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El Coit da respuestas para cambiar la regulación de las telcos

El Coit propone cuatro modelos para llevar a cabo el nuevo marco regulatorio de las telecomunicaciones: mantener el existente, adoptar un modelo de acceso abierto para las infraestructuras de red, romper con lo existente y orientarse a un enfoque ex post, o un cuarto que se fundamentaría en una separación estructural.

El Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones ha realizado un estudio en el que refleja las dificultades a las que se enfrenta el sector de las telecomunicaciones y aporta soluciones de futuro.

El informe “Revisión crítica del modelo regulador aplicado al sector europeo de las comunicaciones electrónicas”, analiza la situación actual e investiga los puntos a favor y en contra del modelo regulatorio vigente. Se plantea como una reflexión de las políticas que precisa la Unión Europea en el proceso de convergencia tecnológica y de mercados en el sector TIC. En este documento se subraya la importancia del marco regulatorio, “ya que el ritmo y los resultados de la transición dependerán de que se imponga una regulación solamente a las infraestructuras históricas o también a las nuevas, así como la densidad de estas obligaciones”, comenta Enrique Gutiérrez Bueno, decano presidente del COIT. Considera que “las telecomunicaciones se enfrentan, al cabo de ocho años del inicio de su liberalización, a un cambio de modelo en la estructura y las reglas del juego del sector. Los motivos de este cambio son tanto tecnológicos como de negocio o regulatorios, y tienen nombres como redes de nueva generación, operadores integrados y revisión del marco regulatorio europeo”.

El informe plantea cuatro modelos distintos. El primero consistiría en no modificar el marco regulatorio vigente, manteniendo el equilibrio entre competencia en servicios y en infraestructuras. El segundo adoptaría un modelo de “acceso abierto” para las infraestructuras de red, asumiendo el concepto de “red neutral” reclamado por los agentes de Internet. La aplicación de este modelo llevaría a una reconsideración de la estructura del sector, particularmente en Europa, y a una separación entre las actividades de explotación de las infraestructuras por un lado y, por otro, de las de provisión de servicios, aplicaciones y contenidos. En el tercer escenario habría que retirar o eliminar la regulación específica del sector y orientarse a un enfoque ex post. “No es un modelo perfecto pero sí que es el que más se adecua a las necesidades estratégicas europeas actuales y el que más asegura un cierto nivel de inversión. Además, se plantea como el más idóneo para mantener los valores europeos considerando el perfil del tipo de empresas presentes en Europa en el sector de las comunicaciones electrónicas en la actualidad”.

El último modelo propuesto, que se ha denominado de “separación estructural”, segrega las posibles plataformas integradas entre una parte mayorista y otra minorista, pero sin obligar a las condiciones extremas del modelo de red neutral. El acceso a la infraestructura sí se convierte en neutral, pero cada compañía que opere sobre la red podría ofrecer sus servicios con las condiciones que creyera pertinente.

La Unión Europea ha considerado en algún momento las tres primeras opciones. El cuarto escenario, a pesar de que no aparece en los documentos públicos como tal, puede identificarse en reflexiones y discursos de las personas responsables de tomar la decisión, particularmente en los de Viviane Reding, comisaria europea de la Sociedad de la Información.



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