Hacia un entorno virtual
Se trata en realidad de conseguir como meta final las mismas prestaciones y
servicios que aparecen en el entorno del cable con el valor añadido de una movilidad global intrínseca a la propia
concepción de la tecnología radio.
De conseguirse, se habrá logrado el verdadero entorno virtual donde el usuario
se inscribe en un marco completo de comunicaciones ubicuo, en el que las limitaciones relativas a capacidad de
transmisión y a la problemática históricamente asociada a la transmisión por radio como dificultades para conseguir
inmunidad al ruido o escasez de espectro, por citar sólo algunas, puedan desaparecer o quedar reducidas a niveles
que garanticen una calidad de servicio razonable.
En cualquier caso, este objetivo final de conseguir un entorno virtual ubicuo
constituye más bien la cota a medio o largo plazo de la escala de prestaciones e innovaciones en el contexto de la
transmisión radio. No en vano, existe una serie de factores tanto de carácter tecnológico como político o de mercado
que habrá que analizar y desarrollar con eficacia para poder avanzar de una manera real hacia la obtención de tal
objetivo, asociado al individuo de forma indeleble. Por ejemplo, la cuestión de una armonización a nivel mundial
en la normativa relativa a 3G no aparece de momento como algo alcanzable a corto plazo. Por otra parte, debido
al escaso tiempo que los sistemas 2G llevan en el mercado, la introducción de 3G tampoco se prevé como algo inmediato;
de hecho, se ha empezado a hablar de 3G antes de que 2G haya alcanzado un nivel razonable madurez.
Todo esto provoca que, para amortizar las inversiones en base instalada y
los desarrollos realizados en 2G se haya de planificar en términos de interfuncionamiento de la familia de sistemas
3G con los sistemas 2G, a pesar de que ambos sistemas presentan diferencias importantes entre sí. De esta forma,
2G se está considerando como una tecnología complementaria a 3G (hacia la que se irá migrando paulatinamente), más
que como un verdadero precursor. Por otra parte, este obligado período de coexistencia genera la necesidad de
desarrollar técnicas que permitan la integración sin discontinuidades entre ambos sistemas. En este contexto,
una de las técnicas que se contemplan se basa en la utilización de SDR (Software Defined Radio), una tecnología que
presenta un importante nivel de impacto para el operador que pretende actuar en base a una concepción global.
En líneas generales, puede afirmarse que el desarrollo de 3G aparece fuertemente condicionado por las estrategias
de evolución de 2G.
Al mismo tiempo, en el contexto de 3G todavía no aparece claro el factor
mercado. Al igual que en el ámbito de los servicios multimedia en general, el aspecto relativo a los contenidos
constituye un factor clave en lo que se refiere a la evaluación de la viabilidad del sistema, con el valor añadido
en este caso de las comunicaciones móviles. Se trata, pues, de analizar cuáles son las aplicaciones y servicios
innovadores que se pueden generar en 3G capaces de ofrecer una cierta ventaja competitiva concreta en términos de
aporte de movilidad. Es decir, hay que evaluar el potencial de esta expansión del ancho de banda en cuanto a
creación de aplicaciones y servicios donde la movilidad pueda constituir en alguna medida un valor añadido tangible,
sin perder de vista las implicaciones y condicionantes del esquema regulatorio.
Todas estas cuestiones dificultan considerablemente la estimación del
momento en que comenzarán a desplegarse los sistemas 3G, lo que no es óbice para que ya se estén llevando a cabo
diversos proyectos experimentales. Ni tampoco para que, yendo aún más allá, en ciertos foros ya se esté empezando a
plantear la definición de sistemas de cuarta generación.
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