Las próximas ventas de Botín

Los activos de telecomunicaciones prometen convertirse en lo próximo que Emilio Botín, presidente del grupo Santander, coloque en el escaparate de sus ventas. El banco ha realizado operaciones fulgurantes con las ventas de sus participaciones en Dragados y Vallehermoso, aun negando reiteradamente todos los rumores que les precedieron. La historia se repite. En las últimas semanas la entidad que preside Emilio Botín ha venido negando que esté dispuesta a vender la participación que tiene en Antena 3 Televisión. El banco, que controla alrededor de un 30% en la cadena de televisión privada entre participaciones directas e indirectas, ha recibido una oferta del grupo RTL.
El gigante de los medios de comunicación RTL está controlado por el grupo alemán Bertelsmann y ha contratado al banco de negocios Lazard para realizar la posible operación de compra. El grupo RTL, presidido en Europa por Juan Abelló, quiere hacerse con la mayoría de Antena 3 TV, y convertirse en el principal socio de referencia para controlar la gestión. De esta forma, superaría a Telefónica y reemplazaría a la operadora como administrador de la cadena. RTL valora la cadena de televisión en un total de 2.250 millones de euros, con lo que al banco corresponderían alrededor de 680 millones de euros, una cantidad nada despreciable y que no se desmarca demasiado de lo que pide la entidad.
El grupo Santander, en un tira y afloja con RTL, quiere que este grupo valore Antena 3 TV en más de 2.400 millones de euros. Todo dependerá de la posición que adopte Telefónica. La operadora podría intentar detener al gigante de los medios de comunicación europeo, si es que al final prefiere seguir controlando la cadena. Telefónica, sin embargo, también podría optar por dejar la gestión de Antena 3 TV y reducir su participación para conseguir plusvalías con las que financiar su deuda y seguir creciendo en otros mercados.
A Antena 3 TV, se suma Retevisión dentro de la cartera de ventas de Botín. Joan Manuel Grimá, el hombre de Santander en Auna, está poniendo en orden este grupo, y dejándolo bonito para su venta por trozos. Auna ha encargado a la consultora catalana DCo Doxa la reorganización interna de Retevisión para maximizar su valor. El plan diseñado por Doxa, que se realizará en los próximos cuatro años, contempla la segregación de Retevisión en dos grupos. Por un lado los activos de transmisión de la televisión y la radio (el origen de la actual Retevisión), y por otro los activos puros de telefonía. La intención es sacar a la venta los activos de transmisión de televisión, al mismo tiempo que se fusionan con Aunacable los activos de telefonía. Una vez fusionados los activos de Aunacable y los de Retevisión en telefonía fija, la siguiente fase del plan de reorganización de Auna contempla la fusión con ONO, el otro operador de cable en España. El único impedimento es el mal momento del mercado. Auna está ahora llevando a cabo el proceso de venta de las antenas de Amena. Sin embargo, el concurso podría considerarse finalmente desierto teniendo en cuenta el escaso interés sus-citado, o el poco dinero que están dispuestos a pagar los pocos interesados. Sólo Medialatina, Bucle 21 y Tradia han manifestado interés, pero con ofertas muy por debajo de los 240 millones de euros que como mínimo esperaba obtener Auna.

Una fusión en el aire
La fusión de las plataformas de televisión digital por satélite en España (Canal Satélite Digital y Vía Digital) se complica por momentos. Cuando todo parecía que estaba atado y bien atado, la realidad es bien distinta. Los cambios de gestión en Telefónica así lo demuestran.
El fichaje de Pedro Antonio Martín Marín, presidente de Hispasat, como presidente de Admira, y la salida de Luis Abril de este puesto se había vendido como un triunfo de Abril. Se decía que Abril volvía al grupo Telefónica a sus anteriores funciones de secretario técnico de la presidencia una vez realizada su comisión de servicios de la fusión. Nada más lejos de la realidad. Según distintas versiones, Abril ha fallado en algo en el proceso de la fusión, que según el diseño planteado, ha dejado en manos de Jesús Polanco el negocio de la televisión digital en España. En un determinado momento, de hecho, el proceso de fusión de las plataformas podría truncarse si el Gobierno así lo decide. ¿Cómo? Bastaría con imponer una serie de medidas draconianas para limitar el poder del nuevo grupo en el negocio de contenidos. Precisamente el que Abril quería seguir controlando.
La salida de Abril de Admira iba a ir acompañada de una profunda reestructuración del comité ejecutivo de Telefónica, reduciendo a la mitad el número de miembros y redistribuyendo sus funciones. Luis Abril, en ese diseño, se encargaría de los negocios de contenidos, con poder sobre Pedro Antonio Martín Marín. Éste, un hombre muy vinculado al Gobierno, se ha opuesto de plano a que Abril esté por encima de él, lo que ha bloqueado la reforma del comité ejecutivo de Telefónica.

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