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Crece la competencia, siguen los números rojos

Telefonía fija

Ni la evolución del crecimiento de los competidores de Telefónica de España en telefonía fija durante el año pasado fue la que se esperaba, teniendo en cuenta sus pobres avances en 2000, ni el mapa de los rivales del ex monopolio sigue siendo el mismo que a comienzos de la apertura de las telecomunicaciones. Con todo, se impone la concentración.

El proceso de liberalización del mercado español de telefonía fija durante el pasado año ha traído varias sorpresas al sector. En conjunto, durante 2001 todos los operadores que compiten con Telefónica de España, compañía presidida por Julio Linares, tuvieron unas ventas de más de 2.000 millones de euros, cifra que supone un crecimiento superior al 55% con respecto a 2000. Por primera vez, los rivales del operador dominante superan la quinta parte de sus ventas, que, por otro lado, siguen estancadas. Desde hace tres años, Telefónica de España no consigue superar la barrera de los 10.000 millones de euros de ingresos anuales, sobre todo por la presión de los competidores, el bajón de los precios y la huida de la demanda hacia los móviles.
Ni los más optimistas esperaban un avance similar por parte de la competencia en telefonía fija, especialmente si se tiene en cuenta la situación de crisis que vive el mercado, el parón en las inversiones de muchos de los operadores, fundamentalmente los de telecomunicaciones por cable, y la agresividad de Telefónica en sus planes de descuento.
Por otro lado, durante el pasado año el panorama de los competidores ha puesto el sector patas arriba, dando una vuelta al ranking que se conocía hasta ahora. En cuanto a ventas, ni los primeros de la lista son ahora tan primeros, ni los pequeños son ya tan pequeños. En cuanto a resultados, la primera conclusión que salta a la vista es que no siempre es el tamaño lo que más importa. Casos como los de Telecable, el operador de cable de Asturias, que ha conseguido ya 1,7 millones de euros de ebitda positivo (beneficio antes de impuestos, amortizaciones y gastos financieros), significan una llamada de atención a otros grandes proyectos, como los de ONO, que ha empeorado sus ratios financieros.

Un peso menor
Por ingresos, Retevisión sigue siendo el rey de los competidores de Telefónica, con unas ventas de 853,2 millones de euros, lo que significa que controla alrededor del 40% de la tarta del negocio de los nuevos operadores. Sin embargo, en el año 2000, cuando sus ventas eran de 641,5 millones de euros, Retevisión representaba el 47% de esa tarta. Es decir, a pesar de que Retevisión sigue siendo el primero de la clase, su peso en el mercado es mucho menor.
A Uni2, el segundo competidor, le ocurre exactamente igual que a Retevisión, aunque en menor medida gracias a su mayor crecimiento. En 2001, Uni2, filial de France Telecom en España, alcanzó unas ventas de 301 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 65%. Es decir, casi el doble de lo que creció Retevisión, cuyo avance quedó limitado al 33%, uno de los peores ratios de crecimiento de todo el sector, y en cualquier caso, por debajo de la media. Con esos ingresos, Uni2 tuvo durante el pasado año un peso dentro del mercado de los nuevos operadores del 14%, un punto más que en 2000. A pesar de que tanto Retevisión como Uni2 siguen liderando el mercado, ambas compañías fueron ampliamente batidas en cuanto a crecimiento por otros grupos, si se analiza en detalle el avance de cada uno de los competidores de Telefónica.
La gran sorpresa en cuanto a aumento de ingresos la han protagonizado los operadores de cable. ONO, que ofrece servicios en demarcaciones como las de Valencia, Cantabria, Huelva y Mallorca, entre otras, disparó sus ventas en un 177%, hasta situarse en los 142,8 millones de euros, frente a los 51,4 millones del ejercicio anterior. Auna Cable, que ofrece servicios en zonas como Madrid, Cataluña y Canarias, entre otras, creció un 312%, multiplicando por cuatro sus ventas, que alcanzaron los 140,34 millones de euros. Telecable, la operadora de cable de Asturias, controlada por el grupo Hidrocantábrico, fue el tercer grupo en crecimiento, con un 142%, hasta alcanzar unos ingresos de 26,21 millones de euros. El pequeño club de operadoras que crecieron por encima del cien por cien se completa con Comunitel, que duplicó su facturación entre 2000 y 2001, pasando de 40 a 80 millones de euros.
La otra cara de la moneda la representa Aló. La compañía, uno de los proyectos más ambiciosos que se lanzaron con la apertura del mercado, y uno de los grupos que más intensamente compitió al principio con Telefónica en precios, se estancó casi totalmente el pasado año. Sus ingresos apenas crecieron un 10%, hasta los 46,43 millones de euros. De ser la séptima operadora competidora de Telefónica de España en 2000 ha pasado a ser la novena en 2001.

Vencedores y vencidos
La historia de vencedores y vencidos que están escribiendo las compañías que compiten con Telefónica de España continúa si se analiza el ranking de resultados operativos (ebitda). Cuatro años después de que se iniciara la liberalización de la telefonía fija en España, con la introducción de Retevisión como segundo operador en febrero de 1998, sólo esta compañía, además de la pequeña Telecable, y de Euskaltel, están fuera de los números rojos. Todos los demás competidores de Telefónica tienen pérdidas operativas. Incluso la situación de beneficios de Retevisión, Telecable y Euskaltel es sólo a nivel operativo: el resultado neto sigue siendo negativo.
Telecable quizá sea la más rápida en alcanzar el beneficio neto, incluso es posible que este mismo año, según Roberto Paraja, su máximo responsable. Retevisión no prevé beneficio neto al menos hasta el año 2004. Teniendo en cuenta que Retevisión es, por mucha diferencia, la compañía con mejores resultados operativos, con una cifra de 75 millones de euros, es muy difícil que los demás competidores de Telefónica se adelanten a Retevisión a la hora de alcanzar números negros en el resultado neto, al margen de Telecable, que por su estructura tan ajustada de costes tiene menos lastres financieros.
Aló es la excepción que confirma la regla. La compañía representó el pasado año un caso único en el panorama empresarial de las telecomunicaciones en España. A pesar de estar operativamente en pérdidas, con una cifra negativa de ebitda de 6,9 millones de euros, arrojó un beneficio neto de casi un millón de euros. La razón está en los extraordinarios conseguidos por la venta de algunos activos y por la reestructuración de deuda que realizó. La condonación de su deuda, una vez que el grupo norteamericano RSLCom salió del capital, ha permitido a Aló un apunte contable a su favor que podría considerarse único. Es de suponer que este esquema no se volverá a repetir este año y Aló tenga, en 2002, pérdidas netas, a pesar del gran avance que ha realizado en cuanto a mejora de sus pérdidas operativas, que se redujeron en un 72% en 2001.
Si se miran los resultados con detenimiento resulta curioso detectar que son precisamente los proyectos más ambiciosos de la competencia algunos de los que peor van financieramente. Uni2 y Jazztel son, a falta de que se conozcan los resultados de BT (tradicionalmente también con pérdidas muy elevadas), las comp

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