Movilidad
Internet de las Cosas

Las baterías, ¿sustituidas en un futuro por sensores autónomos?

La i2CAT presenta un tipo de sensor que funciona con luz solar y artificial, adaptándose a cualquier contexto.

consumo energético

El Smart City Expo World Congress ha sido el escenario elegido por la Fundación i2CAT para mostrar su último proyecto en el área de Internet de las Cosas y su aplicación a las ciudades inteligentes. Este consiste en un sensor que funciona en exteriores a través de energía solar y en interiores mediante luz artificial, permitiendo una gran autonomía de los componentes.

"Nos encontramos con unos sensores que se cargan de manera similar a como, desde hace décadas, lo hace cualquier calculadora solar de las que tenemos en la oficina", ha comentado Josep Paradells, director de la Fundación i2CAT. Sin embargo, mientras que en las calculadoras esto es sencillo y permite que la batería funcione años sin que se agote, en el caso de los dispositivos móviles es mucho más complejo, ya que "un sensor gasta 150 veces más que una calculadora", asegura Paradells. "Un móvil con una batería de la misma capacidad que las que utilizamos en las calculadoras tendría una vida útil de días, como mucho una semana si no lo usas". i2CAT lo ha hecho posible gracias a los supercondensadores.

El sensor es el resultado de haber sustituido las baterías por supercondensadores, un nuevo tipo de acumuladores de energía que permite recargar los dispositivos unas 250.000 veces, en comparación con el millar de veces que lo puede hacer una batería cargada con energía solar. Esta tecnología permite además hacer un despliegue en lugares cerrados y con luz artificial, condiciones que permitiría una vida útil del sensor muy superior a los 25 años de media que se calcula puede tener en el exterior, gracias a que la radiación solar no lo deteriora.

De entre todos los usos que podría tener este  tipo de sensor, destaca la monitorización de mobiliario urbano, que podría seguir funcionando si estos se localizan o entran en un recinto sin luz solar; o la prevención de desastres naturales, gracias a la monitorización de diferentes parámetros como el fuego, el nivel de agua en los ríos o la detección de temblores en infraestructuras ocasionados por terremotos.

El diseño ha sido lo más complejo, según Paradells, pues "se quería hacer algo que funcionase, fuera pequeño y costara poco, empleando componentes comerciales y todo ajustado para gastar lo mínimo. En el mundo del Internet de las Cosas (IoT), el consumo es clave”.

La solución es fruto de una colaboración con Orange para el desarrollo de un sensor que pudiera funcionar de manera autónoma, inalámbrica y sin baterías, tanto en el exterior como en el interior. 



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