Contrastes

3,5G al ataque - Anuncios celestiales - Urgen medidas

Ha sido mayo un mes de contrastes en el que no han faltado algunas alegrías, o al menos promesas de serlo pronto, ni tampoco ciertas evidencias que, en pleno inicio de una nueva etapa normativa y reguladora, nos fijan los pies en la tierra y nos muestran las verdaderas dimensiones del escenario que nos lleva. Las últimas semanas han sido movidas.
La apertura comercial, por fin, de UMTS ha animado a un sector que se ha vuelto demasiado descreído durante los años de la crisis. Pero lo cierto es que el esperado estreno se ensombrece en parte por la limitación inicial de las nuevas ofertas 3G en cuanto a cobertura y disponibilidad de servicios de voz, vídeo y datos. Es algo normal siempre que se lanza una nueva generación de móviles, pero, dados los retrasos con que parte UMTS y el tiempo que siempre lleva a una nueva alternativa lograr su plena aceptación por el mercado, podría ensombrecer el futuro esplendoroso que todavía algunos le pintan. Dicen los expertos que el panorama del móvil durante los próximos años será compartido por diferentes soluciones 2G, 2,5G –sobre todo GPRS– y 3G, pero la llegada de la 3,5G no sólo añadirá un nuevo y potente competidor sino que incluso podría poner todo patas arriba.
Ya el pasado mes de octubre, a la vista de las noticias que llegaban desde la feria internacional celebrada en Ginebra por la UIT, aquí se avisaba del peligro que para UMTS podría representar HSPDA, la tercera generación y media que a ¡14 Mbps! promete revolucionar los móviles, a la espera de la 4G, que ofrecerá, nada más y nada menos, 100 Mbps. No es un sueño. NTT DoCoMo planea ponerla en marcha en Japón ya en 2005. Los retrasos de UMTS se podrían pagar caro, porque el calendario no perdona.
Pero el regusto agridulce que ha dejado el mes de mayo no se acaba con los móviles. El Gobierno ha ido desvelando su plan de acción para el sector, unas veces como medidas reales y tempranas –las menos, al día de hoy– y otras como simple estudio de posibles medidas a tomar, que, algunas, como la financiación mixta del servicio universal chocará con toda probabilidad con el Ministerio de Economía y su obligación de vigilar el déficit. Son muchas, pero destaca por su novedad y el toque cívico –en la tradición socialdemócrata– que introduce en el mercado la creación de la figura del Defensor del Usuario de Telecomunicaciones. Si sale bien, podría representar un avance definitivo en la lucha que las asociaciones de usuarios vienen planteando desde hace tiempo por que el consumidor se alce con el protagonismo que merece en una sociedad y un mercado modernos.
Sin embargo, lo de la generalización de la banda ancha en cuatro años o la creación de un plan de desarrollo de la Sociedad de la Información y de convergencia con Europa antes de enero de 2006 suena a lo de siempre, como la lucha contra la brecha digital, el diálogo con todos los agentes e instituciones o la activación de la creación de las redes de acceso; a estas alturas y con lo ya vivido, suena a música celestial. Ojalá nos equivoquemos pero ya van muchos planes que quedan en poco o en nada y demasiadas buenas intenciones que se marchitan al poco de ser declaradas como para no ser críticos. Máxime si nadie en el nuevo Gobierno ha dicho nada aún –y parece que va para largo– sobre la necesidad de alcanzar entre todas las fuerzas políticas y sociales un pacto de Estado que involucre a todos los frentes en el enorme esfuerzo que supone llevar la Sociedad de la Información a todas las empresas y todos los ciudadanos. Eso sí supondría un verdadero compromiso político por impulsar el uso económico y social de las TIC en España para favorecer el crecimiento y la cultura tecnológica y acortar distancias de una vez por todas con Europa. En cualquier caso, habrá que esperar a ver qué dan de sí las medidas y las intenciones anunciadas.
Lo que sí está claro es que lo que haya que hacer hay que hacerlo ya. También en mayo llegaban las conclusiones del estudio de ECTA, que tan sólo aprueba ramplonamente la liberalización de las telecomunicaciones emprendida en España, y los datos aportados por AETIC sobre el sector electrónico referentes a 2003: caída de un 11% de las inversiones y destrucción de 8.000 empleos. Ante esta realidad, sólo cabe sumarse al deseo expresado recientemente por Jesús Banegas, presidente de AETIC: “Esperamos que el nuevo Gobierno se interese por nuestro sector y lo revitalice”.

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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