Burbuja, suma y sigue
En las jornadas de la APD, Carlos López Blanco, secretario de Estado de Comunicaciones, dijo con acierto que la banda ancha se enfrenta a un problema: el desarrollo de los contenidos. Telefónica tiene planes muy ambiciosos para su ADSL y aspira a conseguir más de seis millones de conexiones hasta 2006. Quiere más que triplicar su base actual. El plan pasa por dar la vuelta a la balanza de ingresos y que los ingresos de ADSL se repartan al 50% entre contenidos y acceso; el acceso es ahora más del 80%. El problema es que aún no se ha desarrollado un modelo de negocio sólido de cómo tienen que afrontar las operadoras el siempre problemático tema de los contenidos. Hace años, se habló hasta la saciedad de convergencia. La idea se demostró impracticable.
Una industria aún pesimista
Situaciones como la de ADSL son equivalentes a UMTS. Por enésima vez, Telefónica Móviles y Vodafone, y en menor medida Amena, han lanzado la idea de que UMTS ya funciona y que está en fase precomercial, algo que muy pocos agraciados han podido comprobar.
El optimismo debe ser una filosofía esencial de negocio, pero el sector debería estar escarmentado y no caer en la tentación de dejar crecer nuevas burbujas. Sobre todo cuando hay problemas que se mantienen. El optimismo que respiran las operadoras choca con el pesimismo en el que todavía vive la base industrial. Empresas como Alcatel y Ericsson han recortado drásticamente sus plantillas después de duros ajustes que en algunos casos parecen no haber terminado. La plantilla de Ericsson, después de los expedientes de regulación de los dos últimos años, aún espera que los recortes sigan el próximo año, bien con bajas individuales o con un nuevo expediente, siempre dentro del proceso de ajuste de su matriz, que espera reducir más de seis mil puestos de trabajo.