Internet sale airosa del cierre de Ebone

La red de fibra óptica Ebone, parte de la infraestructura de KPNQwest, dejó de funcionar ayer cuando los empleados de la operadora, renunciando a cualquier esperanza de continuidad, decidieran desconectarla. El tráfico Internet en Europa, contra todo pronóstico, no ha sufrido retardos significativos.

Diversos expertos y los propios empleados encargados del mantenimiento de Ebone, habían advertido sobre el efecto negativo que la caída de este segmento podría tener sobre el tráfico Internet de nuestro continente. Sin embargo, la carga ha sido encaminada sobre las redes de otros proveedores, cuyos tiempos de respuesta empeoraron muy ligeramente. En general, la conectividad Internet trasatlántica y europea se mantuvo y sigue estable, según ha asegurado Dax Streater, analista senior para Internet de Matrix NetSystems.

“Personalmente esperaba mayores niveles de latencia, pero el resultado ha dejado clara la robustez del diseño de Internet”, ha declarado, añadiendo que la mayoría del tráfico de Ebone había sido absorbido por las redes de Telia y Colt Telecom.

Para registrar el rendimiento de Internet, Matrix NetSystems envía una solicitud de respuesta alrededor de todo el mundo dirigido a diversos puntos de la red de un proveedor de servicios y mide el tiempo de respuesta. Generalmente un aumento en la latencia es indicio de un aumento del tráfico.

Romeo Zwart, ingeniero de un punto de intercambio Internet (Internet Exchage), plataformas que funcionan como un concentrador de conexiones de los diversos proveedores, en Amsterdam, considera que el escaso impacto de la desconexión de Ebone “confirma nuestras previsiones. Casi todo el mundo esperaba lo que ha sucedido y ya había buscado proveedores alternativos. Fueron pocos los usuarios que ayer sufrieron caídas dramáticas en sus conexiones”. No obstante, de los 45.000 clientes que utilizaban este segmento, un 50% permanecían conectados, y un 25% dependían completamente de ella. Y lo cierto es que un tendido de estas dimensiones nunca había sido desactivado antes.

Ebone, adquirida por KPNQwest en octubre de 2001, operaba una gran red paneuropea de fibra óptica utilizada por otros proveedores de servicio, así como por clientes empresariales para el transporte de datos, pero nunca fue nunca integrada con el núcleo de la red de la joint-venture europea. Por eso, la desactivación de Ebone, gestionada desde un centro de operaciones en Bélgica, no tuvo por tanto consecuencias directas en el resto de su red, administrada desde Holanda.

De cualquier modo, no cabe duda de que su desconexión hace aún más probable que la red de KPNQwest, un tendido de 25.000 kilómetros de fibra óptica –el mayor de Europa- que se extiende por 18 países de nuestro continente, sea vendido por segmentos. La compañía Koninklijke PPN y un grupo de operadores, todos ellos usuarios de esta infraestructura siguen manteniendo en funcionamiento la parte del noroeste europeo, aunque ya hayan transcurrido tres días desde el 1 de julio, la fecha que en principio se fijó como límite para encontrar una solución de continuidad.


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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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