Se abren los primeros bucles de abonado

En lo que constituye otro paso significativo en la recta final de la liberalización de las telecomunicaciones en España, el bucle de abonado de Telefónica ya está siendo utilizado por sus competidores, pero, de momento, sólo en la central de Madrid Delicias. Esta es la central donde se han realizado desde abril hasta agosto las pruebas previas, en las que participaron, además de fabricantes de equipos y la CMT, doce operadores, de los cuales, cinco han respondido a la oferta de Telefónica para instalar sus equipos y comenzar a dar servicio a mediados de septiembre. La apertura de la denominada “última milla” o red de acceso al abonado se lleva a cabo en cumplimiento de lo dispuesto en la Oferta de Bucle de Abonado (OBA) y de la disposición cautelar de coubicación aprobada por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones el pasado mes de junio. Las primeras operadoras en alquilar el bucle de Telefónica han sido Jazztel, Retevisión, Uni2 y Comunitel.
El pasado 27 de agosto finalizaba el plazo durante el cual los operadores tenían que confirmar la petición que hicieran el 23 de julio, según lo establecido en las medidas cautelares impuestas por la CMT el 6 de julio. De las 336 centrales solicitadas inicialmente, fueron reconfirmadas cuatro sin variación respecto a su petición inicial; 96 de las solicitudes se mantienen pero con cambios, y las peticiones de 236 centrales se retiraron. Ahora, el proceso de apertura del bucle continúa según los procedimientos definidos por la CMT en las más de 900 centrales por las que mostraron interés los distintos operadores en julio.

Surge la polémica. Todo hasta aquí según datos facilitados por Telefónica. Pero la polémica no podía faltar y, en este caso, surge por parte de la asociación Astel, que agrupa a 38 telecos, y una serie de operadores, que aseguran que todavía falta elementos esenciales para que la apertura del bucle sea una realidad. Entre las operadoras descontentas no faltan las que ya han alquilado el bucle. Astel contradice a Telefónica, asegurando que la liberalización real no será efectiva hasta noviembre y que en realidad el antiguo monopolio no ha procedido a la apertura comercial del bucle, sino que está finalizando una prueba técnica. De hecho, todavía no se ha procedido a la entrega de la señal a los operadores entrantes, así como tampoco a la construcción de las salas de operadores, ni éstos han comenzado a comercializar sus servicios. Uni2, por su parte, asegura que no existe un plan técnico, mientras que Retevisión se queja de que sólo se haya procedido a la apertura de una de las 970 centrales de la operadora dominante.
El malestar es evidente, en especial, por los altos precios poco competitivos que las operadoras se verán forzadas a llevar al usuario final, respecto a los que Telefónica. El alquiler de un bucle desagregado (servicios de voz y datos) costará a los entrantes 2,163 pesetas por cliente y 1080 pesetas si el bucle es compartido con Telefónica, que, en esta modalidad, se reserva el tráfico de voz. Teniendo en cuenta que un usuario final de Telefónica paga 1.640 pesetas por el bucle, menos de lo que han de abonar los demás operadores, éstos se ven forzados a afrontar un déficit de 500 pesetas por cliente, al que sólo podrán captar a través de servicios de valor añadido.

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