Internet = Estabilidad. ¿Seguro?

De la inestabilidad que está reinando estas semanas en Internet hemos extraído una serie de experiencias que pueden hacer recapacitar a más de uno.

Actualmente se están viviendo momentos no conocidos nunca antes. Es la primera vez que un operador supranacional de redes de Internet, y a decir verdad poseedor de una de las redes más potentes del panorama europeo, ha amenazado con cerrar totalmente su actividad a raíz de su situación financiera; incluso, de hecho, ya ha cerrado parcialmente determinadas operaciones en varios puntos de su red, algunos en España. El triste protagonista ha sido KPNQwest.
Sin pretender hacer leña del árbol caído (ya se encargan de ello sus competidores), el cierre total de la red de KPNQwest podría repercutir muy negativamente en otros operadores y en la actividad mundial de Internet. No en vano, y sin entrar en demasiados detalles, la red de KPNQwest transporta casi el 30% de los datos Internet de Europa, y por encima del 20% del español.
Por si no tuviéramos bastante con la quiebra de la joint venture de KPN y Qwest, la mayoría de los operadores de telecomunicaciones se encuentran en situaciones de alerta roja: sus cuentas no convencen y los banqueros han decidido no prestarles más dinero. Y no ganando dinero –como es el caso–, y sin préstamos que les permitan continuar la actividad, sobre la gran mayoría planea el fantasma del cierre.
Como en otros artículos ya se ha discutido si realmente ha merecido la pena la forma elegida por los operadores de desplegar sus redes, aquí nos centramos en qué se puede hacer ahora cuando los problemas están ya encima de la mesa. Lo cierto es que la panacea del operador universal, capaz de satisfacer todas las necesidades mundiales de telecomunicación de una multinacional, ha resultado no ser factible. Atrás quedan las aventuras de AT&T y BT en Concert, o de Global One (la extinta joint venture de Sprint, Deutsche Telekom y France Telecom). Y qué decir de KPNQwest.
Para colmo, cuando los incumbents se frotaban las manos al comenzar a quedarse solos en el mercado de las telecomunicaciones (y sin competencia seria, hacerse con el monopolio de facto), las cosas también se les empiezan a poner serias. Telefónica, por ejemplo, tiene por delante un panorama de lo más negro para poder sacar las cuentas de las filiales latinoamericanas. Primero ha sido Argentina, ahora Brasil; y de España no se habla, pero se hablará. Como muestra valga su cotización actual en Bolsa. Complicando las cosas, en junio distintas acciones de sabotaje contra la compañía dejaron a media España sin comunicaciones en la tarde del viernes 14, y a Internet con un 35% de caída en su utilización. Quien más, quien menos sufrió las consecuencias de este atentado contra las comunicaciones del país.

Alternativas automáticas. Ante este escenario, los responsables de telecomunicaciones se preguntan por el modo de dotarse de la estabilidad imprescindible que precisan sus negocios. Muchas empresas, como la editorial Recoletos, han encontrado ya la respuesta: la compañía está conectada a la bolsa de telecomunicaciones de Iber-X con capacidades de 4 ó 5 operadores de Internet de forma redundante. De este modo, se tiene la seguridad de que el sistema automático les traslada de un operador a otro de forma transparente, previo consentimiento del cliente, al que se le advierte de que un determinado operador no está cumpliendo con sus obligaciones. Recientemente, el portal Marca.com de la compañía se ha visto obligado a quintuplicar sus capacidades para soportar el aumento de las visitas generado por el Mundial de Fútbol de Corea-Japón.
De la misma manera que este medio ha podido multiplicar sus capacidades de forma flexible, y que ésta y otras empresas han podido cambiar de proveedor de capacidad en menos de una hora, en medio de esta tempestad de inestabilidad, muchas otras se están dando cuenta que la única manera de dormir tranquilo es disponer de más de cien operadores a su disposición, a golpe de ratón.
En la tarde del viernes 14 de junio, a consecuencia del sabotaje contra Telefónica, más de 17 operadores tuvieron que desplazar la capacidad que tenían contratada con Telefónica a otras alternativas, con un saldo de capacidad consolidada de casi 600 Mbps. Dichas compañías lo hicieron de forma automática y flexible dentro de Iber-X, lo que les permitió destacar en los momentos en que sus competidores no tenían alternativa al operador dominante y se tuvieron que conformar con realizar llamadas infructuosas al teléfono de reclamaciones de Telefónica.
Esto es estabilidad en Internet.

Jenaro García
Director General de Iber-X

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