Pan para hoy y hambre para mañana (II)

El sistema de contratación de servicios dentro de la bolsa de las telecomunicaciones permite garantizar la estabilidad del sector

Desde el punto de vista mediático, el mundo de las telecomunicaciones ha venido sufriendo una gran inestabilidad, provocando que los operadores sufran una alta incertidumbre a la hora de elegir con quién contratar sus servicios. Los inversores en renta variable han elegido desde tiempos pretéritos la contratación en mercados organizados llamados Bolsas para reducir riesgos.
Los swaps o permutas son aquellos intercambios de activos entre dos operadores de telecomunicaciones que en nuestro último artículo denominábamos también “cambios de cromos”. Los beneficios que tienen estos swaps es que permiten la extensión de las redes de los diferentes operadores. Ya enumeramos en el anterior artículo algunas de las deficiencias que producían dichos acuerdos a los operadores que los realizaban y por tanto a sus clientes. Ahora vamos a incidir en aquellos aspectos que afectan al área financiero de dichas operaciones.

De la oscuridad a la quiebra. En estos años de alto crecimiento de las cotizaciones de los telcos, se ha dado un incremento desmedido de las operaciones de swap, que, como tales intercambios de activos, no tienen unos parámetros de comparación. No es factible comparar los activos y calcular eficazmente su coste o calidad, es decir, no hay suficiente transparencia. Dicha oscuridad, hace que algunos operadores contabilicen dichos activos de una forma fraudulenta. En algunos casos, se llega a realizar un ajuste de la contabilidad que permite reportar como ingresos de un solo año aquellos que van a llegar, por intercambios de este estilo, en 5 o hasta 10 años. Consecuencia de ello es la quiebra en cadena de diferentes empresas de telecomunicaciones (.Enron, Global Crossing, Flag Telecom, Teleglobe). Los fraudes cometidos por una empresa hacen que, en su quiebra o suspensión de pagos, no reporten los ingresos previstos y ya contabilizados a la otra empresa, provocando así la falta de ingresos a la segunda y la desconfianza del sector financiero.
La forma de actuar que tienen estas compañías es la siguiente: una telco le dice a otra que le intercambia unos activos por un importe de 1millón de euros, por ejemplo, aun cuando ninguna de las dos necesitan tal intercambio. Siempre que ambas lo contabilicen de la misma manera, se convertirá en una fuente de ingresos inmediatos para dichas telcos, salvando de esta forma los objetivos de ingresos del trimestre. Si esto se prolonga en el tiempo y en el número de empresas que lo realizan, provoca las consecuencias antes descritas.
Han sido de tal magnitud las operaciones ilegales de este tipo que el FBI ha tenido que tomar cartas en el asunto. De la misma manera, la Accounting Standard Board (ASB), organismo regulador de las auditoras de Gran Bretaña, al estimar en un 15% de media la sobrecontabilización de ingresos de las empresas de telecomunicaciones mediante estos métodos, se ha visto obligada a crear una nueva serie de normas para la contabilización de este tipo de operaciones.

Garantizando la estabilidad. Todo esto hace que sea imposible discernir entre las operaciones que son ajustadas a la legalidad y las que no lo son, generando la desconfianza de los mercados financieros. Es aquí donde los mercados organizados en el mundo de las telecomunicaciones vienen a poner orden y transparencia: permiten comprar los diferentes servicios de telecomunicaciones comparando precios entre las diversas ofertas, con herramientas de medición entre las diferentes calidades y, por supuesto, con la garantía de un ente neutral. En definitiva, el sistema de contratación de servicios dentro de la bolsa de las telecomunicaciones permite garantizar la estabilidad del sector de telecomunicaciones.

Jenaro García
Director General de Iber-X

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