La hora de las LAN inalámbricas

Tras muchos años de lentísimo despegue, sólo ahora las WLAN (Wireless LAN) se están disparando, tanto en sus aspectos tecnológicos como comerciales. Gracias a la aparición de estándares que permiten velocidades de 11 a 54 Mbps, los usuarios de LAN inalámbricas pueden obtener hoy niveles de rendimiento, capacidad de proceso y disponibilidad comparables a los de las redes Ethernet cableadas convencionales, abriendo nuevos mercados a esta tecnología.

El crecimiento del negocio WLAN se está viendo impulsado por diversos factores que están acelerando la incorporación de esta tecnología durante los próximos años. Y es que, a pesar de los muchos años que las LAN inalámbricas llevan presentes en el mercado, aún no han alcanzado su madurez ni su completa expansión. En un principio, los elevados precios, el limitado ancho de banda disponible y la falta de estandarización mantenían a las WLAN en un nicho residual. Sin embargo, los últimos avances tecnológicos y la rápida caída de precios están dando una nueva y quizás definitiva oportunidad a este tipo de soluciones.
Lo dice IDC, y lo dice con cifras: si en 1999 los ingresos mundiales por WLAN ascendieron a 603,5 millones de dólares, en 2004 serán de alrededor de 1.600 millones, con 11,8 millones de unidades suministradas. Más optimista, Cahners In-Stat Group predice sólo para un año después (2005) un volumen de negocio de incluso 4.600 millones de dólares a escala mundial.
Animando el mercado, el calendario previsto para la próxima generación de productos WLAN basados en los estándares 802.11a e HiperLAN 2, que empezarán a estar disponibles a finales de año y, sobre todo, la primera mitad de 2002, supondrá la llegada de las primeras soluciones a 54 Mbps en la banda de frecuencias de 5 GHz. Y como vía de evolución natural para las LAN inalámbricas 802.11b (11 Mbps), las más presentes hoy en el mercado, para finales del próximo año se espera que comiencen a lanzarse comercialmente redes inalámbricas basadas en el nuevo estándar 802.11g, que opera a 22 Mbps.
La combinación de todos estos factores está haciendo posible que, si bien la presencia de las WLAN se vio limitada inicialmente a aplicaciones verticales, como instalaciones de fabricación y almacenes, hoy ya comiencen a ejercer su influencia en espacios de oficina, hospitales, aeropuertos y entidades de enseñanza y formación, entre otros muchos sectores con elevados requerimientos de movilidad. Y aún más, abriéndose al mercado de los operadores, se están convirtiendo en la base tecnológica de los primeros servicios públicos de acceso inalámbrico. En la empresa, las salas de reuniones, áreas públicas y sucursales y delegaciones son los entornos más indicados para las WLAN.

UN MUNDO SIN CABLES
IDC define una WLAN como un sistema de comunicaciones de datos que proporciona conectividad inalámbrica de igual a igual o de punto a punto dentro de un edificio o campus. En lugar del par trenzado, el cable coaxial o la fibra óptica utilizados en las LAN convencionales, las LAN inalámbricas transmiten y reciben datos sobre ondas electromagnéticas, cumpliendo las funciones de comunicaciones propias de una red tradicional, como transferencia de archivos, compartición de periféricos, correo electrónico o acceso a bases de datos. Dentro de las redes corporativas, las WLAN se implementan generalmente como el enlace final sin cables entre la red cableada de la empresa y un grupo de ordenadores clientes.
Las redes inalámbricas se componen fundamentalmente de dos elementos: puntos de acceso y dispositivos cliente. Los puntos de acceso actúan como hubs o concentradores que envían y reciben información vía radio a y desde PC u otro tipo de ordenadores más ligeros y portables, como notebooks, equipados con dispositivos cliente inalámbricos. El punto de acceso puede ser un dispositivo autónomo, formando el corazón de la red, o puede conectarse por cable a la LAN cableada de la empresa . Enlazando varios puntos de acceso a una LAN, es posible crear segmentos inalámbricos a través del edifico.
Para comunicarse con el punto de acceso, cada PC de sobremesa o notebook ha de disponer de una tarjeta de red inalámbrica, que se instala en los slots PC de los ordenadores portables y los slots PCI de los ordenadores de sobremesa, o bien se enlazan a puertos USB. Algunas PC Cards inalámbricas disponen de una pequeña antena que se puede retraer cuando no se está utilizando, algo especialmente útil cuando se trabaja con laptops. También se puede conectar a la red inalámbrica cualquier dispositivo que no disponga de slot PC o PCI mediante un Ethernet Client Bridge, que funciona con todo tipo de dispositivos que cuente con un puerto serie o Ethernet, como, por ejemplo, impresoras o escáneres.

AREAS CRITICAS
Para hacer frente a las necesidades de conexión, existen cuatro áreas críticas que los sistemas de conectividad inalámbrica deben cumplir:

- Altos rendimientos. El mundo LAN cableado ya ha alcanzado las velocidades de 100 Mbps (Fast Ethernet) y 1.000 Mbps (Gigabit Ethernet), y muy pronto llegará a 10.000 Mbps (10 Gigabit Ethernet). Al mismo tiempo, la potencia de la informática móvil y la riqueza de los contenidos en red no paran de crecer rápidamente. Por ello, todos los esfuerzos de la industria y los cuerpos de estandarización deben ir hacia la ampliación de la capacidad de las WLAN y evitar que se conviertan en un cuello de botella.

- Movilidad. Aunque siempre han existido los usuarios móviles, sólo ahora pueden estar conectados mientras se desplazan. Puesto que la mayoría de los actuales sistemas de hardware y software se diseñaron para usuarios fijos, dotar de la suficiente inteligencia a los sistemas de networking inalámbricos es una cuestión crítica a la hora de dar soporte a estos usuarios móviles, a fin de que estén conectados sin interrupciones del servicio.
- Seguridad. Dado que la transmisión de señales inalámbricas no puede ser limitada enteramente al espacio privado de una empresa, las WLAN han de contar con sistemas de seguridad fiables y sencillos.

- Gestión. Para garantizar el rendimiento, la movilidad y la seguridad, es fundamental proporcionar las herramientas apropiadas para configurar estas opciones, monitorizar las redes inalámbricas y localizar y solucionar problemas.

ESTANDARES PARA TODOS
Como en todos los segmentos del networking, lo ideal sería que existiera una sola norma para todos los productos inalámbricos, pero lo cierto es que el mercado WLAN gira alrededor de al menos siete estándares y otros tantos consorcios industriales que las apoyan. En sí no es esto algo negativo, pero el mercado es todavía demasiado estrecho como para soportar tantos protocolos. Por ello, los principales fabricantes optan por apoyar a varios estándares al tiempo. Si bien lo cierto es que, al día de hoy, la gran mayoría cuentan con productos 802.11b –la norma con mayor presencia en el mercado–, van creciendo los compromisos con la nueva 802.11a e, incluso, con la europea HiperLAN 2. Otros añaden a estas alternativas Bluetooth, ya sea para atacar el mercado empresarial o el doméstico.
Ratificado en junio de 1997, IEEE 802.11 opera en la banda de 2,4 GHz y define el funcionamiento e interoperatividad de las redes inalámbricas a una velocidad de 2 Mbps, con una modulación de señ

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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