pasando por la cartera de servicios que ofrecer y la optimización del negocio. Se trata de los últimos pero trascendentales flecos del cambio emprendido durante los últimos años que, si bien son comunes para todo el mercado a nivel mundial, en cada país tiene sus propias peculiaridades. Y en España no son pocas.

Desde el año 2000, y a nivel mundial, el sector de las telecomunicaciones se halla inmerso en un proceso de reajustes en profundidad. Las nuevas circunstancias del mercado han obligado a las compañías a reducir su endeudamiento a costa de despidos, reestructuraciones y ventas de activos, al tiempo que se frenaba el espíritu expansionista de la época anterior y se retornaba a los mercados de origen. El proceso de saneamiento casi ha culminando, pero aún quedan algunos ajustes pendientes.
Para Francisco Carvajal, socio del Grupo de Telecomunicaciones de Accenture, tres son las grandes cuestiones a las que se está enfrentando el sector. La primera es “la modernización de la infraestructura, transformando las redes analógicas en digitales a fin de conseguir mayor capacidad y prestaciones para el usuario final”. También la cartera de servicios está evolucionando desde la voz a los servicios de datos (para los operadores móviles) o a los multimedia (para los fijos), de manera que surgirán “nuevos servicios de ocio y entretenimiento para el mercado residencial y servicios telemáticos e informáticos para el mercado de empresas soportados en modelos ASP”. Finalmente, las compañías deberán ser más eficientes tanto en sus operaciones como en la comercialización, y estos “altos niveles de eficiencia exigen un rediseño de los procesos de negocio y una mayor orientación al cliente. Adicionalmente, se adecuarán los recursos para conseguir la máxima competitividad”.

Paisaje después de la batalla
Dentro de este marco glogal, nuestro país tiene paisaje propio. En general, todo el sector español parecen coincidir en que “las cosas ya sólo pueden ir a mejor”, y algunos hasta hablan de tímida recuperación, pero el análisis de la situación es distinto para los fabricantes de equipos de telecomunicaciones que para los operadores. Para los primeros, lasa cosas no están muy boyantes. “El mercado de 2002 retrocedió al nivel del año 1988 (...) y la exportación al de 1991”, explica Jesús Banegas, presidente de ANIEL (Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones). Y eso que la crisis mundial no parece ser la responsable, dada la fuerte dependencia del mercado interior. Banegas añade que “en el ámbito de la oferta tecnológica, España está perdiendo mucho tejido industrial y debiera ser una preocupación de todos y un reto recuperar gran parte del terreno perdido”.
“En España hemos tenido lamentablemente un nivel de producción de equipos no demasiado elevado (...) los niveles de exportación no son tan grandes como para poder decir que una caída de la demanda externa tenga un peso especialmente significativo en el volumen de ventas”, asegura José Pérez, director general de ASIMELEC (Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones).
En cuanto a las empresas que prestan en España servicios de telecomunicaciones, la situación es variopinta. A las compañías de móviles les salen las cuentas pero aún están pendientes del desarrollo de UMTS, reto al que, según Banegas, se une el grave problema que supone la imposibilidad de poner antenas en muchísimos puntos del país. Mientras, en su opinión, los operadores de telefonía fija “tienen por delante el gran desafío de la banda ancha, que está lleno de posibilidades pero también de incógnitas”.
Para Félix Álvarez-Miranda, director general de ASTEL (Asociación de Empresas Operadoras y de Servicios de Telecomunicaciones), a la evolución mundial del sector, que ha obligado a todos los operadores a acometer reorganizaciones y recortes, se unen en el caso español otros factores que han agravado la situación. “La resistencia de Telefónica a cumplir con la regulación ha provocado que los operadores alternativos sólo hayamos podido arañar una cuota del 17% del mercado”. Muestra de ello son, para el director general de ASTEL, los 71 millones de euros en sanciones que le han sido impuestas al operador dominante por la CMT y el Tribunal de Defensa de la Competencia desde el comienzo de la liberalización.

Internet en la niebla
Al menos las empresas de ingeniería y de integración de sistemas parecen disfrutar de una cierta reactivación de la inversión por parte de los operadores y “ven el panorama con un mayor optimismo”, según José Pérez. Sin embargo, los proveedores de servicios de Internet siguen la triste tónica general y no parecen muy contentos. “Nuestra situación sigue siendo complicada a causa de la posición de dominio que sufre el mercado español, especialmente el de banda ancha. En los últimos dos años no han variado las cuotas del ex monopolio en el mercado ADSL, que continúa manteniendo en torno al 95% en el mercado mayorista y el 80% en el minorista”, se queja Javier Valiente, secretario general de AEPSI (Asociación Española de Proveedores de Servicios de Internet). Una reciente resolución de la CMT sobre el ADSL mayorista no ha gustado a esta Asociación, porque consideran que hay diferencias de trato que favorecen a las filiales de Telefónica. “Entendemos que los plazos medios de instalación de líneas ADSL varían considerablemente cuando se trata de clientes de operadores o de ISP distintos al Grupo Telefónica”.
Siguiendo con Internet, el presidente de ANEI (Asociación Nacional de Empresas de Internet), Miguel Ángel Errasti, habla de una tímida recuperación sostenida en España, al abrigo de unas circunstancias económicas mejores que las del resto de los socios de la UE. En cuanto al comercio electrónico, “el volumen de ventas siempre ha mostrado una curva creciente, no de una forma tan explosiva como se esperaba, pero sí de manera constante y sostenida”, afirma Iñaki Uriarte, director de Relaciones Institucionales de AECE (Asociación Española de Comercio Electrónico). Cada vez más empresas españolas emplean Internet como un canal de comunicación, pero muy pocas lo usan como canal de ventas. En AECE vaticinan que el número de compradores va a continuar aumentado. Tras las vacaciones de verano han notado un aumento de las ventas B2C, que esperan que mejore aún más en Navidades. En cuanto a soluciones B2B, confían en que las empresas las irán adoptando poco a poco, siempre y cuando suponga una clara reducción de costes.

Retos pendientes
De esta situación todavía delicada parten los integrantes del sector español de telecomunicaciones, cara a un nuevo curso cargado de retos. Los de carácter normativo tienen una trascendencia fundamental por constituir un potencial motor del mercado. El reciente nombramiento del n

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