El posicionamiento móvil

Los usuarios que utilizan una red telefónica móvil experimentan la facilidad de poder hablar o enviar mensajes en cualquier momento y en cualquier lugar, sin la limitación que supone la dependencia de un terminal fijo. Hasta ahora, esta movilidad ha sido la característica más relevante, pero hay toda una serie de servicios que, ligados a la posición del usuario, están aún sin explotar.

Al desplazarse un usuario poseedor de un teléfono móvil, la red le tiene localizado dentro de un radio de acción más o menos preciso, y en base a ello se le pueden ofrecer servicios específicos para esa área, que serán diferentes de los que puedan ofrecerse a unos metros de distancia. Ello es posible gracias a los sistemas de posicionamiento móvil, que detectan la localización física del usuario. Esta información ya era fundamental para las redes móviles, porque era necesario encaminar las llamadas al teléfono del abonado estuviera donde estuviera. Pero cada vez va a ser más importante conocer exactamente dónde se encuentran los teléfonos móviles, ya que las redes están evolucionando para ofrecer algo más que simples comunicaciones de voz.
Tres motivos clave están potenciando este tipo de servicios. En primer lugar, la utilidad para los abonados y la rentabilidad para los operadores que brindan los nuevos servicios basados en la ubicación del usuario. Además, los operadores pueden utilizar los datos de localización para gestionar eficazmente sus redes y disponer los recursos donde más se necesiten. Finalmente, la implantación de estos servicios se verá favorecida por el hecho de que, según la legislación de numerosos países, es necesario asegurar la localización de los usuarios de teléfonos móviles en caso de emergencia.
La localización de los usuarios móviles y el uso que se hace del conocimiento de su posición puede plantear ciertos problemas, ya que en muchas ocasiones el usuario deseará conservar su intimidad a toda costa. Este es uno de los motivos que impulsan el uso de las tarjetas “prepago”, ya que con ellas no se necesita ningún contrato y el usuario puede realizar sus llamadas sin que sea identificado. En otras ocasiones puede suceder lo contrario, como sucede con las llamadas de emergencia o de localización de vehículos desaparecidos. En cualquier caso, hay que distinguir entre lo que es la localización del terminal, algo siempre posible con mayor o menor precisión si está en funcionamiento, y la localización de quién es su propietario, algo que sólo es posible si existe un contrato que identifique un número de teléfono con un usuario.
La privacidad del abonado es una cuestión clave. Los sistemas basados en terminales que transmiten la información directamente a los proveedores de servicios basados en la posición, a través de Internet, no son seguros y pueden poner en peligro la privacidad del abonado. Es mucho más fiable controlar la privacidad y la integridad conservando los datos de localización dentro del sistema de posicionamiento del operador y transmitiéndolos a los proveedores de servicios sólo tras la correspondiente autorización del usuario, que es quién solicita la información.
El procedimiento que se viene utilizando ahora por los operadores que ofrecen el servicio obliga al usuario a enviar un SMS o realizar una llamada a un número determinado solicitando la información. La posición del cliente se localiza por la red, en función de la antena (célula) que le está dando el servicio, y, a partir de este dato, el operador consulta su base de datos y selecciona la información teniendo en cuenta la posición que se ha indicado. Después, la envía al usuario mediante un SMS.

ACCESO A LA LOCALIZACION
Un sistema de posicionamiento móvil cumple dos funciones: localizar el teléfono y poner estos datos de localización al alcance de los proveedores de servicios. Es importante pensar en ellas por separado porque los requisitos de cada uno de estos sistemas difieren bastante entre sí. El sistema de localización tiene que tener el mismo grado de fiabilidad que la red de telecomunicaciones y debe ser compatible con los estándares de telecomunicaciones de todo el mundo (para poder ofrecer itinerancia internacional) y con equipos de red de distintos fabricantes. Las aplicaciones que utilizan información sobre localización, por otra parte, deben funcionar rápidamente e instalarse independientemente del sistema de posiciona- miento empleado.
Desde el punto de vista legal, los sistemas de posicionamiento móvil se clasifican en basados en terminales y basados en redes. Los primeros requieren teléfonos equipados con hardware o software especial, como por ejemplo, el sistema de posicionamiento mundial por red A-GPS. Los sistemas basados en redes pueden localizar los teléfonos móviles sin necesidad de modificarlos, lo que les permite penetrar de inmediato en el mercado de estos nuevos servicios.
Comercialmente hablando, los sistemas de posicionamiento pueden ser Sistemas de Red Superpuesta (SRS) o Sistemas Integrados de Red (SIR). Los SRS se pueden instalar en cualquier red GSM, ya que sólo utilizan las funciones GSM básicas, pero, al basarse en terminales, poseen un potencial de mercado limitado. Los requisitos de los SIR se especifican en el estándar GSM, ya que las soluciones SIR se pueden emplear en cualquiera de estas redes.
También se han estandarizado diversos métodos de posicionamiento, como:

- Cell ID and Timing Advance (CGI-TA). Es un método basado en redes. Permite localizar un móvil con respecto a una sola célula, con su distancia aproximada desde la estación base, y se basa en un sistema de celdas capaces de medir la distancia recorrida desde la señal hasta el terminal móvil del usuario. El problema está en que, para calcular la posición, esta solución necesita del uso de un mínimo de tres celdas de medición de la distancia (LMU – Location Mesurement Unit), lo que la hace muy costosa visto el elevado número de celdas LMU requeridas para el correcto funcionamiento del servicio. La precisión de su alcance está entre 300 y 1.000 metros, aunque en ciudades densamente cubiertas es mucho mejor, dependiendo del tamaño de la celda, que puede variar entre 100 metros y 35 kilómetros, y de la anchura del arco (aproximadamente de 500 metros), ya que la celda puede ser circular o un sector triangular de 120º.

- Enhanced–Observed Time Difference (E-OTD). Este método, que emplean muchos de los actuales dispositivos de bolsillo, similar al TOA pero que requiere menos celdas LMU, ofrece una precisión de entre 50 y 300 metros, dependiendo de que sea una zona rural o urbana.
- Assisted–Global Positioning System (A-GPS). Este sistema, que da la posición instantáneamente, exige que los receptores GPS estén física y lógicamente integrados con GSM. La precisión de la localización es de entre 3 y 30 metros, cifras que superan lo establecido por la UE y por la US Federal Communications Commission. Los receptores GPS incorporados o acoplados a los teléfonos GSM pueden indicar la ubicación del usuario a los proveedores de servicios, aunque con algunos problemas de cobertura, seguridad y tiempo de respuesta en comparación con el sistema A-GPS. Es una técnica sumamente costosa.
La tecnología a emplear todavía está en proceso de decisión, pero parece ser que se relega la

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