Móviles: el negocio más espectacular de la historia

Ni el consultor más visionario, ni el ingeniero más sesudo, ni el empresario más avezado. Ninguno acertó. Todos se quedaron cortos al calibrar lo que posiblemente es y será uno de los negocios más espectaculares de todos los tiempos. El negocio, sin duda, de más rápido crecimiento hasta ahora, y el que más potencial tiene aún para seguir creciendo: la telefonía móvil.

Incluso hoy, los más expertos no se han puesto de acuerdo para explicar las razones del éxito del teléfono celular, un artilugio que en menos de una década ha conseguido pulverizar previsión tras previsión, y que de un mero producto comercial ha pasado a convertirse en un fenómeno social capaz de cambiar hasta la forma de escribir, expresarse, trabajar y convivir. Cuando la telefonía móvil ya es un acontecimiento comercial imparable y hasta el más acérrimo “enemigo del móvil” ha terminado por sucumbir a su imperio, los analistas todavía discuten qué provocó el boom celular. ¿La moda social? ¿El proceso de liberalización de las telecomunicaciones en general y de la telefonía celular en particular? ¿Los avances tecnológicos, con terminales cada vez de menor peso y mayor duración de la batería? ¿Las fórmulas comerciales novedosas como el prepago, desconocidas en cualquier otro producto? ¿O simplemente, el despegue de los móviles ocurrió, sin más?
Posiblemente la respuesta sea un conjunto de todas esas razones y dentro de unos años, cuando todos los usuarios –todos sin excepción- tengan uno o más móviles en propiedad, las comunicaciones celulares serán uno de esos casos de estudio dentro de las escuelas de negocio. Quizá el caso más apasionante de todos. Un caso que, hoy por hoy, y a pesar del impresionante crecimiento que ha tenido en los últimos años, se encuentra aún en plena adolescencia.

CRONICA DE UN EXITO
Aunque inventada varios años antes, y con experiencias piloto en varios países, la telefonía móvil fue comercialmente lanzada en España hacia 1982. Eran tiempos difíciles para esta tecnología, de la que todo el mundo desconfiaba. Primero por su escasa fiabilidad y cobertura. Pero también por su incomodidad. En realidad no existían terminales móviles en el sentido estricto de la palabra. Es decir, aparatos que pudiera transportar una persona todo el tiempo para hablar en cualquier parte. Más bien eran aparatos que, de forma fija, se instalaban a un vehículo móvil, como un coche. Esos aparatos llegaban a pesar hasta cinco kilos , frente a la regla de oro de menos de cien gramos en la actualidad. Sólo una porción minúscula de la sociedad, con altísimo poder adquisitivo, podía permitírselo. Los usuarios de este tipo de móviles apenas se contaban por decenas, con lo que la telefonía móvil perdía una gran parte de su valor.
Al haber pocos usuarios de móviles en el mercado, el propietario de uno de ellos sólo tenía una decena de personas con las que comunicarse del mismo modo. Justo al contrario de lo que ocurre en la actualidad, cuando en España, con más de 26 de millones de aparatos de este tipo, el número de usuarios celulares has superado ampliamente el volumen de teléfonos fijos (algo más de 17 millones).
Esto es algo que ocurrirá a escala mundial dentro de pocos meses. Se calcula que en el mundo hay alrededor de mil millones de líneas telefónicas fijas en estos momentos. Además, es un negocio prácticamente estancado. Este año se llegará a superar los setecientos millones de teléfonos celulares, según datos de Telefónica, y no hay nada que pueda detener ese vertiginoso ascenso. El próximo año, con toda seguridad, habrá más móviles en el mundo que teléfonos fijos. De hecho, en algunos países subdesarrollados o en vías de desarrollo, la telefonía móvil ha llegado a tener un amplio calado dentro de la sociedad, sin que la telefonía fija haya conseguido ni siquiera extenderse a todo el territorio nacional. El primer país donde la telefonía móvil superó a la fija fue, por ejemplo, Camboya, hace un lustro.

TODO COMENZO EN 1982
Con todo, el increíble avance de la telefonía móvil se ha concentrado en los últimos cinco años, tanto en España como en la mayoría de países desarrollados. Después de su lanzamiento comercial en España en 1982, hubo que esperar tres años hasta que la telefonía móvil alcanzase su primer récord: el usuario número mil. Todo un hito para Telefónica, que conseguía demostrar las posibilidades de lo que pasaría por ser el primer sistema comercial de la telefonía móvil en España, el TMA 450. Pero por entonces, Telefónica todavía daba servicio de telefonía móvil como otro producto más, sin diferenciación de ninguna clase, hasta el punto de que ni siquiera había creado una filial específica de móviles.
Durante los años siguientes, la telefonía celular sigue su ritmo lento. Los clientes crecen pero por cuentagotas, y hasta 1989 en España no se consigue llegar a la barrera psicológica de 100.000 usuarios. Era tan sólo un año más tarde de que Telefónica por fin pensara en crear una subsidiaria concreta para dar el servicio, a la que bautizó como TS1, antecedente de Telefónica Móviles.
Sin embargo, no es hasta 1990 cuando Telefónica piensa seriamente en las posibilidades económicas que ofrece el móvil y decide apostar por el nuevo servicio creando una marca diferenciada y propia. Nace Moviline, el nombre comercial con el que se bautiza a lo que tecnológicamente fue toda una revolución: el sistema de telefonía celular TM-900, que colocaba a España a la altura de otros países en este sector.
Apenas diez años más tarde, y después de un vertiginoso proceso tecnológico, este sistema, que llegó a superar el millón de clientes, está prácticamente en desuso. Telefónica sólo conserva unos 260.000 clientes del sistema analógico, fundamentalmente para dar cobertura en zonas rurales de difícil acceso como sustituto de la telefonía fija dentro del sistema conocido como trac. Le sucedió otro hito tecnológico: la telefonía digital. Por fin, los usuarios, no sólo podrían hablar por el móvil; también podían mandar faxes y utilizar todos los servicios que da una línea fija.

LLEGA GSM
Era 1992. Ese año, memorable para España por los numerosos acontecimientos internacionales que se produjeron en el país, como la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona, además del V Centenario del Descubrimiento de América, no lo fue menos para el móvil. En un alarde de destreza en ingeniería de telecomunicaciones, Telefónica pone en marcha en la Isla de la Cartuja en la Expo de Sevilla el primer sistema digital de móviles con el estándar GSM. Por primera vez, la telefonía móvil española había entrado en conexión con la europea. Era el principio del despegue, ya imparable. TS1, hasta entonces una mera sucursal de ingenieros vanguardistas, adquiera personalidad propia y una nueva envergadura comercial. Pasa a denominarse Telefónica Móviles, el nombre actual del grupo, que se ha convertido en unas de las cinco primeras compañías celulares del mundo.
Indiscutiblemen

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