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Compresión de vídeo sobre IP

A medida que crece el interés por los servicios de videoconferencia, con sus consiguientes ventajas de tiempo, distancia y costes reducidos, aumenta también la importancia y el potencial del vídeo sobre IP, posible hoy de forma estandarizada gracias a MJPEG y H.263.

Las razones que contribuyen a impulsar la implementación de herramientas de vídeo digital en el seno de las organizaciones son numerosas, como celebrar reuniones cara a cara o controlar instalaciones a distancia, pero probablemente las de mayor peso son las relacionadas con la seguridad. Las organizaciones de seguridad pública y seguridad física son las que están impulsando la demanda de las nuevas herramientas de vídeo digital, que, gracias a los avances tecnológicos, hoy pueden ser adoptadas por las redes de comunicaciones.
Actualmente no es necesario migrar una red a Gigabit Ethernet para transmitir vídeo sobre IP, ya que mediante los procesos de compresión de vídeo, concretamente el estándar H.263, es posible contar con una alternativa adecuada y efectiva en costes al incremento del ancho de banda.
En el entorno de la compresión de vídeo, existen dos opciones: los algoritmos propietarios de compresión creados por diversos fabricantes, y las tecnologías basadas en estándares como H.263 y la familia MPEG (Moving Pictures Expert Group), incluido Motion JPEG. Como en cada una de ellas existen a su vez diferentes alternativas, la decisión a tomar vendrá dada por la naturaleza de las aplicaciones que deban implementarse, sean éstas de videoconferencia, e-learning o seguridad. Los dos estándares que más aceptación tienen son, sin duda, Motion JPEG y H.263.

Motion JPEG
Comúnmente conocido como MJPEG, este algoritmo de compresión es en realidad algo así como un “primo lejano” de MPEG, norma utilizada con bastante frecuencia en la grabación de vídeo digital. Por lo general, se utiliza en entornos de televigilancia para convertir señales de vídeo analógico provenientes de circuitos cerrados de televisión en señales digitales, que se almacenarán en discos duros.
MJPEG tiene la capacidad de enviar imágenes de alta calidad, pero requiere enormes cantidades de ancho de banda, hasta 2 Mbps, para producir imágenes en pleno movimiento. Además, a diferencia de MPEG, no utiliza codificación entre cuadros, pero es más fácil de editar con editores no lineales.
Sin embargo, las imágenes MJPEG son las más grandes de almacenar en medios digitales y requiere grandes volúmenes de espacio de disco para conseguir cubrir las necesidades más frecuentes de los negocios actuales. Es quizá el más ineficiente códec (coder/decoder) en aplicaciones como las de seguridad física, donde la cámara necesita estar encendida durante mucho tiempo. Esta tecnología, por tanto, resulta más apropiada para fotografías “de una sola toma”, por ejemplo.

H.263
H.263 permite que los usuarios puedan escalar el ancho de banda y mejorar sustancialmente la prestación de imágenes completamente animadas (30 cuadros por segundo), a velocidades de al menos 128 Kbps. Con esta flexibilidad y el consiguiente ahorro de ancho de banda y espacio de almacenamiento, ofrece un reducido coste de propiedad y proporciona un rápido retorno de la inversión.
H.263 fue desarrollado para prestaciones de vídeo a anchos de banda tan bajos como de entre 20 y 24 Kbps, basándose en el códec H.261, pero como regla general requiere la mitad del ancho de banda que éste para conseguir la misma calidad de vídeo.
Originalmente diseñado como el estándar de videoconferencia sobre RDSI, H.261 introdujo características tales como predicción del movimiento y transformación de bloques, lo que permite visionar movimientos con transiciones más suaves con alta calidad; sin embargo, el volumen de movimiento que podía tratar era limitado. Por otra parte, H.261 utilizaba un gran caudal de ancho de banda (entre 64 Kbps y 2 Mbps) y se dirigía principalmente a redes de circuitos conmutados.
H.263 ha sustituido ampliamente a H.261. Como H.263 ha adquirido popularidad por permitir vídeo de alta calidad a un bajo ancho de banda, el estándar ya ha sido anexado y actualizado nueve veces. Los directores de TI no tiene ningún inconveniente en reemplazarlo en sus redes de datos, ya que no requiere incrementar los costes de almacenamiento y ancho de banda, ni interrumpir la utilización de aplicaciones críticas de voz y datos ya presentes en las redes.
Y aún más. El algoritmo H.263 puede además ser modificado por los desarrolladores para mejorar las prestaciones y su proceso de compresión, lo que posibilitará a los usuarios finales contar con más alternativas a la hora de elegir la implementación que mejor se adapte a las aplicaciones de su empresa.


Compresión de vídeo H.263
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La tecnología de compresión H.263 permite transmitir vídeo de alta calidad a bajas tasas de ancho de banda.

1- Las cámaras de vídeo analógicas, ubicadas en un lugar remoto, transmiten su señal al gateway.
2- El gateway de vídeo convierte la entrada analógica en paquetes digitales y los comprime utilizando H.263.
3- El gateway envía las señales de vídeo a los routers WAN, que las transmiten a través de la red a la sede central.
4- El vídeo es visionado en el lugar de mantenimiento y vigilancia remota.

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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