Del LMDS al WiMax
Puestos a hacer memoria histórica, y si seguimos mirando cómo eran las cosas en el año 2000 y cómo son ahora, encontramos otra área en la que se ha experimentado una enorme transformación: el LMDS (Local Multipoint Distribution System). Hace cinco años, el Gobierno concedió seis licencias para explotar esta tecnología inalámbrica, entonces prometedora, que daba nuevas oportunidades a los adjudicatarios, entre ellos, Jazztel, ACS, Comunitel, Iberdrola, la antigua Cableuropa, Aló, y Telmex. Pero hoy, de aquellas seis licencias, adjudicadas a otros tantos consorcios (Banda 26, Broadnet, Skypoint, Abrared, Aló y Firstmark), sólo quedan tres, fruto de las fusiones o el cierre. Skypoint se fusionó con Abrared, dando lugar a Neo, que sigue vivo pero en cuyo capital ya sólo está presente Iberdrola. Neo compró la cartera de clientes de Broadnet y Banda 26, que desaparecieron. Aló también está activo, aunque finalmente vio desaparecer a algunos accionistas de su capital, como Dragados. Firstmark, finalmente, cambió su nombre por el de Iberbanda, aunque es el que menos transformaciones ha sufrido tanto en su capital como en su actividad comercial. Hasta ahora. Porque Telefónica negocia su compra. La razón es sencilla. La compañía que preside Alierta, en su día, quedó fuera de los concursos de LMDS y ahora parece haber buenas razones para entrar en ese mercado.
El Gobierno prepara en estos momentos un concurso para conceder licencias para tecnología WiMax, pues, aunque hay una parte de frecuencias que son de uso libre, otra parte del espectro estará protegida por la legislación, de manera que no pueda haber interferencias. Y parece ser que uno de los proyectos es ligar la concesión de las licencias de WiMax a los operadores de LMDS existentes. De ahí el interés de Telefónica por Iberbanda, y, teniendo en cuenta que LMDS no ha alcanzado una gran representatividad comercial, dicen que del Gobierno porque el operador dominante, desde su fortaleza financiera, impulse la tecnología.