Caras nuevas en la CMT

El próximo mes de noviembre, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) afronta lo que será su proceso de remodelación interna más importante desde que se constituyó, hace ahora más de cuatro años, en los albores del inicio del proceso de liberalización. El organismo regulador del sector telefónico debe hacer frente a la renovación de cinco de sus miembros del consejo, el órgano decisorio más relevante dentro de la institución, es decir, más de la mitad de los miembros del consejo pasan revista. La Administración debe decidir si renuevan el cargo, o, por el contrario, salen de la CMT y son sustituidos por otras personas. Al margen del número de miembros afectados, lo más relevante es que entre ellos está el propio presidente del consejo de la Comisión, José María Vázquez-Quintana. De ahí que la decisión que tome al respecto el Gobierno será crucial en la evolución futura del sector.
Las vicisitudes por las que ha atravesado en el último año la CMT no son pocas, y el relevo en la presidencia de este órgano no se prevé fácil. Inicialmente, la CMT dependía del antiguo Ministerio de Fomento, sobre el que pivotó la apertura del mercado. De todos es conocida la estrecha relación que une a José María Vázquez-Quintana con el anterior ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. Pero cuando este dejó de ser ministro todo cambió. El Ministerio de Fomento dejó de tener las competencias en telecomunicaciones. Pero en lugar de que la CMT fuera adscrita al ámbito del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología, se le hizo depender del Ministerio de Economía. Después de acumular críticas y más críticas, a finales de julio el Gobierno decidió traspasar de nuevo la CMT, esta vez al ámbito de Ciencia y Tecnología, aunque no íntegramente. Los nombramientos seguirán estando controlados por Economía. De ahí que para la sustitución de Vázquez-Quintana ya se perfilen candidatos. Todas las quinielas apuntan a Elisa Robles Fraga, en la actualidad, vicepresidenta de la CMT.
Su vinculación al PP y sus buenas relaciones con Rodrigo Rato hacen pensar en Robles Fraga como la sustituta de Vázquez-Quintana, que sin Arias Salgado en el Gobierno pierde gran parte de su percha política para continuar al frente de la CMT. Fuentes cercanas a la Comisión consideran que Vázquez-Quintana descuenta ya su próxima salida, a pesar de los intentos realizados a lo largo del último año para dar una imagen de gran actividad y eficiencia de la entidad que preside. Cualquier analista con un mínimo sentido de percepción se hubiera dado cuenta en los últimos meses del frenesí regulador y comunicativo que ha mantenido la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones desde el pasado año.

Menos lastre en Telefónica. La renovación de altos cargos que hizo César Alierta, el presidente de Telefónica, en la compañía durante el mes de julio no fue gratuita. Poco a poco se empezarán a ver sus frutos y su coherencia. Dentro de esa remodelación, a nivel del día a día uno de los aspectos más relevantes es que Fernando Abril-Martorell, consejero delegado de la compañía, asume directamente la responsabilidad sobre el área de recursos humanos. Es la única responsabilidad horizontal (que cruza todas las filiales), que asume el consejero delegado y supone la excepción a la regla, según la cual esa función debería responder a Alierta, en detrimento de Abril-Martorell, para el que estaban reservadas las funciones verticales. Es decir, el control de todas y cada una de las filiales más importantes del grupo. ¿Por qué se hace así? La respuesta es clara. Telefónica prepara una nueva reordenación laboral en la que en las próximas semanas consumirá una gran parte de la gestión diaria.
Aunque no es una reestructuración en toda regla, como la que llevó a cabo hace unos años y que supuso la salida de más de diez mil empleados, sí que supondrá, por una vía u otra, el adelgazamiento de la sociedad. Telefónica está decidida a segregar las áreas de trabajo con menos valor añadido para la compañía, como pueden ser las de logística y distribución, para traspasarlas a terceras compañías, mucho más especializadas en esas labores. La decisión, que ya ha sido comunicada a los sindicatos, tendrá una enorme repercusión en la actividad de la empresa en el futuro.
Con menos lastre, la compañía quiere dar un nuevo paso en cuanto a productividad. Falta determinar en qué condiciones se puede abordar la remodelación y a cuentas personas y activos económicos terminará afectando finalmente. Lo cierto es que Telefónica mantiene cierta urgencia. La decisión de aprovisionar todo el valor de las licencias de UMTS, o telefonía móvil de tercera generación, en Europa le ha llevado a unos números rojos multimillonarios en el primer semestre, con más de cinco mil millones de euros en pérdidas. Son los primeros números rojos de su historia, y si quiere cerrar el año suavizándolos necesariamente tiene que deshacerse de activos para conseguir plusvalías.

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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