El poder oculto de la banca

Cuando se habla de las participaciones que tienen bancos y cajas en el sector de las telecomunicaciones, normalmente salen a colación una serie de nombres muy específicos. Así, se habla del poder del BBVA y La Caixa en Telefónica, y de la presencia de Santander en el grupo Auna (ahora dispersa entre las empresas en las que el grupo fue segregado tras su venta). Con menos intensidad, se menciona también a Banca March en Xfera, o Caixa Catalunya en Amena. El problema de que el análisis quede reducido a tan pocos nombres es doble. Por un lado, hace que no se vea la verdadera dimensión de los tentáculos de la banca y de las cajas en el sector. Y por otro, si no se ve esta dimensión, tampoco es posible percibir los enormes efectos que tendrá en el sector telefónico el hecho de que bancos y cajas empiecen a vender participaciones a partir del próximo año. Con la nueva normativa sobre riesgos, a partir de 2007 bancos y cajas tendrán mucho menos interés en mantener grandes participaciones industriales, sobre todo si éstas están concentradas en un sector.
Al margen de los datos que aparecen de forma pública en la CNMV cuando un accionista supera el 5% del capital en una empresa cotizada, siempre ha habido muy poca información sobre el poder oculto de la banca en las telecomunicaciones. Hasta ahora. En los últimos tiempos, han aparecido diversos informes de organismos como el Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que detallan hasta qué punto los bancos y las cajas españoles están metidas en el capital de las empresas del sector. Según el Banco de España, la suma de las carteras de participaciones industriales de bancos y cajas superaban, hace unos meses, los 57.000 millones de euros. De esa cifra, la mayor parte del pastel correspondía al sector de telecomunicaciones. En concreto, un 22% de toda la cartera. Es un porcentaje que está a gran distancia del sector de energía eléctrica, que sólo alcanzaba el 19%.
El Fondo Monetario Internacional precisa aún más los datos. Este organismo diferencia entre la cartera de los bancos y la cartera de las cajas, y comprueba que son los primeros los más voraces a la hora de invertir en telecomunicaciones. De todo el valor de la cartera de participaciones industriales de los bancos, el 41% corresponde a acciones en empresas de tecnología o telecomunicaciones, mientras que, en el caso de las cajas, ese porcentaje se eleva al 15,5%. La pregunta es ¿qué ocurriría si unos y otros empiezan a huir del capital de las empresas de telecomunicaciones y tecnológicas? Es muy probable que, a partir del próximo año, bancos y cajas empiecen a desinvertir en cartera industrial, habida cuenta de que con la nueva normativa sobre riesgos (conocida como Basilea II), este tipo de activos penaliza mucho el balance. Algunos bancos, como BBVA, ya han sido lo suficientemente valientes para reconocer públicamente que venderán su cartera industrial a corto y medio plazo. Incluyendo Telefónica, donde tiene, de forma estable, algo más del 5%, aunque en realidad controla más del 6%. Santander también ha anunciado públicamente que se desprenderá de su cartera industrial, entre cuyos activos está el 9% de ONO, y una participación en France Telecom España. Nadie puede decir con total precisión cuándo venderán sus participaciones los bancos y las cajas, pero no estaría de más que algunos grandes grupos, como Telefónica, empezaran a pensar en un futuro más o menos inmediato en el que tendrán que defenderse en los mercados bursátiles (por ejemplo, ante ofertas de adquisición hostiles) sin la tranquilidad que da contar con un núcleo estable de accionistas.

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