KPN lo intenta de nuevo
En todo lo que se refiere a la provisión de servicios de banda ancha a empresas y operadores europeos, KPN ha aprendido una dura pero inestimable lección: “no se debe prometer más de lo que se puede ofrecer”.
KPN fue socio de Qwest Communications en la joint venture de banda ancha IP KPNQwest, quebrada el pasado año después de gastar todo su dinero en un ambicioso plan de expansión a cuatro años. Ahora, el operador holandés vuelve a intentarlo con una nueva compañía y una nueva estrategia no tan ambiciosa pero, al menos, como dice su equipo de gestión, más realista que la seguida por KPNQwest.
KPN EuroRings BV ha abierto oficialmente sus puertas a las empresas alemanas después de hacerlo en Holanda a principios de año, con un objetivo “mucho más limitado que el de KPNQwest”, aseguraba la semana pasada su vicepresidente, Henjo Groenewegen. “No intentaremos serlo todo para todos en cualquier parte. Lo que pretendemos es ofrecer un catálogo de servicios seleccionados y fiables a precios competitivos en mercados también seleccionados”.
La nueva compañía, según Groenewegen, se dirigirá en forma mayorista a operadores de líneas fijas y proveedores de servicios Internet (ISP), pero también a todo tipo de empresas, desde las pymes a las multinacionales. Los servicios ofrecidos van desde acceso a Internet dedicado, redes privadas virtuales IP (IP VPN) y ATM a longitudes de ondas, tránsito IP y SDH. Buena parte de las infraestructuras sobre las que corren estos servicios –8.000 kilómetros de fibra con enlaces en los principales centros de negocios de Europa– fueron adquiridas a precios de saldo a KPNQwest.
“No ofreceremos servicios de collocation ni construiremos centros de datos gigantescos, ni tampoco conectaremos todos los centros de negocios del continente con nuestra propia fibra, como KPNQwest”, afirma Gerben Wijbenga, director de Marketing de EuroRing. “Inicialmente nos centraremos en los clientes holandeses y alemanes con servicios competitivos y, por encima de todo, fiables”.
Aunque la venta al mayor seguirá moviéndose con precios bajos como una “commodity”, este negocio genera un flujo constante y regular de ingresos necesarios para mantener el negocio. Pero el foco principal de la compañía, asegura, se centrará en el más lucrativo mercado corporativo. “Esto no quiere decir que los clientes corporativos estén invirtiendo enormes sumas de dinero en servicios de banda ancha. Todos los segmentos están conteniendo sus gastos operacionales, pero sí se encuentran más preparadas para pagar más por mayores niveles de calidad y estabilidad, especialmente para soportar aplicaciones de misión crítica”.
La decisión tomada por KPN de retomar el maltrecho mercado europeo de banda ancha IP se encuadra en la batalla por la supervivencia entablada por la mayor parte de los grandes operadores del continente. Un gran número de ellos, como Global Crossing o Interoute, tuvieron que solicitar la suspensión de pagos, mientras que otros, como la sueca Telia y la británica Cable and Wireless, se han visto obligados a reducir gastos.
Además, todavía no está claro si la estadounidense WorldCom (ahora rebautizada como MCI), en suspensión de pagos, seguirá presente en Europa, después de invertir miles de millones de dólares en redes de fibra óptica metropolitanas y de larga distancia en la zona. “Se oyen algunas informaciones que apuntan a que posiblemente la compañía abandone el mercado europeo”.
Una cosa es segura: los clientes de banda ancha hoy disponen de menos ofertas entre las que elegir que hace un par de años, e incluso es probable que aun cuenten con menos opciones en 2004. Vaticina Groenewegen que “sólo sobrevivirán en el mercado de servicios de banda ancha globales entre cinco y diez compañías”, cuando había una treintena en los tiempos del boom de Internet. “Admito que el mercado de servicios de banda ancha está atravesando una pésima situación, pero cambiará. Las empresas sentirán de nuevo la necesidad de invertir en este tipo de servicios, y queremos que nuestro nombre les sea familiar cuando eso ocurra”, proclama el vicepresidente de EuroRings.
KPN fue socio de Qwest Communications en la joint venture de banda ancha IP KPNQwest, quebrada el pasado año después de gastar todo su dinero en un ambicioso plan de expansión a cuatro años. Ahora, el operador holandés vuelve a intentarlo con una nueva compañía y una nueva estrategia no tan ambiciosa pero, al menos, como dice su equipo de gestión, más realista que la seguida por KPNQwest.
KPN EuroRings BV ha abierto oficialmente sus puertas a las empresas alemanas después de hacerlo en Holanda a principios de año, con un objetivo “mucho más limitado que el de KPNQwest”, aseguraba la semana pasada su vicepresidente, Henjo Groenewegen. “No intentaremos serlo todo para todos en cualquier parte. Lo que pretendemos es ofrecer un catálogo de servicios seleccionados y fiables a precios competitivos en mercados también seleccionados”.
La nueva compañía, según Groenewegen, se dirigirá en forma mayorista a operadores de líneas fijas y proveedores de servicios Internet (ISP), pero también a todo tipo de empresas, desde las pymes a las multinacionales. Los servicios ofrecidos van desde acceso a Internet dedicado, redes privadas virtuales IP (IP VPN) y ATM a longitudes de ondas, tránsito IP y SDH. Buena parte de las infraestructuras sobre las que corren estos servicios –8.000 kilómetros de fibra con enlaces en los principales centros de negocios de Europa– fueron adquiridas a precios de saldo a KPNQwest.
“No ofreceremos servicios de collocation ni construiremos centros de datos gigantescos, ni tampoco conectaremos todos los centros de negocios del continente con nuestra propia fibra, como KPNQwest”, afirma Gerben Wijbenga, director de Marketing de EuroRing. “Inicialmente nos centraremos en los clientes holandeses y alemanes con servicios competitivos y, por encima de todo, fiables”.
Aunque la venta al mayor seguirá moviéndose con precios bajos como una “commodity”, este negocio genera un flujo constante y regular de ingresos necesarios para mantener el negocio. Pero el foco principal de la compañía, asegura, se centrará en el más lucrativo mercado corporativo. “Esto no quiere decir que los clientes corporativos estén invirtiendo enormes sumas de dinero en servicios de banda ancha. Todos los segmentos están conteniendo sus gastos operacionales, pero sí se encuentran más preparadas para pagar más por mayores niveles de calidad y estabilidad, especialmente para soportar aplicaciones de misión crítica”.
La decisión tomada por KPN de retomar el maltrecho mercado europeo de banda ancha IP se encuadra en la batalla por la supervivencia entablada por la mayor parte de los grandes operadores del continente. Un gran número de ellos, como Global Crossing o Interoute, tuvieron que solicitar la suspensión de pagos, mientras que otros, como la sueca Telia y la británica Cable and Wireless, se han visto obligados a reducir gastos.
Además, todavía no está claro si la estadounidense WorldCom (ahora rebautizada como MCI), en suspensión de pagos, seguirá presente en Europa, después de invertir miles de millones de dólares en redes de fibra óptica metropolitanas y de larga distancia en la zona. “Se oyen algunas informaciones que apuntan a que posiblemente la compañía abandone el mercado europeo”.
Una cosa es segura: los clientes de banda ancha hoy disponen de menos ofertas entre las que elegir que hace un par de años, e incluso es probable que aun cuenten con menos opciones en 2004. Vaticina Groenewegen que “sólo sobrevivirán en el mercado de servicios de banda ancha globales entre cinco y diez compañías”, cuando había una treintena en los tiempos del boom de Internet. “Admito que el mercado de servicios de banda ancha está atravesando una pésima situación, pero cambiará. Las empresas sentirán de nuevo la necesidad de invertir en este tipo de servicios, y queremos que nuestro nombre les sea familiar cuando eso ocurra”, proclama el vicepresidente de EuroRings.
