1986-2001: Una profunda transformación

Evolución del sector español de telecomunicaciones

Unos dirán que quince años no es nada, que a nuestro sector de telecomunicaciones todavía le quedan muchas asignaturas pendientes. Sin embargo, en ese tiempo el sector ha cambiado mucho, y no sólo la industria, sino también los propios servicios.

El sector de las telecomunicaciones se ha transformado radicalmente en las dos últimas décadas. En 1986, el primer año de vida de Comunicaciones World, España estaba entrando en la Comunidad Económica Europea. Esto produjo un efecto muy positivo para el sector, con un crecimiento en las inversiones muy sostenido hasta entrados los noventa. Para Juan Gascón, director de Telecomunicaciones de ANIEL (Asociación Nacional de Industrias Electrónicas), “el año 1986 fue muy interesante porque inició un crecimiento que llegó hasta 1990 y enlazó con los acontecimientos del 92. Precisamente en 1986 se estaba produciendo un efecto de reforzamiento de los centros de fabricación”.
Hace quince años, el informe de ANIEL presentaba los datos de forma diferente a como lo hace hoy en día. Por ejemplo, no incluía información sobre los servicios de telecomunicaciones. Además, al estar centrado en el sector electrónico en general, es necesario rastrear los datos sobre la industria de telecomunicaciones en varios apartados. Así, dentro de componentes electrónicos podemos encontrar las antenas, y dentro de la electrónica profesional están los equipamientos de radiodifusión y televisión. Además, en la telemática hay que separar las telecomunicaciones de la informática. Realizando diversas estimaciones se puede decir que en 1986 el valor de mercado de la industria de telecomunicaciones en España alcanzaba los 127.928 millones de pesetas.
Según Juan Gascón, “todavía había muchas empresas dirigidas a cubrir la demanda del mercado interno. Los centros de fabricación solían trabajar en diferentes áreas sin ningún tipo de especialización. La vocación exportadora era escasa”. En realidad, si tenemos en cuenta los datos de ANIEL para ese año, exclusivamente referidos a la industria de telecomunicaciones, vemos que sólo un 15,9% de la producción se dedicaba a mercados externos. Además la producción hecha en España servía para cubrir el 90,7% de nuestra demanda interna.
La situación del mercado del año 1986 era poco esperanzadora pero similar a la de otros países del entorno europeo. Los servicios de telecomunicaciones estaban en manos del Estado, la televisión era pública, había pocas emisoras de radio privadas, la telefonía dependía de una sola compañía y la difusión de la señal audiovisual estaba controlada por un ente estatal. Era un mercado donde regía la ley del “trágala”. “Hay que recordar que existía un monopolio. Prácticamente era así desde el lado de la radiodifusión, y en las televisiones no estaba liberalizado el broadcast. En las telecomunicaciones sólo existía Telefónica”, afirma Gascón.

Tal como Eramos
En la España de 1986, Luis Solana era presidente de Telefónica. Había 14.784.200 números de teléfono y las líneas urbanas instaladas ascendían a 10.650.300. De éstas, el 99,7% eran líneas automáticas, pero tan sólo un 3,3% digitales. Telefónica contaba con 63.021 empleados y durante ese ejercicio logró unos ingresos por operaciones de 468.011 millones de pesetas, con un beneficio neto de 45.252 millones de pesetas. Además durante ese año había hecho unas inversiones por valor de 211.514 millones de pesetas. Telefónica, desde su creación en 1944, seguía siendo una compañía de titularidad mayoritariamente pública. Hay que recordar que la primera privatización del 12% fue en octubre de 1995, y la segunda del 20% en 1997. Actualmente, ya sólo queda en manos del Estado la “acción de oro”.
En aquel entonces sólo había 24,6 teléfonos por cada 100 habitantes, una penetración del 54,5% de los hogares, según Telefónica. El consumo de teléfono se facturaba por pasos. Un paso costaba 2,78 pesetas. Este método de tarificación no se sustituiría por el de minutos hasta 1998. La marcación era por pulsos –¿recuerda los teléfonos de rueda?– y no por tonos, que no se introdujeron hasta 1992. Había también terminales móviles para el sistema NMT-450: eran bastante grandes y pesados, abultaban tanto como una pequeña maleta y se utilizaban sobre todo como teléfonos portátiles para vehículos.
Ese año nacen los llamados servicios suplementarios telefónicos. Telefónica realizó una prueba piloto en la central digital de Madrid-Atocha. Entre esos servicios suplementarios estaban, por ejemplo, la llamada en espera, la conversación a dos o el desvío de llamadas.
En cuanto a las comunicaciones de datos, el producto estrella de aquel año era la Red Iberpac, que contaba con 32.000 conexiones. Además, en 1986 se estrenaba en Madrid y Barcelona el primer servicio de videotex bajo el nombre de Ibertex. Se vendía como el no-va-más para el telebanco, la telecompra, la telereserva y la información bursátil.
Telefónica tenía 1.800 abonados a la telefonía móvil automática con una red analógica que trabajaba en la banda de los 450 MHz y que cubría casi el 25% del territorio nacional. Los servicios marítimos se atendían con la llamada “onda pesquera”.
En el área de las comunicaciones para la empresa, en 1986 se iniciaba la comercialización de las líneas Ibercom, con una contratación de 15.000 líneas. Y en el terreno de la transmisión de datos a alta velocidad, Telefónica lanzaba Ibermic para facilitar servicios digitales de transmisión punto a punto a 64 Kbps y 2 Mbps. La red Ibermic contaba con siete nodos, ubicados en Barcelona, Bilbao, León, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza. Permitía, además, la transmisión internacional de señales digitales de alta velocidad, sirviéndose del complejo de telecomunicaciones vía satélite denominado Telepuerto.
Por otra parte, en 1986 el transporte y difusión de las señales audiovisuales era patrimonio del ente RTVE (Radio Televisión Española), con 900 centros emisores. Hasta 1989 no se segregó de RTVE la llamada Red Técnica de Televisión (Retevisión), con capital totalmente estatal. Retevisión ha mantenido el monopolio de la difusión de televisión hasta abril de 2000.

Crecimientos y recesiones
Pero, ¿hace quince años era competitivo el sector español de las telecomunicaciones?
“No, en absoluto. En el año 1986 no podía serlo porque obedecía exclusivamente a la política propia de cada país. Entre otras cosas, porque el fenómeno español se venía reproduciendo en todos los países de la Unión Europea. En esas fechas se hacía una política interna de telecomunicaciones en la que había una concertación entre la oferta y la demanda. El sector todavía no estaba globalizado como ahora”, explica Gascón.
Sin embargo, en esas fechas comenzaba un periodo de expansión que duraría hasta 1990. Vino propiciado por la entrada de España en la CEE y por la preparación de los acontecimientos de 1992: las olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla. Posteriorment

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