Comunicaciones

Crece la necesidad de mejorar el testing de las aplicaciones móviles

Ya existen 6.000 millones de dispositivos móviles en el mundo, de los que un cuarto son smartphones, y que generan ya el 8,49% de todas las páginas vistas en la Red.

Bull y Borland (filial de Micro Focus) han presentado a sus clientes su aproximación conjunta al desafío de garantizar la calidad en las aplicaciones móviles. Un reto nada desdeñable en tanto que se prevé que hay 6.000 millones de dispositivos móviles en el mundo, de los que un cuarto son smartphones que generan ya el 8,49% de todas las páginas vistas en la Red.

En este nuevo contexto, complejo donde se puedan encontrar, el testing de las aplicaciones se consolida como un imperativo para las organizaciones. “Aparecen pruebas nuevas y otras que aumentan su valor y se realzan”, explicó Salvador Ignacio Folgado, de Bull.

Lo que no cambia, en opinión del ejecutivo, es la estrategia ni las métricas empleadas, aunque sí es obligado estructurar y clasificar las pruebas en base a seis criterios distintos como son la interfaz de usuario, la funcionalidad, los elementos externos, el rendimiento, la instalación o la seguridad.

Así, desde Bull y Micro Focus apuestan por una aproximación híbrida, entre emuladores (indicados para pruebas funcionales y de interfaz) y testing en dispositivos reales, así como las nuevas opciones emergentes en el panorama del testing como la nube o el crod testing.

Para abordar este panorama, Micro Focus posee la herramienta Borland Silk Mobile, que permite realizar pruebas en dispositivos iOS, Android, BlackBerry, Symbian y Windows mediante el reconocimiento por imagen, texto o ID en el mismo script. El objetivo es realizar el testing de las apps de manera veloz y fiable, en varios dispositivos de distintos fabricantes desde un mismo framework.

“El testing de aplicaciones”, añade Ricardo Montes, director de marketing y comunicación de Micro Focus, “exige disponer de una cobertura de pruebas ad hoc. Borland Silk Mobile permita disminuir el tiempo y costes en las tareas de pruebas, mejorar la calidad de las aplicaciones. La experiencia final del usuario y visualizar el impacto real del incremento de la complejidad”.



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