Las empresas americanas se preparan para enfrentar al terrorismo
Los daños a la infraestructura y los activos empresarios que resultaron del mayor ataque terrorista a Estados Unidos empalidecen en comparación con el coste en vidas humanas. No obstante, a medida que las empresas con sedes y operaciones en Nueva York empiezan a recomponerse, el sector informático empieza a reconocer que están en la primera fila en la guerra contra el terrorismo.
Especialistas en inteligencia y gestión de crisis empresarias consideran los ataques contra las torres del World Trade Center en Manhattan un golpe al símbolo del empresariado estadounidense y a su poder económico. "En toda mi carrera de manejo de crisis jamás imaginé un desastre como este", expresa Steve Wilson, presidente de Wilson Group Communications, una empresa de gestión de crisis de Ohio. "Si hay una lección que deban aprender las empresas estadounidenses de esto, es que ya no pueden decir que no puede suceder. Puede ocurrir, y ocurrió".
Wilson, que ha enseñado a los ejecutivos de empresas como Du Pont, Shell Chemical y Sun Microsystems cómo manejar crisis importantes que amenazan el futuro de sus empresas, dijo que cada vez más compañías comienzan ahora a mirar más allá de las formas internas del sabotaje y a considerarse blancos potenciales del terrorismo internacional.
Aunque las empresas no pueden evitar la realización de tales ataques, pueden prepararse para lo que harán después del hecho, agrega Wilson. Las empresas privadas necesitan un plan sobre cómo continuar sus negocios si se destruye su sede principal, cómo continuar las actividades si los más altos ejecutivos son heridos o muertos y cómo seguir operando si los teléfonos no funcionan y los aviones no vuelan, expresó.
Wilson, que ha enseñado a los ejecutivos de empresas como Du Pont, Shell Chemical y Sun Microsystems cómo manejar crisis importantes que amenazan el futuro de sus empresas, dijo que cada vez más compañías comienzan ahora a mirar más allá de las formas internas del sabotaje y a considerarse blancos potenciales del terrorismo internacional.
Aunque las empresas no pueden evitar la realización de tales ataques, pueden prepararse para lo que harán después del hecho, agrega Wilson. Las empresas privadas necesitan un plan sobre cómo continuar sus negocios si se destruye su sede principal, cómo continuar las actividades si los más altos ejecutivos son heridos o muertos y cómo seguir operando si los teléfonos no funcionan y los aviones no vuelan, expresó.
