Internet acelera la economía, pero no la revoluciona

La generalización de los ordenadores personales y el uso masivo de Internet no han supuesto la revolución económica que fueron en su día grandes inventos científicos del siglo XIX, sino que sólo han acelerado la economía, según un estudio del profesor de economía de la Northwestern University e investigador de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), Robert Gordon.

Contrariamente a muchos de sus colegas, que defienden que la aparición de la Nueva Economía es quizás más importante incluso que la segunda Revolución Industrial (1860-1900) - que vio el nacimiento de la electricidad, el motor de explosión, los primeros pasos del transporte aéreo o los medios de comunicación de masas- Gordon subraya hasta qué punto esas invenciones permitieron a la economía en general crecer realmente y desarrollarse, obteniendo con ello importantes ganancias de productividad.

La electricidad por si sola ha revolucionado los procedimientos manufactureros, las condiciones de trabajo, las condiciones sanitarias e incluso el consumo y la vida diaria. "Los ordenadores e Internet no pueden compararse a las grandes invenciones de finales del siglo XIX y principios del XX, y por ello, no merecen el título de `revolución industrial", afirma Gordon.

Este experto resalta que Internet no ha provocado, por ejemplo, un alud de compras de ordenadores, que siguen vendiéndose sobre todo por la caída de los precios. Internet se limita a remplazar otros medios de comunicación y de intercambio de información ya existentes y que siguen siendo ampliamente utilizados, como, por ejemplo, el papel, cuyo consumo se ha incrementado, según recuerda el estudio.

Las ganancias sociales son mínimas, ya que Internet no ha mejorado las condiciones de trabajo de los asalariados, sino por el contrario, el tiempo de trabajo ha aumentado incluso. Ciertamente, el incremento de la productividad en Estados Unidos registrado entre 1995 y 1999 se debe a la emergencia de Nuevas Tecnologías, pero sigue estando limitado al sector de bienes manufacturados duraderos, entre ellos los ordenadores y los semiconductores, resalta el estudio de Gordon.

Ahora bien, el sector de bienes manufacturados sólo representa el doce por ciento de la economía estadounidense, y la productividad resultante de las Nuevas Tecnologías no se ha extendido al 88 por ciento restante, señala el informe.

En su estudio, Robert Gordon ha escrutado el 1,35 por ciento de aceleración anual de la productividad estadounidense entre 1995 y 1999, y lo ha comparado con las ganancias obtenidas entre 1972 y 1995. El estudio descubre por ejemplo que un 0,54 por ciento de ese 1,35 por ciento no fue duradero, sino un simple alza provisional que no es eterno.

La parte estable de la aceleración de la productividad sólo afecta al sector de bienes manufacturados duraderos, "lo que lleva a la conclusión sorprendente de que la tendencia de la productividad (en general) ha bajado en realidad desde 1995" excepto en ese sector, escribe Robert Gordon. (EP)




Contenido Patrocinado

Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital