Más movimientos en Auna

Los cambios en Auna, el holding de telecomunicaciones que engloba a empresas como Retevisión, Amena, Madritel y Menta, no han terminado. Los profundos movimientos accionariales producidos en diciembre del pasado año, y que supusieron la entrada de lleno en el capital del grupo Santander Central Hispano, han traído consigo el control de la gestión del holding por parte del banco.
El Santander Central Hispano ha incorporado a uno de sus hombres, Joan David Grimá, como primer ejecutivo del holding, en sustitución de Miguel Iraburu, quien, al contrario de lo que se pensaba inicialmente, no ha abandonado totalmente Auna. Este directivo ha aceptado la oferta planteada por Luis Alberto Salazar Simpson, presidente no ejecutivo de Auna, de mantenerse como presidente de Quiero TV. De esta forma, Iraburu, en contra de lo publicado por algunos medios, que le daban totalmente por “defenestrado” con la llegada de Grimá, mantendrá un puesto clave en estos momentos para el grupo. El holding trata de desprenderse a toda costa de su participación en Quiero TV y es Iraburu el que puede encontrar el comprador ideal. De hecho, ha sido él quien durante los últimos meses se ha encargado de negociar con los posibles candidatos, como Sogecable.
Con todo, la permanencia en Quiero TV de Iraburu dependerá del desenlace de esas conversaciones. Lo que es seguro es que su salida del día a día del holding desencadenará más movimientos dentro de la cúpula. Grimá aun no ha desembarcado en la gestión diaria del holding, ni ha tenido contacto directo con todos y cada uno de sus principales directivos, en muchos casos, muy significados con Iraburu y su brillante gestión del último año. La llegada de Grimá puede provocar que alguno de esos directivos “se caiga”, al no coincidir con las ideas que quiera imponer el hombre del Santander Central Hispano, muy distintas a las de antecesor. Aunque lo que quiere hacer Grimá en Auna es toda una incógnita, nadie duda que sus ideas, por revolucionarias que sean, nada tienen que ver con las que planteaba Iraburu. Éste quería convertir Auna en un holding de telecomunicaciones compacto y sólido que plantara cara a Telefónica en todos los ámbitos y se convirtiera en su gran rival. Es decir, tenía un gran proyecto en la cabeza, para luego, al cabo de tres años, sacarlo a bolsa. Grimá sólo pensará en las posibles plusvalías que pueda obtener de Auna para el banco, tanto si hay que vender el holding por partes, como en un solo paquete.

Tensión en Telefónica. Las aguas bajan movidas en Gran Vía, sede de Telefónica, donde los últimos acontecimientos, protagonizados por su presidente, César Alierta, han erizado los nervios de los directivos del grupo. Si bien las sospechas sobre utilización de información privilegiada por parte de un sobrino de Alierta, aireadas por El Mundo han sido neutralizadas de cara a los medios de información, en el seno de la compañía se han levantado numerosas ampollas. Fernando Abril-Martorell, el consejero delegado de Telefónica, siempre ha hecho de su integridad profesional el gran baluarte de su carrera empresarial. Y las noticias negativas sobre Alierta han aumentado el abismo en cuanto a criterios de gestión que separan al presidente de Telefónica de su consejero delegado.
Que Abril-Martorell cada vez coincide menos con Alierta en muchos aspectos es ya vox populi en el mercado de telecomunicaciones. El problema es que las diferencias siguen creciendo, y en el último mes han dado un salto cualitativo. El nombramiento de Luis Abril como primer ejecutivo de Admira, en sustitución de Juan José Nieto, ha sido toda una manifestación de poder de Alierta, en detrimento del que se supone tiene que tener Abril-Martorell como gestor del día a día de Telefónica. ¿Cuánto puede durar una situación de enfriamiento de relaciones en el tándem Alierta-Abril? El tiempo lo dirá.

A vueltas entre Economía y la CMT. La Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), organismo dependiente del Ministerio de Economía, ha hecho doblete. El organismo regulador de las telecomunicaciones mantiene un duro enfrentamiento con el Ministerio de Ciencia y Tecnología por sus diferentes criterios en cuanto a si hay que abrir o no el mercado del cable a nuevos competidores. Los malos entendidos de la CMT se pueden extender ahora a su propio “jefe” con motivo del conflicto entre operadores por la preasignación. Este servicio permite a un usuario cursar todas sus llamadas con un nuevo operador sin necesidad de tener que marcar siempre el prefijo correspondiente. Los nuevos operadores denunciaron en su día ante la CMT las trabas que ponía Telefónica, y la CMT emitió sus correspondientes resoluciones.
Pero, al mismo tiempo, los nuevos operadores denunciaron el mismo caso ante los servicios de Defensa de la Competencia del Ministerio de Economía, que ahora analiza el caso. La CMT está elaborando un informe para Economía en el que le advierte que todo lo que había que decir sobre esa denuncia ya está dicho en las resoluciones pertinentes. Si Defensa de la Competencia decide ahora otra cosa, en contra de los criterios de la CMT, este organismo advierte de los posibles conflictos de competencias que se podrían dar.

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