Gartner desmitifica Gigabit Ethernet

Ahora que Gigabit Ethernet ya es una realidad en muchas empresas e incluso empieza a estar presente hasta en los mismos puestos de trabajo, Gartner ha vuelto a abrir el viejo debate. ¿Está justificada la adopción de tan grandes anchos de banda? ¿No sería mejor optimizar el existente e invertir en seguridad y en mejorar el rendimiento de los sistemas y aplicaciones?

Algunas prospecciones de mercado elevan a más de 10.000 millones de dólares el gasto que los responsables de TI destinarán a equipos LAN Gigabit Ethernet durante los dos próximos años. Tales estimaciones no dejan lugar a dudas. Gigabit Ethernet se está convirtiendo en uno de los principales motores del mercado de conmutación corporativa; todavía en términos relativos, pero con tasas de crecimiento que se acercan al 80% interanual. ¿Su principal argumento de venta? Aumentar el rendimiento de la red y la productividad de los usuarios, así como preparar a las organizaciones para soportar la nueva generación de aplicaciones, que tendrá un consumo intensivo de ancho de banda. Tales afirmaciones justificarían incluso su llegada también a los puestos de trabajo.

Pero no todos están de acuerdo. Hay analistas y expertos que, salvo en algunos casos muy específicos, creen que es preferible invertir en otro tipo de soluciones que optimicen las infraestructuras y aplicaciones existentes y ayuden a la empresa a subirse a las nuevas tendencias que en los próximos años cambiarán totalmente la organizaciones. Se trata, en realidad, de un viejo debate que Gartner quiso desempolvar el pasado mes de mayo en el Symposium/ITxpo que la consultora celebró en San Francisco (Estados Unidos).

En el transcurso del evento, Mark Fabbi, vicepresidente de Gartner y responsable de las investigaciones que la consultora realiza sobre infraestructuras de redes de empresa, dejó clara su postura: “la mayoría de los diseñadores de red se dejan llevar por prácticas de diseño tradicionales, gastando dinero en dotar a sus sedes centrales de tecnologías de más capacidad que realmente no son de utilidad para el total de sus empleados, en gran parte distribuido en oficinas remotas y cada vez más móvil”.

Desde su experiencia como interlocutor habitual de los más altos CIO y responsables de redes de Fortune 500, Fabbi asegura que, por el contrario, los “directivos de TI más astutos optan por centrar su atención en los niveles más altos de la pila, como la seguridad, el control de los datos, la optimización de las aplicaciones y los servicios de movilidad. Para ellos, estas son las cuestiones clave que de verdad beneficiarán a las organizaciones, mucho más que instalar Gigabit Ethernet en las sobremesas”.

En opinión de Fabbi, mucho mejor inversión que instalar conmutadores 10/100/1000 es, por ejemplo, mejorar el rendimiento de la WAN, que es algo que beneficia a la gran mayoría de los empleados, no sólo a los que están en la sede central; o comprar conmutadores 10/100 con PoE (Power over Ethernet). En este sentido, el analista reconoce que algunos fabricantes, como HP, Foundry o Nortel, están haciendo que Gigabit Ethernet sea más viable económicamente al ofrecer equipos 10/100/1000 con PoE por alrededor de la mitad del precio de sus equivalentes de Cisco, e igual o menos que los productos PoE 10/100 de esta compañía. Pero, “aún así, yo recomendaría buscar preferentemente equipos 10/100 PoE”.

Réplicas nacionales
La polémica reabierta por Fabbi en el pasado Symposium/ITxpo ha tenido rápidas réplicas a nivel internacional. También en España, y con opiniones para todos los gustos, no siempre encontradas. Como la de Jaime García Cantero, director de Análisis de IDC, quien recuerda la necesidad actual de dotarse de medios que permitan obtener una “visión global de las aplicaciones”que haga posible conocer todos los aspectos que entran en juego en su rendimiento y seguridad de extremo a extremo. En su opinión, “el ancho de banda ya no es la única limitación de las aplicaciones.

Hoy existen soluciones de optimización y aceleración que pueden mejorar su rendimiento incluso mejor que sobredimensionando las redes con más capacidad. Hay estudios que concluyen que, durante los últimos años, una de cada tres empresas ha sufrido degradaciones de sus aplicaciones en red pese a haberse dotado de mayores ancho de banda. El paso del mundo cliente-servidor al mundo Web exige optimizar el tráfico”.

También Pedro Casado, director de Marketing de la división ProCurve de HP, coincide con la línea de fondo del argumento de Fabbi. “Lo que Gartner ha puesto sobre la mesa es algo mucho más fundamental que la cuestión de Gigabit, aunque haya sido ésta la que consiguió el titular. En realidad, lo que Fabbi pone en duda es si las inversiones de renovación de las redes locales por parte de las grandes empresas se están enfocando en las tecnologías apropiadas, poniendo de manifiesto lo que para nosotros es una situación innegable: las redes con arquitecturas tradicionales no escalan adecuadamente con las aplicaciones de hoy”.

Para Casado, las declaraciones de Fabbi son “el espaldarazo de un consultor independiente a nuestro discurso de los últimos tres años y nuestra propuesta de redes con inteligencia perimetral. Tengo que estar de acuerdo con Gartner en que migrar las redes a Gigabit exclusivamente por su velocidad no tiene sentido hoy en día. Si hay que elegir entre seguridad y funcionalidad o velocidad, la elección siempre debe ir a favor de las primeras, salvo en contadas excepciones. Sin embargo, a mi juicio, al menos con nuestras soluciones no hay que elegir. Las últimas generaciones de ASIC permiten ofrecer las dos cosas en las nuevas redes prácticamente al mismo precio”.

En F5 Networks, como compañía especializada en la securización, aceleración y disponibilidad de las aplicaciones, las palabras de Gartner también han sido bien recibidas. “En los últimos años, uno de los factores clave a la hora de realizar adquisiciones es la rentabilidad que ofrecen, y, por tanto, hoy la primera opción es rentabilizar los sistemas ya instalados antes de cambiarlos. En la red de la empresa, ciertas aplicaciones pueden tener problemas o ir lentas, y la solución no es siempre ampliar el ancho de banda, pues con un elemento que lo optimice se pueden consiguen mejores resultados con menos inversión”, afirma Diego Arrabal, director general de F5 en España. Arrabal identifica la racionalidad que debe guiar las inversiones con la capacidad de escalar la red y de adaptarla a las necesidades futuras. “Estas necesidades pueden pasar por la ampliación de la red a usuarios móviles, los accesos de usuarios remotos o la colocación de información accesible a usuarios a través de Internet. El crecimiento de la empresa tiene que venir acompañado de un crecimiento ordenado de su infraestructura. Si sobre la red se instalan dispositivos para responder a necesidades puntuales (como firewall, servidores de balanceo, optimización de conexiones, servidores para acceso remoto), las aplicaciones que corren sobre ellas se ralentizan. Y no serán más lentas por la capacidad de ancho de banda, sino por no planificar un crecimiento orgánico organizado”.

Jorge Fernández

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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