Ideas para 2003 (2)

En este artículo continuamos dando un repaso por aquellas ideas destacables para el año que hemos comenzado.

WI-FI. Esta rara palabra que a muchos les suena a aceite de coche es uno de los fenómenos que pueden hacer tambalear la industria de la telefonía móvil. Se trata de un servicio que, como SMS, ha crecido en la penumbra y que de seguir así es posible que llegue lejos. Más de 60 comunidades no lucrativas han surgido ya en España y parece que el crecimiento es imparable. Actualmente son muchos los que dicen que van a entrar en este frente, desde la iniciativa de Kubi (pionera en España) hasta la siempre presente Telefónica. Todo hace prever que los propulsores originales de esta tecnología se van a ver superados por sus réplicas comerciales.
En Estados Unidos, los seguidores ortodoxos (los no comerciales) de este sistema ya se están preparando para combatir las iniciativas comerciales de los grandes operadores; lo hacen con hornos microondas modificados para cargarse la frecuencia en la que emiten sus réplicas comerciales. En España la historia puede ser muy diferente, dado que el crecimiento de esta tecnología será paulatino, en tanto que no disponemos de la misma masa crítica de sistemas móviles que Estados Unidos. Además, a WI-FI le ha salido un duro competidor. Se trata de un nuevo producto de uno de los operadores móviles españoles, que se prevé será tan popular como los móviles con tarjeta. Se trata de GPRS de prepago, sin complicadas configuraciones, sin contratos engorrosos y con altas capacidades de transmisión. Es una iniciativa tremendamente innovadora y altamente interesante. Incluso ya se está trabajando en sistemas híbridos de GPRS y WI-FI. El usuario, podrá utilizar Wi-Fi en el interior del edificio y GPRS en el exterior. Con este sistema, se puede estar siempre conectado y será tan transparente como el actual roaming. Sin duda, 2003 va a ser una tostadora caliente en este terreno.

Torres voladoras para los móviles. Tal como habíamos destacado en la columna anterior, una de las ideas más sorprendentes es la de una empresa americana que fleta aviones no pilotados que, alimentados por energía solar, están permanentemente en el aire, convirtiéndose así en torres de telecomunicaciones volantes. Cada uno de estos aparatos tiene un coste de tres millones de euros, y la empresa ya ha recibido 80 millones de dólares de inversores del calibre de, por ejemplo, la NASA. Actualmente cuenta con varios clientes y pronto conseguirá grandes operadores a los que dar servicio.
Este proyecto parece serio, pero lo es aún más si nos fijamos en que últimamente cada vez resulta más complicado desplegar torres de comunicaciones convencionales. Varios motivos influyen en esta tendencia. El primero es el coste del despliegue de las torres y de su mantenimiento (coste de alquiler de las terrazas que llega en casos a ser más caro que comprar el propio espacio donde se encuentran). Además, la opinión pública rechaza de lleno la instalación de dichas torres fijas en las azoteas, y se están aplicando políticas restrictivas por parte de ayuntamientos y comunidades autónomas, pese a que no existen pruebas científicas que lo aconsejen.
Algunos pensarán que es mejor languidecer lentamente, que hacerlo súbitamente bajo las alas de un avión no pilotado de más de dos toneladas, pero si tenemos en cuenta que estas torres voladoras actúan como repetidores de varias tecnologías (como GSM, LMDS, GPRS y, cuando llegue, UMTS) todo parece indicar que será una idea bastante caliente durante los próximos meses o años.
Iniciativas de este calado permiten aventurar que 2003 será un año que no desmerecerá a los anteriores, cargado de oportunidades para el sector.

Jenaro García, Director General de Iber-X

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