Compartir infraestructuras se perfila como alternativa en 3G
Ante el alto endeudamiento de las operadoras
La compartición de infraestructuras entre operadores está comenzando a perfilarse en Europa como una salida para aliviar el peso de la inversión que estas compañías habrán de realizar. En septiembre, 3G –consorcio participado por Telefónica Móviles y Sonera–, que obtuvo una licencia UMTS en Alemania, llegó a un acuerdo con E-Plus, la filial de la holandesa KPN, para la construcción conjunta de la red en ese país.
De esta forma, logrará reducir en un 60% la inversión prevista en los próximos diez años, algo especialmente conveniente en un momento en que las operadoras han de hacer frente a un alto endeudamiento como consecuencia de las altas cifras pagadas para obtener las licencias de tercera generación y en el que los inversores se muestran escépticos respecto a su futuro. Este escepticismo se agrava teniendo en cuenta que UMTS probablemente no empezará a introducirse hasta dos años más tarde de lo previsto. En el caso de Telefónica Móviles, la deuda consolidada se elevaba el pasado mes de junio a 1,7 billones de pesetas. De esta cantidad, la mayor parte procedía del más de un billón que destinó a la compra de licencias en el continente.
Alemania revisa su legislación. Reconociendo los problemas a que han de enfrentarse estos operadores, el gobierno alemán autorizó la construcción conjunta de las nuevas redes UMTS el pasado mes de junio. Para ello no dudó en modificar la legislación, pero, en España, de momento, el Ministerio de Ciencia y Tecnología no acaba de tomar una postura clara. La ministra, Anna Birulés, simplemente ha declarado que los operadores que consiguieron autorizaciones UMTS en España, podrán compartir infraestructuras, pero deberán mantener las inversiones a las que se han comprometido.
En Italia, donde Telefónica Móviles actúa a través del 43% que posee en el consorcio IPSE 2000, la multinacional española ha sellado también una alianza con Vodafone, según el cual alquilará la red de la filial Omnitel de éstas con vistas a comenzar a operar servicios GSM y GPRS hasta que UMTS esté disponible, algo que Xfera en nuestro país no acaba de conseguir.
De esta forma, logrará reducir en un 60% la inversión prevista en los próximos diez años, algo especialmente conveniente en un momento en que las operadoras han de hacer frente a un alto endeudamiento como consecuencia de las altas cifras pagadas para obtener las licencias de tercera generación y en el que los inversores se muestran escépticos respecto a su futuro. Este escepticismo se agrava teniendo en cuenta que UMTS probablemente no empezará a introducirse hasta dos años más tarde de lo previsto. En el caso de Telefónica Móviles, la deuda consolidada se elevaba el pasado mes de junio a 1,7 billones de pesetas. De esta cantidad, la mayor parte procedía del más de un billón que destinó a la compra de licencias en el continente.
Alemania revisa su legislación. Reconociendo los problemas a que han de enfrentarse estos operadores, el gobierno alemán autorizó la construcción conjunta de las nuevas redes UMTS el pasado mes de junio. Para ello no dudó en modificar la legislación, pero, en España, de momento, el Ministerio de Ciencia y Tecnología no acaba de tomar una postura clara. La ministra, Anna Birulés, simplemente ha declarado que los operadores que consiguieron autorizaciones UMTS en España, podrán compartir infraestructuras, pero deberán mantener las inversiones a las que se han comprometido.
En Italia, donde Telefónica Móviles actúa a través del 43% que posee en el consorcio IPSE 2000, la multinacional española ha sellado también una alianza con Vodafone, según el cual alquilará la red de la filial Omnitel de éstas con vistas a comenzar a operar servicios GSM y GPRS hasta que UMTS esté disponible, algo que Xfera en nuestro país no acaba de conseguir.
