Nuevas expectativas, más negocio

Los fabricantes de telecomunicaciones salen de la crisis

Se ha cumplido el cuarto aniversario del fatídico marzo del año 2000, cuando se produjo el estallido de la burbuja puntocom. Durante los cuatro últimos años, el sector de las telecomunicaciones ha vivido en el infierno. La pregunta más habitual era: “¿por qué a nosotros?” Y la respuesta era obvia: “es la economía, estúpido”. Ahora, sin embargo, parece que la enorme crisis que ha vivido el sector, que se ha cebado sobre todo con los fabricantes de equipamiento, está llegando a su fin.

Desde que algún economista avispado descubrió que existían, los ciclos económicos han sido una de las explicaciones más recurrentes de por qué unas veces las cosas van bien y otras van mal. A la Nueva Economía se le llamó Nueva porque, después de diez años de crecimiento continuado, se pensaba que los ciclos a corto plazo -entre cuatro y cinco años- eran cosa del pasado. Pero entonces vino la hecatombe. El globo tecnológico pinchó y las empresas de telecomunicaciones se hundieron, arrastrando tras de sí a sus proveedores. Así hasta hoy. Durante estos últimos cuatro años, las expresiones “sanear cuentas”, “hacer los deberes” y “salir del túnel” han sido el pan nuestro de cada día.
Una vez que se tiene claro que los ciclos económicos siguen funcionando, y que duran entre cuatro y cinco años, la pregunta vuelve a ser obvia. ¿Estamos saliendo ya de la parte baja del ciclo? Tan sólo hay que hacer cuentas. Llevamos cuatro años de retroceso en el sector de las telecomunicaciones. Si las matemáticas no fallan, debería ser este año o el que viene el que inaugure un nuevo ciclo al alza.Y las matemáticas no fallan. Los proveedores de telecomunicaciones empiezan a saborear ya las mieles de una nueva etapa de crecimiento después de una travesía del desierto que casi se los lleva por delante.

Los fabricantes se llevan la peor parte
Todos los datos mundiales anticipan la recuperación del sector. Aunque todavía es un poco prematuro para lanzar el repique de campanas, los responsables de las empresas del sector de telecomunicaciones, y en especial los fabricantes de equipos, tienen motivos para pensar que lo que ven al final del túnel es algo más que un simple destello de luz.
El conjunto del sector de telecomunicaciones, es decir, tanto los fabricantes de equipos como las operadoras que ofrecen servicios, creció en torno al 6% durante el pasado año, hasta alcanzar 1.370 millones de dólares, según los datos estimativos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo más relevante del sector a nivel mundial. Es decir, durante el pasado ejercicio el mercado recuperó parte del pulso perdido y creció a un ritmo superior al del ejercicio anterior. Casi un punto porcentual por encima de lo que aumentó en 2002.
Hay que recordar que en 2001, el sector prácticamente se estancó, con un crecimiento de apenas un 1%. Para los proveedores de equipamientos de telecomunicaciones fue sin lugar a dudas el peor año de su historia. El volumen de negocio de los proveedores retrocedió desde los 290.000 millones de dólares contabilizados en el año 2000 hasta los 264.000 millones de dólares en 2001. El mercado se retrajo casi un 9%. Aunque 2001 tampoco fue un buen año para el mercado de los servicios de telecomunicaciones, según los datos de la UIT, al menos los operadores consiguieron aumentar ligeramente sus ingresos, pasando de los 920.000 millones de dólares a los 968.000 millones.
Se puede deducir, por lo tanto, que aunque la crisis ha afectado a todos los protagonistas del sector de las telecomunicaciones, han sido los proveedores los que se han llevado la peor parte. Y son incluso los que siguen aguantando más el chaparrón, o al menos, los que menos se benefician del ligero repunte del mercado. En 2003 ha habido en el mundo 75.000 millones de dólares más de negocio para el mercado de las telecomunicaciones. Pero de ese pastel, las dos terceras partes se las han llevado los operadoras. A los fabricantes apenas les han tocado 25.000 millones de dólares de la tarta.

Estragos en España
En España, la crisis del sector tecnológico ha causado estragos, en especial entre los fabricantes. Alcatel y Ericsson, las dos compañías de telecomunicaciones con una presencia industrial más significativa en nuestro país, han reducido sus plantillas a lo largo de los tres últimos años hasta dejarlas en la mínima expresión. Alcatel se puede decir que ha prescindido, vía despidos o vía traspaso de actividades, de todo su componente más puramente industrial, como los activos que tenía en las afueras de Madrid y en Toledo. Ericsson ha hecho lo mismo. Y Lucent, aunque es un grupo norteamericano, también tenía una presencia muy importante en fabricación en España. Una presencia que hoy ha quedado reducida a lo puramente comercial y de ingeniería.
Si se mira en retrospectiva, se llega a varias conclusiones. Además de deducir que la crisis en España se ha cebado con los proveedores tecnológicos, se ve fácilmente que se ha recreado especialmente con las áreas de fabricación, lo cual lleva a un análisis con una cara negativa y otra positiva. Es cierto que la desaparición de empleos es un drama –en los últimos tres años se calcula que el sector puede haber perdido más de veinte mil empleos directos–. Pero también esa cura traumática ayuda a reconvertir el sector hacia áreas de mayor valor añadido, como el diseño y la ingeniería.
Con todo, si se analizan los principales fabricantes europeos –Alcatel, Ericsson, Siemens y Nokia–, los signos son esperanzadores. Después de un largo periodo en busca de la providencia, se puede decir que, por fin, empiezan a encontrar los remedios para su enfermedad. Eso sí, cada uno lo está haciendo a su manera y a mayor o menor ritmo.

Tchuruk recompone Alcatel
Alcatel, el fabricante francés de equipos de telecomunicaciones, alcanzó entre enero y marzo de este año sus primeros beneficios trimestrales después de tres años. La compañía registró unas ganancias de 134 millones de euros en el primer trimestre, frente a las pérdidas de 461 millones del primer trimestre de 2003. El pasado año, en su conjunto, fue uno de los peores de Alcatel, al alcanzar un total de 1.944 millones de euros de pérdidas. En los primeros meses de este año, sin embargo, la compañía ha superado incluso las mejores previsiones de los analistas, que anticipaban en torno a 30 millones de resultados operativos. Finalmente, esta cifra ha ascendido a 80 millones de euros.
¿Dónde está la clave de este resurgimiento? Muy sencillo: el repunte de la demanda de las empresas de telecomunicaciones, según exponía el propio presidente de Alcatel, Serge Tchuruk, a finales de abril, en la presentación de los resultados. Aunque las ventas del fabricante durante el primer trimestre aparentemente dieron síntomas de debilidad, al caer un 3,1% hasta los 2.740 millones de euros, en gran parte se podría deber a lo que algunos califican como “efecto óptico”. La gran fortaleza del euro es la responsable de la caída, y no la escasa demanda. Si no se tuviera en cuenta la fortaleza del euro, es decir, si las ventas se analizaran a una tasa constante de cambio de divisas, los ingresos hubieran crecido un 2%. No es para tirar cohetes, pe

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