Movilidad sin cables en la empresa

Un enfoque estratégico

Las aplicaciones móviles, cuando forman parte de una adecuada estrategia de acceso inalámbrico, hacen posible disponer de información instantánea y securizada en el mismo lugar donde se realizan los negocios. Con ello, las empresas optimizan la entrega de servicios y productos a los clientes, al tiempo que mejoran la productividad de los empleados. Sin embargo, conseguir las ventajas y beneficios que aporta la movilidad sin cables de nueva generación exige una planificación previa que tenga en cuenta aspectos clave como la seguridad, la experiencia de usuario, la integración de los dispositivos móviles con los sistemas corporativos y el soporte operacional.

El entorno económico en el que se hacen hoy los negocios fuerza a las empresas a mejorar continuamente la productividad de sus empleados, dotándoles de funciones de movilidad y proporcionándoles acceso a las aplicaciones corporativas en cualquier momento y desde cualquier lugar, ya sea el coche, el hogar, el hotel, el aeropuerto o la oficina del cliente. Este tipo de soluciones tecnológicas, en su estadio actual, ayuda a reducir los costes e impulsa la rentabilidad.
Durante algunos años, las soluciones de movilidad corporativas se han ceñido a un uso básico de teléfonos móviles, laptops, modems y acceso a Internet y, muy limitadamente, a las aplicaciones corporativas desde hoteles o el hogar. El problema de este enfoque es que, en sí mismo, ofrece un bajo rendimiento y solo conectividad periódica, generalmente al final de la jornada laboral de los trabajadores móviles, limitaciones que reducen la productividad y las posibilidades de hacer negocio. Eran los tiempos de la concepción inicial de la “informática móvil”, la tendencia que hizo furor en los primeros años noventa bajo la expresión “mobile computing”, gracias primero a la difusión de los ordenadores portátiles y después al auge de la telefonía móvil. Hoy, la tendencia es un camino de evolución hacia una nueva forma de movilidad totalmente inalámbrica que optimiza la productividad de los empleados. La aparición de los smartphones y de dispositivos móviles que ofrecen de un modo totalmente integrado funciones PIM, telefonía, navegación Web, correo electrónico y una plataforma para correr aplicaciones personalizadas, y capaces de utilizar redes móviles y Wi-Fi de todo el mundo permite al usuario utilizar un solo dispositivo para seguir trabajando desde cualquier lugar, dentro o fuera de la empresa, con las mismas posibilidades y recursos que si estuviera en su puesto habitual, incluidas las aplicaciones de ERP, CRM y automatización de ventas corporativas. Hay ventajas evidentes cuando los empleados pueden tener acceso móvil inalámbrico a estas aplicaciones.

Orden en el caos
El acceso en tiempo real a la información es crítico para que una empresa siga siendo competitiva. La posibilidad de gestionar y cerrar negocios con más rapidez, así como de reaccionar inmediatamente ante los problemas, se traduce en mayores beneficios y una mayor satisfacción del cliente, al tiempo que se mejora la vida laboral y personal del empleado. La informática tradicional ya no es suficiente.
Estar en condiciones de sacar el máximo partido de la informática móvil inalámbrica obliga, sin embargo, a un despliegue de tecnologías wireless debidamente planificado y gestionado, capaz de poner orden en el caos con que en muchas ocasiones irrumpe la tecnología móvil y wireless en las empresas.

Gestión proactiva. La aparición y proliferación de dispositivos móviles en la empresa se ha debido en muchos casos, especialmente en los primeros momentos de la telefonía móvil, a la iniciativa personal de los propios empleados, generando un maremagnum de terminales, funciones y sistemas operativos difícilmente manejable. No en vano gran parte del éxito de la telefonía móvil y los sistemas wireless se debe al atractivo casi lúdico que saben generar entre la mayoría de los usuarios, sin olvidar el factor de emulación social que muchas veces implican, así como el carácter de innovadores que otorgan los sistemas de última generación a sus primeros propietarios.
Esta naturaleza especial de las tecnologías sin cables inhabilita las técnicas de gestión habituales. Cuando un empleado se hace con un dispositivo móvil inteligente lo normal es que quiera sincronizarlo con su correo corporativo, contactando para ello con el departamento de TI, que ha de dedicar su tiempo a buscar o desarrollar una interfaz entre el terminal y el email. Y, al final, cuando la tiene no deja de ser una solución específica para ese dispositivo y para el operador móvil en concreto elegido por el usuario. Lo peor es que el problema se repite por cada empleado que adquiere un dispositivo móvil, bloqueando la operativa del departamento de TI y retrasando tanto el desarrollo de otros proyectos tecnológicos como del disfrute por parte de usuarios y empresa de las ventajas de la informática móvil inalámbrica.
Este enfoque reactivo se muestra, en definitiva, insostenible, obligando a gestionar una maraña de tipos de dispositivos y de software a través de múltiples plataformas móviles. Un gran problema al que se une el no menos considerable que supone lograr y soportar la integración de los dispositivos y sistemas móviles con las aplicaciones corporativas. Estos inconvenientes suelen acabar provocando en los usuarios la implementación de soluciones departamentales incapaces de interoperar entre sí, prácticamente imposibles de gestionar centralmente y muy expuestas a ataques de seguridad. Se trata de un modelo de gestión reactivo plagado de ineficiencias que impide a la empresa maximizar los beneficios de estas tecnologías.

Gestión integral. Para evitar estos problemas, las empresas han de adoptar soluciones de movilidad sin cables siguiendo un enfoque de gestión integral, de arriba abajo, planificando el impacto que tendrá el uso de los dispositivos móviles en los sistemas corporativos y creando un sistema de acceso inalámbrico realmente efectivo que permite optimizar las ventajas intrínsecas de estas tecnologías. Y ello sólo es posible si el departamento de TI logra implicar en el proyecto también al equipo directivo de la empresa, haciendo participar a partir de ahí a todos los segmentos corporativos. Los grupos de negocio comprenden las necesidades de los usuarios, la organización TI conoce cómo implementar y soportar los productos correspondientes y el grupo financiero es el más indicado para gestionar las inversiones.
Puede que sean los usuarios quienes creen la necesidad de las soluciones de movilidad, pero sólo siguiendo un enfoque de gestión integral se asegurará la obtención de un retorno de la inversión (ROI) positivo. Con tal enfoque se evita el peligro de que cada usuario emplee su propio tipo de dispositivo móvil y utilicen sólo aquellos terminales prudentemente revisados y recomendados por el departamento de TI, de modo que la elección recaiga sólo en aquellos que mejor satisfagan las necesidades de la empresa en su totalidad y los que mejor se adaptan a las aplicaciones corporativas y al modelo de ROI adoptado.
Partiendo de este punto, la creación de una estrategia de acceso inalámbrico y el despliegue del sistema elegido debe comenzar por la definición de los requerimientos, que han de contemplar cuestiones como las clases de funciones de los dis

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