De espaldas a la innovación

Cuando no se invierte en innovación puede que no pase nada durante un largo tiempo pero seguro que, en algún momento, los problemas acabarán por aparecer. Dados los tiempos que corren, en los que las empresas se ven sometidas a un constante cambio en las tendencias económicas, en las tecnológicas, en la demanda y prácticamente en cualquier aspecto, la afirmación anterior no se salva de ser una mera perogrullada. Pero una perogrullada que las empresas se empeñan en ignorar. Lo más fácil de comprender es muy a menudo lo menos comprendido. Una encuesta realizada por la consultora A.T. Kearney a más de 200 altos directivos europeos y estadounidenses revela un importante decrecimiento en la inversión que las empresas realizan en innovación en el campo de las tecnologías de la información. En concreto, el estudio destaca que, si bien el 67% de los encuestados afirman que la innovación tecnológica es básica para el éxito de sus organizaciones, sólo destinan a este apartado el 20% de las inversiones que realizan en tecnología, nada más y nada menos que un 30% por debajo de lo que lo hacían en 2002. Por lo que dejan ver los resultados del estudio, las empresas europeas y estadounidenses centran hoy sus mayores esfuerzos en materia tecnológica en el mantenimiento de las gestiones rutinarias y en la reducción de costes. Por otro lado, el informe destaca que el 72% de los empresarios afirma que los mayores avances tecnológicos de sus compañías han surgido de proyectos generados en áreas como estrategia, ventas, comercialización y operaciones corporativas, en lugar de haberse producido en los departamentos de TI. Un 47% de los entrevistados asegura que su unidad tecnológica está más centrada en dar respuesta a los requerimientos cotidianos que en desarrollar estrategias a largo plazo.  Las conclusiones del estudio de A.T. Kearney no pueden ser sino preocupantes, toda vez que, como advierte la propia consultora, las oportunidades de crecimiento de muchas empresas pueden verse comprometidas seriamente. La reducción en innovación podría ocasionar la incapacidad para responder de forma efectiva a las demandas apremiantes y siempre cambiantes que exigen hoy los negocios.