El negro futuro de Xfera

Xfera, el cuarto operador de móviles, atraviesa su peor momento. La compañía, que aún no ha arrancado comercialmente, lo tiene cada vez más difícil a medida que pasan los días. A finales del mes de octubre, algunos de sus principales ejecutivos han empezado a abandonar la compañía. Es la prueba más evidente de que el proyecto tiene un futuro cada vez más negro. Los directivos que se han “fugado” no serán los únicos. Otros ejecutivos del comité de dirección preparan también su salida y negocian su fichaje por otras empresas del sector. El abandono de Xfera se producirá en las próximas semanas, dejando a la compañía sin equipo directivo.
Los ejecutivos que ya han salido son Santiago Moreno, director de Relaciones Institucionales y de Relaciones con Operadores, y Luis Ramírez, director técnico de Xfera. No es un hecho insignificante. Moreno, que se ha marchado a Vodafone a realizar las mismas funciones, y Ramírez, que según algunas fuentes ha fichado por el holding Auna, eran piezas claves del proyecto, que empieza a quedarse huérfano de padre y madre.
En las próximas semanas también pueden dejar el grupo Gerhard Schobelt, director de Lanzamiento, y Enri Piganeau, dos expatriados que posiblemente volverán a sus casas matrices: Mannesmann en el caso de Schobelt y Vivendi en el de Enri Piganeau. También pueden dejar el grupo en los próximos días Juan Videl, responsable de Operaciones y de Márketing de la compañía, y hasta el propio Antonio Cantón, primer ejecutivo de la empresa. Según fuentes cercanas a la compañía, prácticamente todos los directivos están “mirando alternativas”. Si no han salido antes es por la difícil situación del mercado en estos momentos, con decenas de ingenieros y directivos del sector de telecomunicaciones en paro por las numerosas reestructuraciones que se han producido en los últimos meses en el sector. Además, en muchos casos, los altos directivos de Xfera firmaron contratos con fuertes blindajes y fuertes penalizaciones en el caso de marcharse a otras empresas del sector. De ahí que su salida esté siendo un arduo proceso de negociaciones con los accionistas.

Un barco a pique. El adiós de estos ejecutivos, de todos modos, no es una mera fuga de cerebros; hay que interpretarla como algo más serio. El barco Xfera, que empezó a naufragar al poco tiempo de obtener la licencia para operar con la tecnología 3G, se va definitivamente a pique. Sin un cuadro directivo que salve la cara de la compañía hasta que la tecnología UMTS esté disponible y la empresa pueda arrancar, pocas alternativas quedan. Tan sólo el cierre definitivo de la empresa, dejando el proyecto de UMTS guardado en un armario, como ha hecho Telefónica en Alemania con su filial Quam. La alternativa que se plantean los accionistas es precisamente ésta: reducir a cero la actividad de Xfera y negociar con el Gobierno una salida.
La solución pasaría por dejar totalmente aparcada la licencia de UMTS, pidiendo al Gobierno que no ejecute los avales, ni los compromisos que la empresa contrajo para desplegar el UMTS, y que tampoco cobre la multimillonaria tasa por uso del espectro radioeléctrico que se impuso hace dos años. A partir de aquí, los accionistas escucharían todo tipo de alternativas. Que se les permitiera deshacerse de la licencia vendiéndola en forma de compraventa de espectro, por ejemplo, sería una de ellas. Es al fin y al cabo, a lo que esperarán Telefónica y Sonera en Alemania. No hay que perder de vista que la situación de la operadora española en aquel país no es muy distinta a la de Xfera en España.
Vivendi, y en especial Sonera, no están dispuestos a seguir soportando el proyecto del cuarto operador español de móviles, sobre todo teniendo en cuenta que en otros países, incluso con mayor potencial de crecimiento que España, están replegando velas. Tampoco para los socios españoles, como ACS, Xfera es un bocado apetecible en estos momentos, dado el peso financiero que suponen los avales de la compañía en sus cuentas anuales. Xfera, que lleva un año en el congelador, empieza a ser un producto ultracongelado que se pasará de fecha de caducidad posiblemente antes de que tenga oportunidad de salir del refrigerador.

Ni siquiera página web. La salida de los directivos de la compañía es la puntilla definitiva a una compañía que ya está bajo mínimos. Desde hace unas semanas ya no tiene ni página web. El último consejo del grupo volvió a analizar el plan de negocio de la compañía por enésima vez, retrasando la salida del proyecto hasta 2004 como muy pronto, y siempre que se den algunas circunstancias, como la inexistencia de avales y de tasas radioeléctricas, o la compartición de redes con otros operadores para aminorar costes.

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