Streaming media (1)

Audio y vídeo en Internet

Las empresas están empezando a darse cuenta del enorme potencial de negocio que representa la transmisión de audio y vídeo por Internet. Con una cartera de usuarios en continua expansión, y tecnologías sobradamente probadas, es el momento del streaming media. En esta primera aproximación a estas tecnologías y aplicaciones nos centramos en los servicios de audio y vídeo en la Red, para abordar en una segunda entrega su aplicación específica a las empresas.

Hasta hace apenas un año era una de esas posibilidades de la Red al alcance solamente de unos pocos. El público era tan reducido que las empresas apenas estaban interesadas en utilizar audio y vídeo en sus páginas Web. Conforme se van popularizando las conexiones de banda ancha, hay más usuarios con acceso a este tipo de contenidos.
Antes, cuando un usuario quería disfrutar del avance de su película favorita, tenía que dedicar largos tiempos de bajada en exclusiva a ese archivo. Una vez colocado el vídeo en el disco duro del ordenador, procedía al visionado. Dependiendo de las calidades y de la duración del vídeo, el tiempo de descarga podía ser de horas. Por eso surgió el streaming media. Se trata de un sistema de distribución de archivos que permite disfrutar de contenidos de audio y vídeo sin necesidad de bajarlos totalmente desde Internet. Para ello crea un directorio temporal de almacenamiento donde se va descargando cada archivo según se baja. El reproductor de archivos de media va tomando de ese archivo intermedio los contenidos para reproducirlo. Así, se puede disfrutar de un vídeo o de un archivo sonoro sin necesidad de esperar a su descarga total: lo único que hay que hacer es esperar al llenado de un pequeño buffer de donde la aplicación irá tomando los datos. Las ventajas de este sistema son indudables porque ponen audio y vídeo al alcance de muchos usuarios que de otra manera no podrían disfrutarlo. Sin embargo, no es su única ventaja. Para las empresas que quieran colgar contenidos audiovisuales en Internet es una auténtica mina.

Mil y una aplicaciones
Esa capacidad de reproducir contenidos audiovisuales sin necesidad de esperar a la descarga completa de los archivos es de especial importancia en el caso de las retransmisiones en directo. Y es que dentro del streaming media podemos distinguir dos tipos diferentes. En primer lugar, estaría el vídeo y el audio bajo demanda; son archivos pregrabados que ya se encuentran en el disco duro del servidor y que se reproducen a instancias del usuario en el momento en que éste lo solicita. Por otro lado, están las emisiones de tipo broadcast, que se van produciendo en directo y en tiempo real; el usuario se incorpora a la emisión en curso, pero no puede volver a iniciar la reproducción desde el principio. En este capítulo de broadcast se incluye la radio y la televisión en directo, las retransmisiones deportivas o de conciertos, e incluso algunas aplicaciones tipo webcam o de tele videoconferencia.
Las utilidades del streaming media son indudables. En primer lugar, es una herramienta que permite la creación de medios de comunicación audiovisuales a través de Internet; con el streaming media se pueden crear emisoras de radio y televisión “sólo-Internet”. También resulta muy útil para mejorar la comunicación entre las empresas y sus clientes. Hasta ahora las “faq” o respuestas más comunes eran largas parrafadas de texto, no siempre fáciles de entender. Gracias al streaming media, las partes más complicadas se pueden acompañar con demostraciones mediante archivos en vídeo, con lo que se facilita la comprensión; una ventaja idónea para escuelas de idiomas, agencias de viajes, venta de automóviles, formación laboral, especialistas en televigilancia...
Para Sebastián Font, director técnico de Inlander, firma que ofrece diversos servicios de streaming, “hoy en día cualquier persona o cualquier empresa puede tener streaming. A nosotros nos ha llegado a pedir incluso una empresa de trabajo temporal colgar enardecidos reportajes que los habían hecho en televisión. También hay gente que quiere montar sus emisoras de radio o televisión, y solicita streaming en directo. De hecho, dada la facilidad de las herramientas, cualquiera puede montar una página Web a la vuelta de las vacaciones con sus vídeos. Las aplicaciones más exigentes desde el punto de vista de la capacidad son las de broadcast; simplemente consumen más ancho de banda”, afirma Font.

Servicios completos
Son muchas ya las empresas en nuestro país que ofrecen servicios plenos de streaming, desde la propia Inlander o Telefónica hasta los mayores operadores, pasando por empresas como Tiscali, Ok Streaming Solutions, Telnet Streaming o Seinti. Operadores como Auna Cable y Ono utilizan la fuerza de sus redes de fibra óptica para ofrecer servicios completos de streaming media, tanto de forma directa como a través de socios distribuidores.
Los precios son muy variados y dependen de cada proyecto. No es lo mismo una instalación completa llave en mano comprando los servidores, que un simple servicio de alojamiento, o de broadcast. Como ejemplo podrían valer las tarifas que Ok Streaming Solutions tiene para el mercado latinoamericano. Una emisora de radio viene a costar un dólar al mes por cada oyente solicitado previamente con una calidad de 16 Kbps; así, cien oyentes simultáneos durante un mes a 16 Kbps cada uno salen por 100 dólares. Si la calidad es de 128 Kbps, la más habitual en los ficheros MP3 de descarga habitual en Internet, el precio asciende a 5 dólares por oyente y mes.
Casi todos los portales españoles tienen algún sistema de streaming, bien en forma de radio o en forma de vídeo. Muchas emisoras de radio en España utilizan Internet como un canal más de redifusión de sus programas en directo, y además mantienen librerías de programas antiguos en audio bajo demanda. Las televisiones españolas no suelen emitir en broadcast, esto es, en directo y a través de Internet, salvo en circunstancias especiales.

Paso a paso
Hacer streaming media es bastante sencillo. Se puede contratar el proyecto llave en mano a cualquiera de las empresas que cada día se añaden al mercado o bien la propia empresa cliente puede realizar algunas de las tareas por sí misma. “Puede conectar un estudio de televisión a la Red y emitir en directo. Lo más habitual es que la gente haga sus propios vídeos, que los edite a su gusto y que nos los entregue para que se los comprimamos y colguemos en la Red. Nosotros, por ejemplo, ofrecemos tanto el alojamiento como la posibilidad de montar servidores de streaming en tiempo real”, explica Sebastián Font, de Inlander.
El primer paso que hay que dar consiste en digitalizar los vídeos o el sonido, introduciéndolos en el ordenador. Hay herramientas específicas según se trate de vídeo de fuente analógica o digital, y la mayoría de las tarjetas de sonido actuales del mercado permiten copiar desde todo tipo de fuentes de sonido. También en el propio ordenador se pueden llevar a cabo, si es preciso, algunas de las labores de edición y montaje de las secuencias de audio o de vídeo. A continuación hay que comprimir los archivos multimedia; en el caso del vídeo es necesario utilizar ficheros del tipo *.asf, *.rm” o *.mov”. Si estamos trabajando con sonido, acabaremos con ficheros del tipo *.mp3”, *.awm” o *.

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