Europa ultima el sistema de posicionamiento por satélite Galileo

Europa será independiente de americanos (GPS) y rusos (GLONASS) en materia de posicionamiento por satélite hacia el año 2008, cuando entre en funcionamiento el sistema Galileo, y podrá acceder a un mercado de aplicaciones valorado en 40.000 millones de euros (6,65 billones de pesetas) en el 2005.

Disponer de un sistema propio de posicionamiento por satélite es estratégico para la Unión Europea. No sólo en materia de defensa, sino también por las implicaciones económicas que tendrá su empleo en el mundo empresarial, industrial y científico: los expertos calculan que el mercado mundial de aplicaciones para navegación por satélite alcanzará una cifra multimillonaria.
Vidal Ashkenazi, pionero mundial en el desarrollo de los sistemas de posicionamiento por satélite y presidente de Nottingham Scientific Limited, ha impartido una conferencia sobre la red de satélites europea Galileo en el Instituto de Geomática de Barcelona (consorcio formado por la Generalitat y la Universidad Politécnica de Cataluña).
La Comisión Europea decidió a principios del año pasado desarrollar un proyecto europeo de navegación por satélite de tercera generación conocido como GNSS-2.

Diseño español
Un fórum integrado por representantes gubernamentales, de la industria y del mundo académico discutieron los aspectos técnicos, financieros, militares, políticos y comerciales del futuro sistema. Entre los responsables técnicos que están diseñando el proyecto figura el español Rafael Lucas, investigador de la Universidad Politécnica de Cataluña.
Al mismo tiempo, los ministros de los Estados miembros de la Agencia Europea del Espacio (ESA) acordaron el pasado 12 de mayo un ambicioso plan de actividades espaciales europeas. Entre otras medidas, se invertirán 58 millones de euros para la fase de definición del proyecto Galileo.
De momento todavía no está claro quién coordinará el futuro sistema, pero todo parece apuntar a que se creará una institución mixta con participación pública y privada. “Galileo también será el vehículo que permitirá reorganizar la industria espacial europea”, asegura Ashkenazi.
Según prevé este experto en geodesia y navegación, el sistema europeo podría iniciar una fase de prueba de los satélites entre los años 2002 y 2003 y estar completamente a punto cinco años más tarde. Los técnicos han diseñado dos configuraciones posibles de satélites de órbita media (MEO): una constelación de 24 unidades y otra de 35, esta última más cara pero de mayor eficiencia.
En opinión de Ashkenazi, la Unión Europea ha decidido invertir unos 3.000 millones de euros (500.000 millones de pesetas) en el proyecto Galileo por razones técnicas y políticas. A pesar de ser una tecnología con 25 años de existencia, los sistemas actuales de posicionamiento global no son eficaces para la navegación aérea, por ejemplo, donde es impensable un rango de fiabilidad del 95%: “No es un sistema de navegación para un [avión] 747”, explica el experto.
Las nuevas generaciones, en cambio, también comportarán importantes ahorros de combustible y la unificación del sistema de navegación área para todas las fases del vuelo: en un viaje Londres-Hong Kong la diferencia puede alcanzar el 12% si se emplean coordenadas en vez de puntos de destino.
De igual modo, el valor añadido de esta tecnología es muy relevante, “mas que fabricar y lanzar los satélites”. Y en eso Estados Unidos es actualmente el rey, que ha creado 450 aplicaciones distintas para el GPS. Al igual que los americanos, los europeos están trabajando en un sistema “aumentado” que garantizará una mayor precisión y fiabilidad para aplicaciones que impliquen la seguridad de las personas en entornos como la aviación civil.
El sistema europeo, que será compatible con los existentes, ofrecerá diferentes niveles de servicio: por ejemplo, la modalidad gratuita para uso ciudadano tendrá una exactitud de 10 metros, mientras que en el transporte aéreo bastará con precisiones de un metro; eso sí, en riguroso tiempo real.
En cambio, las aplicaciones científicas como el análisis de terremotos y volcanes podrán realizar mediciones de un milímetro de exactitud... a condición de que los ordenadores empleen todo un día en realizar el cálculo de los datos.
De igual modo, Galileo solventará en parte la disminución de la calidad de la precisión introducida por los militares durante los conflictos bélicos. “El sistema civil se podrá ocultar regionalmente”, asegura Ashkenazi.

Datos por Internet
Una de las grandes tendencias de futuro es la conexión de los sistemas de posicionamiento global con Internet para aplicaciones científicas, empresariales e industriales. En la actualidad la red internacional GPS de alta precisión IGS recoge datos durante las 24 horas del día. Cuando son necesarios para desarrollar un proyecto científico la información se recoge en línea.
España participa en esta red con dos nodos: el Instituto Hidrográfico de la Marina en Cádiz y la Estación de Observación el Ebro en Tarragona, gestionada por el Instituto Cartográfico de Cataluña (ICC), que por ejemplo desarrolla proyectos de cartografía ortofotográfica en Venezuela sin necesidad de instalar ninguna estación de media localmente, según explica Jaume Miranda, director del ICC. Ismael Colomina, director del Instituto de Geomática, considera que Galileo será una herramienta estratégica en manos europeas para crear puestos de trabajo e incrementar el desarrollo tecnológico.

www.esa.int



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