Más competencia

Cuando esta columna sea publicada se habrá celebrado ya nuestro XI Congreso. En el momento de escribir estas líneas, no se sabe cuáles serán las conclusiones, pero sí cuál ha sido uno de los objetivos que se ha querido conseguir con la celebración de estas jornadas (sin ser presuntuosos): intentar plantear y analizar unas nuevas perspectivas para el sector.
Así, bajo el lema “Telecomunicaciones en un mundo cambiante”, la idea era exponer en qué situación se encuentra el sector y qué es lo que los operadores pueden ofrecer de nuevo, hacia donde pueden dirigir sus pasos, primero para salir de la crisis en la que el sector está inmerso y, segundo, para replantear los servicios que se están ofreciendo a los usuarios. Desde hace tiempo, venimos haciendo hincapié en que la calidad es un elemento diferenciador de la competencia y creemos que esto es un cambio necesario. Cuando se ha llegado a una cuota de mercado donde no es posible captar más consumidores se tiene que buscar el ofrecer calidad de servicio para fidelizar al usuario. Creemos que esta tiene que ser la tendencia que el sector busque.
No obstante, también es importante que el entorno ofrezca seguridad al operador, y en la actual crisis en la que está inmerso el sector lo único que hay es incertidumbre. A principios de octubre, el Ministerio de Ciencia y Tecnología comunicó que iba a poner en marcha un paquete de medidas para impulsar la oferta y la demanda de servicios de telecomunicaciones y favorecer así la competencia.

Régimen de precios. Una de estas medidas anunciadas ha sido la de modificar el régimen de precios (price cap) del operador dominante, excluyendo de la cesta la cuota de abono mensual y de esta manera posibilitar que las tarifas se puedan bajar en menor cuantía sin perjudicar el 2% de rebaja mínima establecida para 2003. Y, según informaciones aparecidas en la prensa, el resto de los operadores han visto con buenos ojos la iniciativa, ya que les permitirá a ellos también rebajar menos sus precios y competir mejor con el dominante.
Otro de los pasos encaminados hacia la mejora de la competencia es el de introducir un régimen de precios de interconexión por capacidad, lo que implica que los operadores alternativos dispongan de nuevas posibilidades de ofrecer servicios más atractivos a sus usuarios. La factura única, otra de las innovaciones, permitirá al resto de prestadores del servicio de telefonía ofrecer a sus usuarios la facturación de todos los servicios que ellos les prestan, lo que les permitirá desarrollar nuevas formas de tarificación que les reporte más capacidad comercial.

Flexibilización de compromisos. Además de estos cambios, el Gobierno ha anunciado que flexibilizará los compromisos que tanto los operadores de cable como los de LMDS adquirieron en el momento de conseguir sus licencias; una postura que creemos bastante realista si los compromisos, hoy en día, no se pueden cumplir. Esta cuestión ha sido ampliamente debatida, puesto que muchos de ellos han visto en peligro su supervivencia, creando más inestabilidad en el sector. Desde nuestra postura alabamos siempre cualquier medida que disminuya las incertidumbres existentes, ya que es la única manera de que se realicen inversiones en infraestructuras. De no ser así, a medio plazo sufriremos las consecuencias, ya que la saturación de las líneas impedirá el desarrollo de los servicios.
Hay que ser ecuánimes y reconocer que los usuarios también tenemos parte de culpa. La demanda no crece al ritmo previsto y éste es otro motivo de la crisis. Todavía muchas empresas no ven en los servicios avanzados de telecomunicación una herramienta para mejorar su productividad. Y ese cambio de mentalidad es también urgente.

AUTEL
Asociación Española de Usuarios de Telecomunicaciones
autel@autel.es

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