(Opinión) Cables cruzados

El negocio del cable empieza a ser la gran relevación en el sector de las telecomunicaciones en España. Pocos expertos apostaban por él hace algunos años. En su mayor parte, el sector entendía que ese negocio sería a muy largo plazo y de dudosa rentabilidad dado el gran número de tecnologías alternativas. Sin embargo, las estadísticas empiezan a convencer.


Se calcula que, el pasado año, los distintos operadores de cable acabaron a un paso de conseguir los dos millones de clientes, casi el doble que en el ejercicio anterior. Hoy por hoy, los operadores de cable son los únicos que están dando una oferta integrada de servicios, con paquetes comerciales que incluyen telefonía, televisión e Internet a alta velocidad. Es decir, están ofreciendo lo que siempre ha sido el gran sueño se todos los directivos de las telecomunicaciones.

El sólido crecimiento del cable, que por primera vez empieza a demostrar un futuro claro, está levantando los ánimos de algunos inversores. Algunos expertos apuestan porque grupos como Prisa, a cuyo frente se encuentra Jesús Polanco, vuelvan a mirar al sector del cable con el mismo ímpetu con el que miraron hace unos años cuando, con Cándido Velásquez al frente de Telefónica, la empresa intentó un acuerdo comercial en ese ámbito que luego no salió a adelante por las interferencias políticas.

En el sector se empieza a ver con toda nitidez que los servicios del futuro pasan por el concepto de multimedia, y sobre todo por el modelo de negocio conocido como el pago por los contenidos. Un modelo mucho más practicable sobre infraestructuras de cable interactivo que sobre plataformas como la futura televisión digital terrestre, sea local o de alcance nacional, o incluso la actual televisión digital por satélite. Los datos comienzan a ser relevantes. Se calcula que el número de abonados a la televisión por cable –si se suman los grandes operadores del tipo Auna y ONO, y los pequeños operadores de barrio que aún siguen existiendo-, puede estar ya entre el millón y medio y los dos millones. La cifra, además, sigue creciendo a más velocidad que lo que está aumentando el volumen de abonados a la televisión digital por satélite. Sogecable, que ahora aglutina a los antiguos abonados de Vía Digital y de Canal Satélite Digital, sumaba 2,27 millones de clientes a finales del tercer trimestre de este año, 62.000 menos que a finales de 2003. En lo que son abonados exclusivamente de Digital +, la nueva plataforma de televisión fruto de la fusión de Vía Digital y Canal Satélite Digital, la cifra se queda tan sólo en 1,7 millones de clientes.

El aparente ajetreo que vive el negocio del cable es interpretado por algunos expertos como un buen momento para que los inversores interesados empiecen a tomar posiciones. ONO, que mantiene un crecimiento pausado pero seguro, se ha hecho con Retecal. Auna, que por fin empieza a ver los frutos de su reorganización interna, se ha hecho con Tenaria. Tanto uno como otro grupo parecen estar posicionándose para una eventual fusión en la que sólo faltaría determinar quiénes serán los inversores que lideren ese proyecto común.



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