Los trabajos de Sun

Los que viven de Wall Street no son los únicos que están pendientes de lo que dice y hace el nuevo CEO de Sun Microsystems en estos días. También los usuarios, y muy especialmente los clientes de la compañía, tratan de escudriñar en qué medida la continuidad prometida por Jonathan Schwartz no le impedirá realizar algunos cambios que, al día de hoy, consideran imprescindibles. En Estados Unidos, donde el grado de independencia de los medios especializados es, gracias a la enorme amplitud de ese mercado, mucho mayor que aquí, ya están apareciendo impresas y online opiniones de destacados usuarios de Sun que, de un modo generalizado, esperan que el sustituto de Scott McNealy sepa alejar al fabricante definitivamente del limbo de los números rojos.
Al igual que los accionistas de la compañía, que ven con preocupación su errática situación financiera, sus clientes desean una Sun capaz de adentrarse en un nuevo periodo de crecimiento saludable que dé estabilidad a los desarrollos y líneas de evolución con los que se encuentran comprometidos. El liderazgo intelectual y visionario de McNealy de poco ha servido a Sun en los últimos tiempos, y los usuarios piden al nuevo CEO la capacidad ejecutiva necesaria para borrar de sus mentes las pérdidas netas registradas en el trimestre finalizado el 26 de marzo, que ascendieron a 217 millones de dólares, 189 millones más que en el mismo periodo del ejercicio pasado. Y eso que las ventas se elevaron a 3.180 millones, un 21% por encima de las correspondientes al mismo trimestre del año fiscal anterior.
De momento, Schwartz ha prometido un análisis profundo del negocio de Sun del que concluir las medidas necesarias para ganar eficiencia y asegurar el crecimiento, sin que ello implique el recorte de costes en I+D y desarrollo de la propiedad intelectual. Por ese lado, los clientes pueden dormir tranquilos, pero un sector de la opinión exige además al nuevo máximo responsable de la compañía que tenga la inteligencia necesaria para que Sun sepa ir por su propio camino y se olvide de viejas rencillas con el gigante del software. Algunos clientes creen que Schwartz no intentará ir contra Microsoft, y confían en su conocimiento de los verdaderos motores del mercado para definir la estrategia de futuro adecuada.
Más allá de los macrodatos económicos, las opiniones vertidas en los últimos días por buena parte de la base de clientes de Sun en la prensa estadounidense también exigen a la nueva dirección mantener el claro compromiso del fabricante con su línea de servidores x64, lo que parece asegurado por la propia procedencia interna de Schwartz. El actual CEO de Sun, que ocupaba hasta ahora el cargo de presidente y director de operaciones, se incorporó a la compañía en 1996, tras la compra de la empresa Lighthouse Design, y mantiene un firme compromiso con sus desarrollos clave. En este sentido, los giros radicales parecen descartados.
Lo que sí tendrá que cambiar Schwartz es la opinión externa sobre algunos de los escaparates más directos de la compañía, como la organización de ventas. Hay clientes que señalan la estructura y procesos de venta del fabricante como un área manifiestamente mejorable. En su opinión, la organización de ventas de Sun, a diferencia de sus actividades de mantenimiento –generalmente muy bien valoradas–, carece de la agilidad necesaria en los nuevos tiempos. Según este sector de opinión, las decisiones y los procesos comerciales que afectan directamente a los usuarios se alargan infinitamente a lo largo de una populosa cadena de mandos, impidiendo dar una respuesta rápida al mercado.
Otros clientes de Sun también ven urgente reforzar el soporte a las firmas de software independientes (ISV) que apoyan el desarrollo de Solaris sobre los sistemas Opteron de la compañía, que además pueden correr Linux y Windows. En este sentido, no acaban de comprender la estrategia del fabricante. Algunos usuarios están entusiasmados con Opteron pero desean seguir trabajando con Solaris, una opción que no ven suficientemente apoyada por los ISV, mientras que, por el contrario, tienen la posibilidad de elegir entre una cada vez más amplia oferta de máquinas que corren Linux.
Teniendo en cuenta estas y otras recomendaciones de sus clientes, por lo que parece al día de hoy, el futuro de Sun se debería basar en la combinación de un ajustado continuismo en las bases tecnológicas clave con las dosis necesarias de reestructuración y mejora que permitan conseguir la estabilidad financiera. Y en eso parecen estar.


“El líder perfecto”
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Continuidad y mejora es el objetivo marcado por Swartz como nuevo CEO de Sun. Así se puede desprender de una de sus primeras declaraciones, en las que se mostraba “entusiasmado por la oportunidad de seguir trabajando con Scott McNealy y el resto del equipo directivo para ayudar a que Sun consiga sus objetivos financieros y operacionales”. McNealy, que seguirá en la compañía como presidente del consejo, correspondía a las palabras de Schwartz destacando “la admiración y el respeto de los 37.000 empleados, clientes y socios de la compañía y de la industria en general” por su sucesor. “Es el líder perfecto para convertirse en CEO de Sun Microsystems”.

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