(Análisis) Dinámicamente virtuales

Todas las predicciones con que los medios especializados hemos abierto 2007 coinciden en ver en la virtualización una de las grandes tendencias que este año irán ganando más presencia real en las empresas.


El éxito de compañías como VMware –propiedad de EMC- muestra el auge que están cobrando estas tecnologías, y no sólo en el campo de los servidores, el área al que se las vinculan mayoritariamente. Están apareciendo hoy soluciones para todas las capas de la infraestructura, desde el almacenamiento, las bases de datos y las aplicaciones a la propia red e incluso la seguridad y la movilidad. Se trata de una evolución lógica, teniendo en cuenta que las ventajas de la virtualización son aún mayores cuando impregna toda la infraestructura TI corporativa.

Ciñéndonos al campo de los servidores, los usuarios empiezan a confiar en esta tecnología a medida que se disponen de soluciones más compactas, flexibles y eficientes en costes. Los resultados de una encuesta de Forrester Research realizada en 2006 a nivel mundial concluía que el 75% de las empresas sondeadas eran conscientes de las ventajas de la virtualización, con un 26% que ya la habían implantado en alguna forma y un 8% que planeaban lanzar proyectos piloto durante 2007. Además, el 60% de las que ya la habían implementado pensaban expandir su uso a mayores escalas. El pasado octubre, IDC daba valor económico a esta tendencia. Si el negocio de la virtualización de servidores generó 560 y 810 millones de dólares en 2005 y 2006, respectivamente, en 2009 los ingresos ascenderán a 1.800 millones.

Pero, al margen de cifras, las conclusiones más interesantes de los estudios de mercado son las que constatan la evolución que están experimentando los distintos enfoques de estas tecnologías, que están pasando de la fase de prueba y consolidación de servidores a nuevas áreas. Y no sólo al almacenamiento, donde ya deja sentir su efecto, sino también a las aplicaciones, los entornos de alta disponibilidad, la recuperación de desastres, las sobremesas y el propio networking. En unos más que en otros, pero en todos estos campos la virtualización todavía necesita madurar y resolver los muchos retos de gestión que introduce, pero no cabe duda de las ventajas en costes y operativa que aporta a los usuarios. En las aplicaciones, por ejemplo, la virtualización permite conseguir no sólo un menor coste de propiedad, sino también una mayor estabilidad en los sistemas, menos fallos, una más fácil actualización y, en definitiva, una mayor productividad de los usuarios. En cuanto a las propias redes, donde el concepto no es nuevo –ahí están las venerables Virtual LAN o el hoy arrasador MPLS- ,el routing virtual hace posible segmentar una empresa en varias subredes a Nivel 3 utilizando un mismo conmutador, en vez de tener que comprar nuevos equipos.

A medida que los fabricantes avanzan en estos y otros frentes, la infraestructura global virtualizada está cada vez más cerca, abriendo las puertas a los nuevos modelos que, como grid, on-demand y utility, acabarán por establecer el centro de datos del futuro. La virtualización pasará de enfoque táctico a estrategia de negocio global, creando una infraestructura dinámica capaz de responder a las demandas del negocio.



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