IPv6 como base de la Internet móvil

La Internet de hoy está basada en la versión 4 de IP. La Internet de mañana estará basada en IPv6, que, entre otras prestaciones, permite dar respuesta a los retos que plantean las tecnologías 3G.

El entorno Internet está cambiando drástica y rápidamente. No hace ni siquiera una década, la llegada de World Wide Web convirtió a Internet de una red de ordenadores y de recursos de información fundamentalmente académica en un nuevo medio de masas, ofreciendo no sólo nuevos accesos de información y comunicación sino también nuevas oportunidades de automatización y comercio.Y la velocidad a la que se está produciendo el cambio no manifiesta señales de ralentizarse. Más bien, todo lo contrario. Ahora, por ejemplo, el rango de dispositivos conectados a la Internet fija se está ampliando de forma acusada. Muchas clases de máquinas que no podrían ser descritas precisamente como ordenadores se están dotando de acceso a la Red, desde acondicionadores de aire y frigoríficos a fotocopiadoras y máquinas expendedoras.
Pero por encima de esta masiva expansión de la Internet fija aparece además un factor completamente nuevo y significativo: el desarrollo de la Internet móvil. Muchos de estos nuevos dispositivos con acceso a la Red serán inalámbricos y móviles, y podrán ser integrados en vehículos o ser transportados por los usuarios, una tendencia que están liderando los teléfonos móviles. Y la velocidad a la que este cambio se está produciendo es de resaltar: se estima que en tres años el número de dispositivos móviles en la Red sobrepasará al de ordenadores.
Sin embargo, tan rápida expansión conlleva varios retos. La Internet de hoy, por ejemplo, no permite asignar las suficientes direcciones como para soportar todos estos dispositivos. De hecho, IETF (Internet Engineering Task Force), la organización encargada de la evolución de la arquitectura de Internet, ha estimado que el actual suministro de direcciones se extinguirá en 2010, aproximadamente. Y esto sin tener en cuenta el impacto de la Internet móvil.

REQUERIMIENTOS
El desarrollo de la Internet móvil plantea requerimientos especiales. Por un lado, Internet fue inicialmente desarrollada para comunicaciones de ordenador a ordenador; establecer enlaces de comunicaciones entre gente no formaba parte del plan original. Por otro, las clases de servicios disponibles en Internet móvil serán más variadas y diversas que las actualmente ofrecidas por las redes móviles. IPv6 proporciona una mejor plataforma para crear y soportar muchos de los nuevos servicios imaginados, especialmente aquellos que combinan diferentes tipos de medios, como videotelefonía y mensajería multimedia. Y estos diferentes servicios exigen diferentes requerimientos sobre la red y el sistema subyacente.
Con todas estas clases de diferentes servicios, para que la red sea eficiente ha de ser capaz de proporcionar diferentes tipos de calidad de servicio a los usuarios; descargar correo de la red no requiere la misma calidad de servicio que las llamadas de vídeo, por ejemplo. Si se producen retardos en el flujo de datos en el correo, no tiene demasiada importancia, pero si surgen interrupciones significativas en el flujo de datos de una videollamada, la comunicación se haría imposible. E Internet no puede proporcionar diferentes calidades de servicio.
Además, no hay que olvidar la cuestión de la propia movilidad. Ya ha quedado bien patente el gran reto que supone construir redes que den soporte a abonados en constante desplazamiento, pues el sistema ha de ser capaz de seguirles en sus movimientos y de hacer handover según se van desplazando.
La facturación es otro importante factor a tener en cuenta, pues se trata de una cuestión fundamental para el operador. De hecho, existen varias formas de cobrar por servicios diferentes ofrecidos sobre redes móviles 3G. El correo electrónico y la videotelefonía, por ejemplo, son servicios opuestos en lo que se refiere a calidad de servicio y al precio que han de pagar los usuarios. Con el correo electrónico un usuario puede aceptar buenamente posibles retardos, pero no cuando utiliza la videoconferencia, servicio para el que demandará una alta calidad durante todo el tiempo que dure la sesión. Por lo tanto, el operador querrá cobrar de forma diferenciada en función de los diferentes tipo de servicios que proporcione.
Es más, un sistema de facturación debe tener la flexibilidad suficiente para poder hacer frente a servicios futuros, quizás todavía ni siquiera en desarrollo, en los que el usuario pague en función de los bits y bytes suministrados, o por la calidad de servicio recibida, en vez de por el tiempo de conexión.

PREPARANDO LA 3G
Lo cierto es que si Internet se ha adaptado a los nuevos tiempos en un periodo de tiempo relativamente corto, ¿por qué no va a ser capaz de adaptarse a estos nuevos requerimientos? Y para ello ha de estar basada en IPv6, no en la IPv4 actual. No en vano, IPv6 incrementa el tamaño de direcciones IP de 32 a 128 bits, haciendo posible un número tal de direcciones que cada grano de arena del planeta podría tener la suya propia. Además, permite etiquetado de flujos y priorización, lo que hace posible introducir diferentes clases de servicios y aplicar el precio y la facturación apropiados. También incluye características de seguridad, fundamentales para reforzar la confianza del usuario en la Red, y soporta autoconfiguración, lo que permite conectar dispositivos a Internet sin necesidad de tener ningún conocimiento. Algunas de estas cuestiones quizás podrían haber sido solucionadas poniendo “parches” a IPv4. Pero este no es el enfoque correcto. Nunca sería igual que construir de origen un sistema robusto capaz de ofrecer todas las funcionalidades requeridas.
Hoy, los usuarios utilizan sus teléfonos móviles principalmente para voz, también en menor medida para enviar mensajes cortos SMS y quizás para llamadas de datos con una cierta extensión. 3G –y sus precursores como GPRS (General Packet Radio Service) y WAP (Wireless Application Protocol)– cambian la situación, introduciendo la idea de un terminal móvil permanentemente conectado a Internet. Las comunicaciones móviles de hoy son fundamentalmente de persona a persona, pero WAP está potenciando las conexiones de persona a dispositivo o de dispositivo a persona, tales como el m-commerce o las transacciones bancarias. Y en algún momento, por qué no, comunicaciones de dispositivo a dispositivo, como, por ejemplo, la que se establece para realizar la lectura remota de contadores, la gestión de flotas o el seguimiento de coches robados.
Los servicios 3G, además, serán más personales. Permiten tanto la personalización del abonado a partir de las preferencias y características individuales, como la personalización para grupos (empleados de una misma compañía, por ejemplo). La capacidad para usar información de localización será también un factor principal.

PREPARANDO LA TRANSICION
Pero todo esto no sucederá de la noche a la mañana. GPRS ya está llevando IP a la segunda generación de redes de radio celulares, y los sistemas 3G basados en WCDMA (Wideband Code Division Multiple Access) serán lanzados entre 2001 y 2002. Pero la preparación del nuevo escenario ha de hacerse desde ya mismo. Y eso significa hacer cosas tan fiables y tan simples para el usu

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