El presidente de Telefónica, César Alierta, rechaza "una fusión de iguales"

El presidente de Telefónica, César Alierta, ha asegurado que el Grupo "no contempla una fusión de iguales, pero se muestra receptivo a operaciones de consolidación a nivel de las líneas de negocio, siempre que dichas operaciones supongan una complementariedad estratégica".


Estas declaraciones fueron hechas ayer en el transcurso de la Primera Conferencia Internacional de Inversores de la compañía, celebrada en Río de Janeiro. La conferencia tenía por objeto exponer a la comunidad financiera los fundamentos y las fortalezas en que se asienta el crecimiento futuro del Grupo, explicar la estrategia de desarrollo y solidez para los próximos años, así como mantener una política de transparencia informativa y diálogo permanente con los inversores de Telefónica, según el operador.

César Alierta, ante 160 inversores,basó en cuatro factores la solidez de los fundamentos de Telefónica y su potencial de crecimiento: la amplia base de clientes, la fuerte capacidad operativa, el valor de sus activos intangibles y una estructura de negocio flexible y equilibrada.

Respecto al primer punto, Telefónica cuenta con más de 65 millones de clientes gestionados, en un mercado natural que abarca más de 500 millones de consumidores y con un fuerte potencial de crecimiento. En este sentido, el presidente del Grupo recordó que el crecimiento previsto para los próximos cinco años en Latinoamérica es superior al tamaño actual del mercado español. Cualquier fuente de crecimiento, dijo Alierta, debe basarse en los clientes, mediante la ampliación de su base, la mayor utilización o consumo de los servicios y la puesta en funcionamiento de nuevos servicios.


En cuanto a la capacidad operativa de Telefónica, César Alierta destacó que la compañía presenta los mejores niveles de productividad en relación a la competencia en los mercados de Europa y Latinoamérica. Así, Telefónica de España ha cerrado el año con un ratio de 493 líneas
por empleado, muy por encima de su inmediato competidor, y Telesp se mantiene a la cabeza del mercado latinoamericano con 790 líneas por
empleado. Además, Telefónica registra una posición ventajosa en cuanto a cuotas en un mercado altamente competitivo y ha demostrado una capacidad de gestión capaz de colocar en la senda de la rentabilidad a distintas empresas adquiridas en el pasado.

En torno a la contribución de los intangibles, el presidente de Telefónica se referió, entre otros aspectos, a la fuerza de la marca, al profundo conocimiento de los mercados, a la credibilidad conseguida entre sus clientes y al establecimiento de unas fluidas y permanentes
relaciones institucionales con los reguladores y gobiernos en los mercados donde opera.

El presidente de Telefónica se refirió también a la sólida posición financiera de la compañía, resultado de una prudente política inversora, lo que ha permitido el mantenimiento de los rating en un entorno europeo de generalizada revisión a la baja. César Alierta abordó las principales variables de la cuenta de resultados correspondiente al año 2000, el mejor ejercicio de Telefónica de los últimos años, en el que se ha registrado un crecimiento del 38,8% en el beneficio neto y un aumento del 24,1% en los ingresos. Alierta destacó que la generación de EBITDA de la compañía excede las necesidades de crecimiento orgánico de la misma, lo que permite reducir la tasa de deuda.

A lo largo de su intervención, Alierta quiso también dar respuesta a algunas de las cuestiones abiertas, que suscitan el interés
de los inversores. Se trata de asuntos como la credibilidad del proyecto UMTS en Alemania, la incertidumbre generada por el entorno regulatorio y las posibilidades de participación de la Compañía en el proceso de consolidación del sector.

El presidente de Telefónica reconoció que el mercado no ha dado todavía su respaldo al proyecto de UMTS en Alemania y ha asegurado que la compañía trabaja activamente para mejorar las bases de su entrada en el mercado alemán, de gran importancia para la estrategia del Grupo. En concreto, Telefónica trabaja con el objetivo de contar, desde el primer día, con una base sólida de clientes, compartir con otros operadores los esfuerzos de inversión para la construcción de la red y disponer de una organización efectiva.

Alierta, que se mostró confiado en los buenos resultados de una política de diálogo permanente con los reguladores en cada uno de los países en los que opera la Compañía, ha garantizado a los inversores que cualquier política de adquisiciones o acuerdos con otros grupos se llevará a cabo bajo criterios de selectividad y no dilución financiera; es decir, con compañías que complementen la posición competitiva de Telefónica y que permitan un aumento del EBITDA. Ese es el caso de la alianza con Portugal Telecom para el mercado brasileño, así como la compra de los activos de Motorola en el mercado de telefonía móvil de México.

En este punto, el presidente de Telefónica ha sido claro al explicar que el Grupo. En cualquiera de los casos, dijo Alierta, Telefónica tiene una posición financiera y operativa que le permite afrontar con éxito operaciones de absorción "y no vamos a dar la espalda a las oportunidades que se nos presenten, siempre que supongan una complementariedad y potencien las fortalezas de la compañía".

Tras la intervención del presidente, el consejero delegado de Telefónica, Fernando Abril, centró su exposición a los inversores en el modelo organizativo de la compañía y las prioridades de gestión que se han marcado, tanto a nivel de Grupo como a través de las diferentes líneas de negocio.

Fernando Abril recalcó que el comportamiento de la compañía se basa en fundamentales de negocio sólidos y duraderos, el consejero delegado de
Telefónica explicó los objetivos de cada una de las líneas de negocio y agrupó en cuatro grandes bloques las prioridades del equipo gestor: mejorar los resultados en los negocios consolidados, continuar la expansión en Latinoamérica, hacer rentables los negocios en desarrollo, mantener una política activa de promoción de nuevos negocios.

En relación a los negocios consolidados, el consejero delegado de Telefónica aseguró que la prioridad es aumentar la base de clientes existente y maximizar la generación de caja a largo plazo. En este bloque de negocios, Telefónica de España, Telefónica Móviles España y las operadoras latinoamericanas como Telesp, entre otros, Abril aseguró que "no podemos y no vamos a fallar".

Tras completarse las principales fases de la liberalización, con la apertura del bucle local y el ajuste de tarifas, la regulación en torno a
Telefónica de España se ha estabilizado. A juicio de Abril, es ahora el momento de concentrarse en dos objetivos irrenunciables: ganar la batalla por el ancho de banda con el desarrollo de ADSL, el aumento y segmentación de la base de clientes y la ampliación de la gama de productos y servicios y seguir aumentando la eficiencia. Este último objetivo se logrará a través de la redistribución de los recursos hacia una organización más comercial y la transformación de la Compañía en una organización e-business.

Sobre Telefónica Móviles, Abril aseguró que, despué

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