Discordia. es

Parecía imposible hacer cosas peores que Info XXI, pero España.es podría rizar el rizo. Si el malestar general que ha provocado su alumbramiento –y su proceso de alumbramiento– es indicio de por dónde van a ir los tiros, seguro que lo consigue. No se sabe cómo ni por qué, pero el Gobierno insiste en insistir en el error.
España.es, que sustituirá al denostado Info XXI durante los dos próximos años, ha logrado lo que el Gobierno no logra sobre todo cuando se trata de crear un plan nacional de fomento de la Sociedad de la Información. Salvo melifluas excepciones, asociaciones patronales, asociaciones de usuarios, oposición política y algunas –de momento– administraciones autonómicas y locales parecen llegar a un consenso: fracasará.
A estas alturas de la película, de todos son conocidos los detalles del plan y todas las críticas que ha levantado, pero de todas ellas –al margen de las específicamente programáticas y económicas– destacamos dos, una ampliamente citada y otra mucho menos.
Una de las que más salen a relucir a la hora de echar pestes es su realización al margen de los agentes políticos, sociales, económicos y sectoriales implicados. España.es dice basarse en las conclusiones de la llamada Comisión Soto, es decir, en el documento que recoge los resultados del proceso de análisis y debate llevado a cabo por ¡diez personas! –unas de reconocido prestigio en las nuevas tecnologías, otras desconocidas para el sector–, y que ya en su momento también fue objeto de graves críticas. Y no es que se quejen de ello sólo las asociaciones de más prestigio, como Aniel –cuyo presidente participó en dicha Comisión-, AI o AUI, entre otras, sino que también algunas comunidades autónomas, especialmente la catalana, y el PSOE se han unido al coro de lamentos. Lo de la administración local y autonómica tiene guasa, si se tiene en cuenta que el plan le asigna el 26% de su financiación.
La otra crítica tiene que ver con la propia formulación del llamado Plan Soto en que se basa España.es, y que nadie, o casi nadie, parece echar de menos, a diferencia de, por ejemplo, la falta de liderazgo político en que vuelve a insistir el sustituto de Info XXI y que también aparecía en las conclusiones de la “comisión de los diez”. Se trata de la conveniencia de lograr un gran pacto de Estado en torno a la difusión de las nuevas tecnologías y la Sociedad de la Información en el tejido económico y social español. Su conveniencia parece evidente, si es cierto que nuestros políticos pretenden situarnos en una buena posición en este terreno, pero son muy pocas las voces que se han acordado de su olvido por parte de España.es. Hace varios años aquí defendíamos su necesidad, dada su prioridad entre los objetivos esenciales de cualquier estado moderno, y la Comisión Soto vino a coincidir tiempo después con la idea, pero aquí nadie parece interesado en conseguirlo. Será una cuestión de intereses. Y de interesados.
El Ministerio se defiende como puede y contra las acusaciones al Plan de no incluir la memoria económica remite a la próxima elaboración de los Presupuestos del Estado para 2004 y a futuras negociaciones con la iniciativa privada, pero mucho tienen que cambiar las cosas para que desaparezca la mala impresión que ha generado. Lo de “España.es tiene carencias pero es mejor que nada” en boca de Bernardo Pérez de León, director general de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, es para enmarcarlo.

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